Espectáculos

Ito: pequeñas grandes maravillas

Con “Ito, teatro para bebés”, el grupo 'Vamos Que Nos Vamos', que dirige Carla Rodríguez, concreta una propuesta en la que, desde el campo de lo lúdico, se manifiesta a favor de la simpleza y la emoción.  Por Miguel Passarini

Ito, Teatro para bebés
Dramaturgia y dirección: Carla Rodríguez
Actúan: Laura Carassal, María Soledad Galván
Objetos: La Querida Crochet
Música original: Esteban Sesso
 Sala: La Manzana
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=LHO1-Vsm_-o[/youtube]

Un bebé, muchos bebés, muchos objetos en un espacio lúdico, dos magníficas actrices-titiriteras y manipuladoras de objetos (Laura Carassai y María Soledad Galván) y la perfecta invitación al juego, a esa instancia primitiva en la que el cuerpo pone en primer plano los sentidos por encima de todo lo demás.
Ito, teatro para bebés, uno de los pocos espectáculos de producción independiente local que puede jactarse de haber concretado una temporada exitosa (se presentó desde junio hasta hace pocos días, todos los sábados en La Manzana, incluso en algunos casos con dos funciones, y prepara su regreso), ofrece la posibilidad de acercarse a un universo narrativo que más allá de su simpleza se vuelve sencillamente maravilloso.
Partiendo de la idea de concretar una propuesta para bebés de 0 a 3 años, y luego de trabajar de modo “empírico” con su pequeño hijo Teo en el proceso creativo (desde sus 6 meses a los 2 años, y ahora con el título de “codirector”), la actriz y directora Carla Rodríguez, quien lleva adelante desde hace una década el grupo de teatro infantil Vamos Que Nos Vamos, concretó una propuesta en la que lo instintivo e intuitivo es superador de todo prejuicio, en su devenir por contar la historia de cómo un pequeño gusano de nombre Ito se transforma en una colorida mariposa, dejando a su paso una estela de mensajes positivos tales como el compañerismo, la curiosidad creativa y, sobre todo, el respeto y el amor por la naturaleza.
Con sonidos de pájaros, la naturaleza se vuelve profusa aunque no se ve, en un territorio habitado por personajes reconocibles más allá de su recreación específica: la lana que arma la trama colorida de sus cuerpos (irresistiblemente bellos los muñecos de La Querida Crochet) urde un juego en el que los colores y las formas toman partido por la fábula.
Poco después que la propia directora pide a los papás que “confíen sus bebés” (de hecho, el espectáculo está pensado para ellos), la máquina teatral se pone en marcha. Así, el gusanito en cuestión, curioso por conocer el mundo, verá cómo días y noches se sucederán frente a la mirada impávida de los singularísimos espectadores, en un territorio en el que no faltarán un árbol desafiante al que habrá que ascender, nocturnas luciérnagas, el gallo que canta en la mañana, las inefables vaquitas de San Antonio, la Hormiguita Viajera, el simpático Grillo Cantor y hasta un ralentado caracol.
De cualquier modo, el misterio de todos los bichos del jardín, tendrá su climax con la consagración de lo mágico: el gusano convertido en mariposa, en medio de una lluvia de nubes y de la irrupción del momento más lúdico, cuando los convidados pasarán a ser protagonistas “invadiendo” con fruición el “anhelado y contemplado” espacio escénico, en medio de montañas de almohadones convertidos en nubes y de la complicidad de la lluvia y el arco iris, en uno de los momentos más mágicos de toda la propuesta, dada su simpleza y profundidad.
Sucede que más allá del trabajo con los niños, Ito, teatro para bebés es, también, un redescubrir del mundo de los juegos para los padres, que atentos a lo placentero que resulta el costado más performático del espectáculo, se involucran poniéndole el cuerpo y participando, en medio de canciones (la música original fue compuesta por Esteban Sesso) que invitan al juego y a la simple diversión.
Pero por encima de todo, el espectáculo revela como gran aporte la búsqueda y creación de un público, acercando a los más pequeños al teatro, una tarea que desde el campo de lo lúdico se vuelve toda una revelación.

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