Con el objetivo de seguir creciendo como fuerza política entre las y los trabajadores, las mujeres, la juventud y los sectores populares el Frente de Izquierda sigue impulsando una campaña con el eje puesto de organizar el descontento para enfrentar el ajuste y al acuerdo con el FMI.
La izquierda viene de realizar una gran elección al nivel nacional, los resultados obtenidos por el FIT-U en las primarias superaron el millón de votos y la ubicaron como tercera fuerza nacional y con la posibilidad de incorporar nuevos diputados. Sobre la situación, opino Jimena Sosa quien comparte la lista a diputados nacionales junto Carla Deiana y Octavio Crivaro.
Al respecto, Jimena Sosa declaró: “estamos muy contentos con el desarrollo de la campaña que hemos realizado este último trayecto de cara a la generales, lo nuestro es a puro pulmón. Luego de la derrota del gobierno nacional y a pesar de algunas tibias medidas sociales, el gobierno nacional se aboco a negociar con el FMI una deuda que por todos lados es escandalosa y fraudulenta. Por eso decimos que en políticas de ajuste tanto Juntos por el Cambio y el Frente de Todos no tienen matices. Hoy los salarios de docentes, estatales y salud en su mayoría están por debajo de la línea de pobreza”
En ese sentido, añadió “hubo mucha gente que votó al Frente de Todos y después de las PASO no recibió lo que esperaba, los nuevos ministros son viejos conocidos y alejados de los intereses de las mayorías, con las medidas paliativas que otorga el gobierno. Las necesidades básicas no están cubiertas, más allá de que haya un bono. En cada barrio, localidad que hemos estado recorriendo escuchamos esa bronca. Anuncian cosas que nunca llegan como la Ley de Humedales que sigue cojoneada en el Congreso pero los incendios no han frenado”.
Por último agrego “luego del 14 de noviembre vendrán tiempos de mucha convulsión social y política. Por eso decimos que la mejor forma de usar el voto es defensa propia y contra el ajuste y el FMI. Solamente el Frente de Izquierda propone tocar los intereses de los ricos, ponerles impuestos progresivos, recuperar los servicios esenciales como energía, agua, transporte privatizados, entre otros. Decimos que es tiempo de priorizar a las mayorías y eso implica dejar atrás la matriz productiva extractivista del agronegocio que beneficia a unos pocos”.
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