El cantante Joan Manuel Serrat protagonizó este jueves un momento polémico en México al abandonar durante unos minutos muy molesto una charla que era una de las actividades más esperadas de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, que se desarrolla en esta ciudad, aunque luego volvió al escenario ante un público ávido de sus historias.
El cantante abandonó sorpresivamente el auditorio Juan Rulfo que fue abierto a su máxima capacidad pero que no fue suficiente para las miles de personas que se dieron cita desde horas antes para ver de cerca al intérprete, que llegó a Guadalajara encabezando la delegación de Barcelona, invitada de honor a la feria.
Serrat, de 81 años y retirado de los grandes escenarios desde el año pasado, abandonó la charla 10 minutos después de iniciada debido a que los gritos de quienes se quedaron afuera del auditorio no le permitía escuchar a su moderador, el escritor mexicano Benito Taibo.

“Les agradezco a todos mucho, yo he hecho muchos kilómetros para estar aquí hoy, era un día para mí extraordinario, de mucha ilusión, pero es imposible tener un acto de un calado afectivo como tiene este con un alboroto como el que hay ahí afuera. No es culpa mía, perdonen ustedes. Buenas tardes”, dijo enfático y se retiró del lugar ante el estupor de los presentes.
Afuera, tras los ventanales de cristal que dividen la entrada principal del recinto ferial de la zona de salones principales, la gente gritaba eufórica y molesta : “¡Déjennos entrar, ¡déjennos entrar!”.
Aunque la charla fue pensada como un encuentro con jóvenes, la mayoría de las personas que acudieron a la feria era gente adulta mayor que tenía la ilusión de poder ver al Nano Serrat en alguno de los pocos actos públicos que tiene programados en la FIL.
“Un saludo a los que están afuera, que lamentablemente no pueden ingresar a esta sala porque ya no hay lugar. Gracias por acercarse aquí y espero que entre todos podamos hacer que nos escuchemos los unos a los otros de la mejor manera posible”, apuntó apenas tomó la palabra.
Unos minutos después, tras la mediación del propio Taibo y de la organización de la feria que cerró totalmente las puertas del auditorio, Serrat volvió al recinto con otro ánimo no sin antes asegurarse de que el público mantuviera la tranquilidad.
El cantante de “Penélope” fue recibido nuevamente con encendidos aplausos y para distender el ambiente, optó por hablar de fútbol.
En ese contexto, aseguró que dejó de ser seguidor del Necaxa para cambiarse a Los Pumas de la UNAM, el mismo equipo que sigue Taibo y que provocó que ambos chocaran las manos y que el cantante se riera por primera vez después del episodio incómodo.
Después la conversación fluyó abarcando temas como la belleza del Mediterráneo aunque aseguró que esta región tiene “el mar más contaminado y sobreexplotado” que ha atestiguado la huida de cientos de migrantes convirtiéndose en un “sarcófago enorme”.
“Lamentablemente, habría que decir que Europa como tal no ha tenido un comportamiento solidario ni generoso en esto y más bien ha condenado a muchos miles de estos emigrantes involuntarios como siempre suelen ser los emigrantes, nadie deja la casa donde nació para irse a una vida que no sabe qué le a deparar en otro lugar”, expresó.
Con un poco de enfado, el compositor llamó la atención a una señora que pidió la palabra para hacer una pregunta, segundos antes de que él pidiera que el micrófono fuera para conversar con los asistentes más jóvenes.
“Señora, señora ¿no entendió o viene usted disfrazada?”, dijo con tono sarcástico.

Democracia y derechas
El encuentro también sirvió para dar consejos a jóvenes artistas, de cómo vivir la adolescencia y también para hablar del auge de los gobiernos de derechas en el mundo.
“La derecha y la ultraderecha mandan mensajes a la mayoría de la humanidad tratando de desprestigiar la democracia y un régimen representativo, basándose en otro régimen milagroso en el cual la gente se hace rica a través de unas oportunidades que aparecen vaya usted a saber de dónde”, declaró.
Serrat recibirá este viernes el doctorado Honoris Causa por la Universidad de Guadalajara y el sábado el ayuntamiento de Guadalajara le entregará las llaves de la ciudad.