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Irán: pese al reclamo internacional, ejecutan a mujer acusada de asesinato

Shahala Jahed, novia de un conocido futbolista iraní, estaba acusada de asesinar a la primera esposa de su pareja. Ayer Amnistía pidió a las autoridades del país que suspenda la condena. Fue ahorcada en la cárcel donde estaba detenida.

La novia de un futbolista iraní, reconocida culpable de haber matado a la primera esposa del deportista, fue ahorcada en Irán, anunció su abogado en declaraciones a la agencia de prensa oficial IRNA. Shahla Jahed fue ahorcada en horas de la mañana en la cárcel de Evin, situada en el norte de la capital, indicó Abdulsamad Khoramsahi, abogado de Jahed.

Ayer Amnistía Internacional había hecho una llamamiento urgente para que la pena de muerte no se ejecutase, al considerar que existen numerosas dudas sobre la transparencia del proceso judicial en el que fue condenada.

Jahed, que vivía con un conocido futbolista iraní Naser Mohammad Khani bajo un contrato de “matrimonio temporal”, fue acusada de apuñalar y matar a la ex esposa del deportista, Laleh Saharkhizan, en 2002.

El “matrimonio Temporal” es una práctica contemplada en la jurisprudencia islámica chií que rige en Irán y que permite a hombres y mujeres vivir juntos sin ser acusados de adulterio. Esta figura legal autoriza que una pareja pueden comprometerse a estar casada durante un periodo limitado de tiempo, bajo pago de una suma acordada de dinero a la esposa, tras lo cual el matrimonio queda anulado aunque puede ser renovado.

Los hombres iraníes tienen derecho a tener hasta cuatro esposas “permanentes” y cualquier número de “temporales”, mientras que a las mujeres tan sólo se les permite casarse con un hombre cada vez. En un principio, Mohamad Khani, que también entrenó al conocido equipo iraní Persépolis, estuvo varios meses en la cárcel como sospechoso de complicidad en el delito, pero fue puesto en libertad una vez que Jahed confesó.

Malcolm Smart, director del programa para Oriente Medio de Admitía Internacional, denunció ayer que la pena de muerte “representa la negación última de los Derechos Humanos y la manera más extrema de castigo cruel, inhumano y degradante”.

“También, en este caso, existen buenas razones para sugerir que podría haber sido erróneamente procesada. No deberían hacerla pagar con su vida”, apuntó Smart.

En un comunicado, recordó que Jahed fue condenada en 2004 pero el veredicto quedó en suspenso en 2008, después de que se ordenara reabrir la investigación. Sin embargo, la sentencia a muerte fue confirmada de nuevo en 2009.

Según Smart, “quizá fue coaccionada para confesar durante los meses que estuvo detenida a soledad. Se retractó ante el juez pero el tribunal prefirió aceptar la confesión como prueba en contra de ella”.

En Irán rige una interpretación de la ley islámica o Sharia que impone la pena capital para delitos como el adulterio, el asesinato, el robo a mano armada, el terrorismo, el tráfico de drogas, entre otros.

El caso de Jahed recuerda al de Shakineh Mohammadi Ashtianí, la mujer iraní acusada de adulterio y del asesinato de su esposo que corre el riesgo de ser lapida. Su proceso salió a la luz a mediados de año después de que su abogado pidiera ayuda internacional, y despertó una oleada de protestas y simpatía en todo el mundo que logró detener, por el momento, la posible ejecución.

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