La gira celebración por los 40 años de la publicación de Tiempos difíciles, disco con el que desembarcó en la escena nacional el colectivo de músicos conocido como La Trova Rosarina, tendrá su parada rosarina este viernes y sábado en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito de Rosario. La velada, que reunirá sobre el escenario a los talentosos Juan Carlos Baglietto, Silvina Garre, Rubén Goldín, Jorge Fandermole, Adrián Abonizio y Fabián Gallardo, contará con la interpretación de aquellos temas que marcaron a una generación y una época muy oscura de la Argentina pero no con un tono nostálgico sino celebratorio del recorrido que estos músicos hicieron en estos años y que los tiene, al día de hoy, produciendo y en completa actividad.
Así lo marcó Jorge Fandermole en diálogo con el programa de la mañana de Radio Nacional Rosario quien aseguró que esta gira es también un reencuentro después de los años de pandemia que, si bien aún no terminó, “se fue apaciguando”.
“Fue un terminar ese periodo y llegar a darnos cuenta que son 40 años de los inicios, en realidad, de ese hecho fundacional que fue el disco de Juan Carlos Baglietto Tiempos difíciles. Siempre uno busca un hito para ver cuándo empezaron las cosas, aunque hubo mucho trabajo previo sobre todo de ellos, de todos los que conformaban esa comunidad de rockeros que venían trabajando desde la década del 70. Tuvimos la oportunidad de reunirnos de diferente manera, porque yo en ese momento no formaba parte del grupo que se subía a los escenarios, sino que fui realizando aportes y acercando materiales que, afortunadamente, a Juan le iban gustando”, apuntó el cantautor.
“Me gratifica mucho ver que paso tanto tiempo y estamos más o menos enteros y activos”, dijo entre risas. Y agregó: “Todavía podemos subirnos al escenario y mostrar canciones que no son tan viejas y que no nos hemos quedado sólo con aquel repertorio. El año pasado, Adrián saco un disco de tangos nuevos maravilloso, y está el disco de Rubén, el de Silvina. Yo tendría que ponerme a grabar porque hay temas nuevos. Me gratifica porque hemos ido formando parte de una evolución y después de cuatro décadas el reencuentro nos alegra mucho”.
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En aquellos años, La Trova supo transformarse en la banda de sonido de una generación, del último coletazo de la dictadura militar, de los primeros aires de democracia. Y es por eso que hoy, volver a escucharlos, es repensar el devenir de la sociedad argentina en su conjunto. “Tengo la certeza de que uno, con lo que va haciendo y cómo se va moviendo en su actividad en las diferentes disciplinas, es de todas maneras un producto de su época, un producto histórico de tensiones de todos esos años oscurísimos que empezaron en el 76 pero que ya tenían antecedentes muy duros previos. Los de la dictadura fueron unos años de gran deterioro de la sociedad argentina. La dictadura cívico militar, y como agregan algunos judicial-eclesiástica para que no quede nadie afuera, fueron años muy terribles cuyas consecuencias sólo pudimos empezar a conocer una vez terminado ese período. Y está siempre esa cuestión de que uno no sabe qué tiene que hacer para que esas cosas no caigan en el olvido. Que las generaciones posteriores sepan todo lo que significó esa época y cómo la Guerra de Malvinas fue un suceso muy desafortunado, porque no son los pueblos los que declaran la guerra”, apuntó Fandermole. “Como hoy, que todo el mundo tiene en mente la guerra Rusia-Ucrania pero en realidad hay 18 conflictos armados muy graves que se están desarrollando en Asia y África y casi 60 conflictos menores en todo el mundo. Por eso digo que no son los pueblos los que arman las guerras, en el caso argentino fue la decisión de un general que veía decaer rotundamente ese proceso de reorganización nacional como malamente lo habían decretado los militares, y se le ocurrió como un manotazo iniciar un conflicto que desde el principio se sabia que no tenia posibilidades, porque un país como el nuestro no puede enfrentar a un país con una fuerza bélica y miembro de la Otan como Gran Bretaña. Perdimos a nuestros queridos compatriotas, más todos los que se fueron después. Pero en ese momento no sabíamos qué pasaba”, explicó.
“Siempre la ocurrencia es la misma ante los conflictos no nos enteramos que las cosas no son como nos las dicen –aseguró–. ¿Era posible que estuviéramos ganando ese tipo de contienda y que la gente estuviera esperanzada en el año 82? Esas cosas flotaban en el aire, se armó un Fondo Patriótico en ese momento que no se supo que pasó. No nos estábamos enterando de que los propios oficiales superiores maltrataban a nuestros soldados en el mismo territorio. Son cosas terribles que estaban ocurriendo en el mismo momento”.
Pensando en cómo su música acompañó el proceso de metabolización de lo que había ocurrido y consultado acerca de cómo el arte ayudará a entender estos años pandémicos, Fandermole planteó: “Tengo una certeza íntima acerca de una crisis profunda de los lenguajes artísticos, lo podemos discutir, podemos sentarnos a charlar largamente pero creo que no es solamente la pandemia; es este orden extremo, lo que esta llevando a la aniquilación, lo que pondría en consideración, no es solamente la pandemia que venía siendo anunciada desde mucho tiempo antes. Había anuncios de que organismos iban a producirla desde 2008 y los estados dominantes tenían esa información. La pandemia es producto del modo del vida, una emergencia del capitalismo y del modo en el que nos estamos desequilibrando en relación con los ambientes”.
Y entre otros hechos enumeró: “Al mismo tiempo, coincide a nivel mundial con una enorme concentración de riquezas en el terreno de la energía, de la industria armamentista, de las finanzas. El desarrollo de la pandemia coincidió con una enorme concentración de riqueza en la industria farmacéutica mundial. No es solamente la pandemia. Y sin puede haber terminado la pandemia, nos encontramos en una situación bélica muy oscura donde en realidad lo que está en juego son los intereses corporativos. Ante todo eso, los lenguajes artísticos están realmente en una situación de crisis porque uno se pregunta permanentemente qué hay que decir, cómo hay que decirlo, cuáles son las cosas que alivian, que aclaran o ayudan, pero uno no lo tiene claro. En otro momento, la cosa parecía mas sencilla. Hoy estamos hablando de una situación en donde una enorme parte del mundo está siendo desplazada de sus lugares, está siendo masacrada. Además, estamos en una situación en la que los desplazados por el cambio climático son millones”.
Este viernes y sábado, los integrantes de La Trova subirán al escenario del Anfiteatro pero lejos de imponer nostalgia es un seguir apostando al arte. “No me parece que la nostalgia sea un camino, me parece que lo que uno antepone es la acción e intenta que desde el lugar que a uno le toca algo se transforme. Lo siento desde el lugar de la esperanza y la lucha. No desde una esperanza que tiene que ver con la fe o la creencia, sino, en todo caso, con poner por delante la posibilidad de que la acción sea trabajar, manifestarse, subirse a un escenario, producir un hecho artístico que genere una transformación y ofrezca las herramientas a todos de poder seguir adelante y defendernos y cambiar las cosas para salvarnos como humanidad, como comunidad, con la dimensión que queramos verlo. Las acciones conllevan una esperanza”.
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Para agendar
La Trova Rosarina festejará los 40 años de la edición del disco Tiempos difíciles este viernes (con entradas agotadas) y sábado, a partir de las 20.30, en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito (Parque Urquiza). Las entradas están a la venta en ticketek.com.ar
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