Dos albañiles trabajaban a toda prisa ayer a la mañana para poder tapar los más de 15 impactos que tenían la puerta de entrada y el portón, ambos negros, en el frente de una casa amarilla de dos plantas, ubicada en Maipú al 3300, que fue rociada con plomos durante la madrugada. El hombre que comandaba el trabajo se detuvo y dijo: “La dueña no está y acá no pasó nada. Se equivocaron de lugar. Eso pasó”, mientras dirigía su mirada a los círculos de tiza, con números en su interior, que poblaban la vereda y parte de la calle justo frente al garage y que fueron trazados por los peritos Policiales. El hombre brindó esa respuesta ante el interrogante sobre cuál fue el motivo de que ayer, cerca de las 2.30, desconocidos desenfundaron sus pistolas y con balas calibre 40 descargaran su furia contra el frente de la vivienda mientras la dueña de 40 años y dos de sus tres hijos dormían. Para la dueña de casa el hecho fue durante un frustrado intento de robo cuando llegaba su pareja, pero la Policía investiga si detrás del incidente hay vinculaciones con una pareja anterior, relacionado a la barra brava rojinegra.
Al cabo de unos minutos un hombre canoso y en un tono más amable dialogó con El Ciudadano y explicó que la pareja de Sonia G., de 40 años, se dedica a negocios inmobiliarios y que en la madrugada de ayer, cuando volvió a la vivienda, logró “como pudo” escapar de dos personas que lo seguían en moto para robarle. “La pareja de la señora se dio cuenta de que una moto venía atrás de él. Entonces se apuró y alcanzó a abrir el garage con el control remoto, se metió y logró cerrarlo. Como no lo pudieron robar, le dispararon al frente”, indicó el señor que dijo ser amigo de la propietaria, quien hace algo más de 2 años vive en la zona.
“Por suerte, a la mujer y a sus dos hijos, hay un tercero que estaba con la abuela, no les pasó nada”, prosiguió el hombre.
A pesar del relato del conocido de Sonia G., muchos interrogantes se fueron presentando para la Justicia en el transcurso de las horas posteriores al ataque.
Según fuentes policiales, el hecho ocurrió ayer alrededor de las 2.30 cuando varias personas dispararon contra el frente de una casa de Maipú 3335. “En la vivienda, la cual está casi frente a la escuela primaria San Antonio, quedaron al menos 15 impactos de proyectiles calibre 40 milímetros y se secuestraron 14 vainas, que estaban desparramadas entre la vereda y la calle”, prosiguieron los voceros del caso.
De acuerdo con la investigación, la propietaria del inmueble declaró en una primera oportunidad que desconocía el motivo de la agresión. Sin embargo, con el correr de las horas, la mujer de 40 años brindó una versión diferente que concuerda con la hipótesis de que su pareja, de la cual no trascendieron sus datos, habría sido víctima de un intento de robo. Como logró refugiarse en su casa, los supuestos asaltantes balearon el frente y se fueron, testimonio que es analizado por los pesquisas porque deja varias aristas sin resolver.
Otra versión policial que surgió ayer fue que la mujer es la ex pareja es un conocido barrabrava de Newell’s con algunos antecedentes delictivos. Al ser consultado sobre esta última versión, las fuentes del caso indicaron: “El ataque pudo ser como forma de advertencia o por algún vuelto no entregado tras un delito o venta de estupefacientes”.
“Por el momento, no tenemos nada porque todo es confuso pero estamos investigando cómo fueron las cosas”, agregó un vocero de la pesquisa.
Sobre la supuesta ex pareja de la dueña de casa, fuentes del caso mencionaron que se trata de “El Gordo Teto”, vinculado a la barra brava rojinegra, quien tiene prohibido ingresar a ver a Newell’s tanto de local como visitante, por integrar la lista de personas a las que se le aplica el derecho de admisión.
Más allá de sus antecedentes con quienes copan el paraavalanchas de la tribuna ubicada detrás del arco que da al Hipódromo, en el Coloso del Parque, el Gordo Teto estuvo involucrado en un accidente de tránsito que derivó en un arresto por agresión y amenazas.
El hecho ocurrió en febrero de 2005, en la esquina de Maipú y Garay, con un accidente automovilístico entre un Peugeot 405, conducido por el Gordo, y un Chevette al mando de un hombre de 45 años. El conductor del segundo rodado, domiciliado en Capitán Bermúdez, se convirtió en víctima por partida doble porque además de sufrir la abolladura de la carrocería de su auto, resultó agredido por su contrincante automovilístico, quien bajó del auto y le pegó un par de piñas al dueño del Chevette y luego lo amenazó con un arma de fuego. Por este incidente fue detenido en la seccional 16ª, con jurisdicción en la zona del accidente automovilístico.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 10ª Nominación junto a personal de la comisaría 16ª, por razones de jurisdicción.