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Del Conicet

Investigadoras rosarinas crearon un cuero ecológico a base de hongos

El nuevo material es biodegradable y se obtiene a partir de la reutilización de desechos de la industria agroalimentaria. Podría usarse para confeccionar ropa, calzado y accesorios


Un grupo de Mujeres Investigadoras del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos de Rosario, que depende del CONICET Rosario, desarrollaron un material biodegradable que se obtiene a partir de la reutilización de desechos de la industria agroalimentaria. El “cuero ecológico” podría usarse para confeccionar prendas de vestir como ropa, carteras, calzado y otros accesorios.

Este biomaterial tiene la particularidad de que se logra a partir de la reutilización de desechos de la industria agroalimentaria, que alimentan al hongo Ganorderma lucidum, que tiene las principales propiedades curativas de la medicina tradicional asiática. Por este motivo, además, es absolutamente biodegradable.

El equipo está integrado por Diana Romanini, María Rocío Meini, Laureana Guerra, Camila Ponce De León, Natasha Melnichuk, Dana Piazza y Adriana Clementz.

Por ejemplo, “a partir de los desechos como la cascarilla de soja, el afrechillo de trigo, las zanahorias descartadas y el orujo de la uva se logran antioxidantes para cosméticos, ácido láctico que se usa como acidulante y enzimas que se utilizan como coadyuvantes en los alimentos”

“Visitamos la Sede del Conicet frente a la Plaza Libertad, en barrio Abasto, y charlamos con las protagonistas de esta historia, quienes desde hace tiempo vienen investigando las propiedades y beneficios del mundo fungi. Felicitaciones a todas ellas, cuenten conmigo para lo que venga”, dijo Norma López, concejala del bloque Frente de Todos-PJ.

El Ganorderma lucidum

El hongo seleccionado para lograr este “eco – cuero” se conoce como Ganorderma lucidum, tiene propiedades medicinales y no es comestible. Es muy usado en países asiáticos por sus nulas contraindicaciones y sus altas propiedades curativas, anticancerígenas, antitumorales, antibióticas, analgésicas, sedantes y anti-inflamatorias, entre muchas otras.

El microorganismo se alimenta de los residuos de la industria agroalimentaria, lo cual lo hace doblemente ecológico: no se origina de un animal y recicla un tipo de desecho que “de lo contrario, estaría contaminando el ambiente”, agregó Adriana Clementz otra integrante del equipo.

Mezclar esos elementos con hongos puede derivar en la textura, color y firmeza necesarios para crear un nuevo cuero de origen no animal. Por eso, Romanini detalló que las enzimas fueron producidas gracias a la exploración en diversos cultivos de hongos, “comestibles” y otros “con propiedades medicinales”.

Esta investigación se da en el marco de una avanzada en materia de conciencia respecto al impacto medioambiental y social que tiene la industria textil. De esta manera, también se encuentran en crecimiento las ferias americanas que comercializan ropa usada, las marcas de diseño independiente que confeccionan prendas con base en telas y ropa reciclada e incluso el intercambio.

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