Ciudad

Convocaron a una asamblea

Intervención en La Sexta: vecinos reclaman precisiones

Los habitantes del barrio convocaron a las autoridades provinciales, municipales y de la Universidad para obtener precisiones de la iniciativa, sobre la cual, se quejaron, no fueron consultados. La palabra del docente de la UNR y vecino Eduardo Spiaggi.


La ambiciosa intervención urbanística en la Ciudad Universitaria de Rosario –conocida como La Siberia– y en una parte del barrio República de la Sexta, que anunciaron la semana pasada la provincia, la Municipalidad y la Universidad, generó dudas y reclamos por parte de los vecinos que ahora convocan a las autoridades para obtener precisiones de la iniciativa, sobre la cual, se quejaron, no fueron consultados.

Se trata de un conjunto heterogéneo de habitantes a quienes une la incertidumbre sobre cómo serán afectados por el proyecto, que propone invertir unos mil millones de pesos para transformar ese sector de la zona sur con apertura de calles, liberación de espacios y relocalización de familias en nuevas viviendas. Por eso, convocaron a una asamblea para el próximo martes 13 a las 18 en el club Arizona, de Chacabuco y Riobamba. Invitaron para que se acerquen a todas las autoridades intervinientes. Hasta el momento, sólo prometieron asistir las de la Universidad Nacional de Rosario. Lo que buscan los vecinos, de diferentes extracciones y con distintas situaciones de ocupación del barrio, son precisiones en torno a las intervenciones concretas sobre el terreno, las áreas de ocupación, la cantidad de gente a trasladar, la afectación del arbolado existente –en muchos casos plantado por los propios frentistas hace décadas– y el futuro de los actuales espacios verdes.

Uno de los convocantes a la reunión es Eduardo Spiaggi, médico veterinario con doble interés en el tema por ser docente de la UNR y vecino de La Sexta. No se trata, aclara, de una oposición cerrada porque, en principio, para acompañar o rechazar tienen que tener una información precisa de la que carecen y es la que pretenden que se les brinde.

Spiaggi resumió en un texto su visión del conflicto abierto tras el anuncio. Sobre todo, dice, porque los potenciales afectados por el mismo se desayunaron de su inminencia a través de los medios y en una reunión –posterior– con funcionarios provinciales y municipales.

Lo que sigue es el punto de vista del docente, investigador y habitante del barrio:

Intervención en República de la Sexta: ¿qué desarrollo para qué ciudad?

El lunes 26 de febrero, los vecinos de La Sexta nos enteramos por los medios de que ya estaba en marcha, sin ningún tipo de información previa ni consulta, un mega proyecto multimillonario (50 millones de dólares), de intervención que incluye la construcción de viviendas y otras intervenciones. Se trata de un convenio entre la provincia, el municipio y la Universidad Nacional de Rosario.

Nadie puede oponerse a la construcción de viviendas que le mejoren su calidad de vida a los sectores sociales más vulnerables. El tema es cómo y dónde se van a ejecutar.

La otra pata del proyecto es la transformación de la calle Berruti en una avenida de la Universidad, acción que implicaría desplazar gente y extraer una cantidad aún no explicitada de árboles (algunos de más de 70 años, que son un verdadero patrimonio viviente del barrio y de la ciudad).

Algunas preguntas:

¿Por qué tanto apuro en comenzar con estas obras en lugar de tomarse tiempo, de debatir y generar espacios de discusión con las y los vecinos?

La provincia lanzó las licitaciones antes de que la UNR aprobara la cesión de los terrenos: el 26 de febrero los funcionarios provinciales anunciaron que ya había entre 8 y 9 ofertas de distintas empresas, y recién en su sesión del primero de marzo el Consejo Superior de la Universidad dio el visto bueno a la enajenación del espacio en el que se planean hacer las nuevas viviendas.

¿Por qué la Universidad no convocó a la gran cantidad de disciplinas y equipos de distintas facultades que podrían haber enriquecido el proyecto? ¿No sería más sensato e inclusivo (la Universidad debiera dar el ejemplo) planificar las viviendas donde las familias ya se encuentran asentadas, algunas hace más de 50 o 60 años, en vez de proceder a un desalojo encubierto?

¿Cuál es la necesidad de transformar a la calle Berruti en una avenida, alterando la fisonomía y la estructura del barrio, siendo que hoy ya llegan 8 líneas de transporte público, por calle Cerrito, saliendo por Riobamba?

Resulta llamativo y sorprendente este apuro, comprometiendo fondos públicos más allá de los mandatos de las gestiones involucradas, el proyecto está previsto a un lapso de 3 años y las administraciones (municipal y provincial) finalizan el año próximo.

Desde el punto de vista de política urbana, es aceptada tendencia mundial en un contexto de cambio climático la de no avanzar sobre espacios verdes ni sobre arbolado público, sino todo lo contrario: aumentarlos y fortalecerlos. También esto es llamativo, porque la intendenta Mónica Fein, a su regreso de su viaje a Roma para asistir al lanzamiento de la encíclica Laudato Si del papa Francisco, creó el Gabinete de Sustentabilidad. No conocemos tampoco la opinión de la Secretaría de Ambiente del municipio. Cuesta creer que estén avalando este tipo de intervenciones.

Cabe aclarar que la arboleda de calle Berruti tiene un valor único en sí mismo, y no es reemplazable, aunque planten mil ejemplares nuevos. Algunos ejemplares son añosos y otros más jóvenes los hemos plantando y cuidado las y los vecinos. Cuesta entender (o no) que haya técnicos/funcionarios que lo estén pensando/planificando. Estas cosas suceden cuando se planifica desde un escritorio y se dibuja en una computadora sin conocer la historia del barrio y de sus habitantes.

La transformación en avenida de esta calle significaría, además, el aumento del flujo vehicular, del ruido y la contaminación ambiental, que las ciudades modernas tratan de minimizar. El transporte público ya llega a la ciudad universitaria y al polo tecnológico por calle Esmeralda y 27 de Febrero. Sí sería deseable que se mejoren los accesos existentes, que se amplíen sin desalojar a los vecinos ni afectar el arbolado, que se entuben las zanjas de las calles Berruti y Viamonte, que se hagan más bicisendas y que se mejore la iluminación. En resumen, que se mejore la infraestructura sin alterar la fisonomía actual del barrio, destacado por ser una zona calma.

Creemos que se está a tiempo de repensar y reencausar este proyecto, garantizando la participación de las y los vecinos. Convocamos a las autoridades (municipales, provinciales y de la UNR) a que nos acompañen y no lo impongan de manera inconsulta.

Eduardo Spiaggi

Docente de la UNR y vecino del barrio