La investigación por la frustrada fuga cinematográfica ideada por el narco Esteban Lindor Alvarado continúa y los pesquisas tienen como hipótesis que el también rosarino Alan Elio Funes, era el otro recluso incluido en el escape en helicóptero de la cárcel de Ezeiza. En esta causa, hay tres detenidos: el propio Alvarado, un mecánico de Rosario y el dueño de un hangar de Gualeguaychú, Entre Ríos. En tanto, continúan las tareas para dar con el piloto del helicóptero, apodado Lobo, y prófugo de la Justicia.
A la titular de la Fiscalía Federal 2 de Lomas de Zamora, Cecilia Incardona y Diego Iglesias de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), les llegó a principios de mes el dato que Alvarado estaba planeando escapar de la cárcel de Ezeiza donde cumple las condenas a perpetua por liderar una asociación ilícita y a 12 años de prisión por narcotráfico.
A través de escuchas y capturas de pantallas de Whatsapp determinaron que el célebre ladrón de autos devenido en capo narco llevaría adelante su plan el viernes 10 de marzo pasado desde la cancha del fútbol que está en el patio de la prisión federal.
Desarrolló la idea por más de seis meses y desembolsó medio millón de dólares en la logística: compró un helicóptero Robinson R44 Raven en España, lo llevó en partes y lo armó en Paraguay, dice el expediente.
A principios de enero lo hizo traer al país por un paso cerca de la zona de Campo 9 en Paraguay y lo guardó en el hangar de un piloto de avión de fumigación de Gualeguay por 500 dólares por mes.
En la organización del plan, los fiscales ubicaron al mecánico rosarino Gianluca “Gringuito” Orpianesi, al piloto apodado Lobo –está prófugo– y al dueño del hangar Andrés Donnet, quien guardó la aeronave por 40 días. Para Fabián Otarán, defensor de Donnet, su cliente es inocente y le alquiló el hangar porque pensó que era para recreación.
Alvarado y Lobo acordaron que la fuga duraría “máximo 20 segundos”, tiempo en el que helicóptero bajaría en el patio del penal y subiría a Alvarado junto a otro recluso.
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Para que Lobo los distinguiera iban a llevar remeras de color naranja. Hasta el momento, los pesquisas determinaron que el segundo interno estaba alojado junto al capo narco en el módulo 3 del pabellón E en Ezeiza.
En las últimas horas trascendió por fuentes relacionadas al caso que al revisar los registros de las cámaras de seguridad, Alan Elio Funes era el preso que llevaba debajo de una remera color verde, una naranja.
El último paso de la fuga era que el piloto llevaría a Alvarado junto al otro recluso hasta un campo del partido bonaerense de General Rodríguez donde lo esperarían otros cómplices para llevarlo por tierra hasta Paraguay, según presumen los pesquisas de dicha causa.
Eso nunca pasó y aunque los detalles del operativo no están aclarados, los voceros judiciales indicaron que el viernes 10 de marzo pasado las fuerzas federales siguieron el helicóptero desde Gualeguay hasta el predio del Country Club Banco de la Provincia de Buenos Aires, en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, Moreno, donde sufrió un desperfecto. Está a menos de 50 kilómetros de la cárcel de Ezeiza y el piloto, identificado como Lobo, logró escapar, según se describió la investigación.
El Ministerio Público Fiscal (MPF) y la Procunar no confirmaron de manera oficial esta información filtrada, lo cierto es que fue una de las teorías que surgieron de las medidas para identificar al otro pasajero del helicóptero que buscaba conseguir la libertad.
Una dupla con la suerte echada
Esteban Lindor Alvarado, de 44 años, fue indagado este martes por el juez federal de Lomas de Zamora Ernesto Kreplak como jefe de una presunta organización conformada por al menos tres personas –por Donnet, Orpianesi y Lobo– destinada a la comisión indeterminada de delitos, entre los que se encuentran la adquisición, administración y disposición del helicóptero R44 y el intento de evasión.
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Esta es la última causa pero no la única, esta semana la Cámara de Apelaciones de Rosario dejó firme la condena a prisión perpetua para Alvarado como líder de una asociación ilícita dedicada a múltiples delitos que fueron desde el secuestro y homicidio del prestamista Lucio Maldonado, el lavado de activos hasta cuatro amenazas coactivas a miembros del poder judicial. La única modificación que hizo el tribunal de segunda instancia fue la reducción de la multa impuesta que pasó de 300 millones de pesos a 150 por considerar que el delito de lavado de activos no era agravado sino simple.
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A esta pena se suma la del 9 de junio de 2022 cuando el Tribunal Oral Federal 2 de Rosario le dictó a Alvarado 15 años de prisión como organizador del transporte media tonelada de marihuana a la provincia de Río Negro en 2017. Además, junto a su ex pareja Rosa Capuano están procesados en el fuero federal por lavado de activos de origen delictivo.
Alan Elio Funes. A sus 24 años también cuenta con condenas y causas abiertas que le costarán la mayor parte de su vida tras las rejas. Sus primeras apariciones en las crónicas policiales fueron por el 2016 cuando era menor edad.
Es oriundo de zona sur y junto a su hermano Lautaro “Lamparita” Funes se asociaron con René “Brujo ” Ungaro del Fonavi del Parque del Mercado –condenado por asesinar al ex líder de la barra de Newell´s Roberto “Pimpi” Caminos en 2010– para disputar el territorio con el heredero de sus archienemigos Alexis Caminos, de barrio Municipal.
Los encontronazos eran esporádicos hasta el 4 de marzo de 2016 cuando Rosa Caminos, tía de Alexis, fue detenida junto a una decena de familiares en un megaoperativo de la Fiscalía federal por narcotráfico. Tres años más tarde sería condena a 8 años de cárcel. Esa irrupción hizo que los Funes- Ungaro buscaran apoderarse del territorio de los Caminos a fuerza de plomo y sangre.
En uno de esos idas y vueltas, el 11 de marzo, Mariela Miranda, de 35 años y madre de Alan, fue asesinada a tiros y por este crimen fueron condenados Alexis Caminos y su primo. Esto desató una escalada de venganza que duró hasta 2019 y se cobró la vida de una veintena de personas junto a medio centenar de heridos.
El primer delito achacado a Alan fue de la Justicia de Menores por el crimen de Eugenio “Pupi” Solaro cometido en mayo de 2016 y le dictaron la prisión domiciliaria. Lo detuvieron en 2018 y en mayo de 2021 fue condenado a 35 años de prisión por el asesinato de Marcela Díaz, dos tentativas de homicidios, amenazas y abusos de armas. El Brujo Ungaro también fue penado a 7 años.
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En agosto de ese año también recibió la pena a 9 años de cárcel por narcotráfico en una causa donde también fueron condenados el Brujo y su hermano Lamparita. Esta resolución fue confirmada por la Cámara federal de Casación en diciembre pasado.
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En tanto, tiene otra dos imputaciones: una de octubre de 2021 por instigar el crimen de Mariel Lezcano en barrio Tablada y la otra de marzo de 2022, en la que también figuran su pareja Jorgelina “Chipi” Selerpe y su abuela por conformar una asociación ilícita dedicada a robos, extorsiones, amenazas, balaceras y hasta incendios intencionales de vehículos.
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