Un chico de un año y medio está internado en el hospital de Niños Víctor J. Vilela a raíz de un supuesto maltrato por parte de su familia que está siendo investigado. Por las graves lesiones que presentaba en el abdomen le tuvieron que extirpar unos veinte centímetros de intestino delgado. El niño, quien fue internado directamente en el área de terapia intensiva antes de someterlo a una intervención quirúrgica, presentaba además un cuadro de desnutrición evidenciado por su bajo peso. Si bien su estado de salud no es crítico, se espera su evolución en las próximas horas para establecer si su vida está fuera de peligro. Las contradicciones en el relato de la madre –de 25 años– no convencieron a los profesionales que atienden al niño, quienes terminaron realizando una denuncia policial. En el caso tomó intervención el Grupo de Atención por Maltrato Infantil (Gami), creado en 1982 y conformado por una junta interdisciplinaria de pediatras, abogados y psicólogos, entre otros profesionales.
El vicedirector del hospital Vilela, Gerardo De Vita, contó que “el chiquito está en el servicio de terapia intensiva cursando un posoperatorio con complicaciones intestinales”.
“A raíz de los hematomas que se encontraron en la cavidad abdominal fue necesaria la extirpación de veinte centímetros de intestino delgado y está cursando el posquirúrgico compensado, pero obviamente con los cuidados necesarios de una situación de esta jerarquía”, señaló De Vita.
El profesional remarcó que “no se encuentra en estado crítico, está en un estado estable, pero que hay que ser cautos con la evolución. Igualmente la evolución es buena. Tuvimos que extirpar una parte de los intestinos porque el hematoma al ser circundante empieza a alterar la irrigación de la propia pared intestinal y esto hace que ante una lesión tan importante un pedazo de intestino tenga que ser quitado”, destacó.
“Había pocas lesiones externas. La sorpresa fue ante el acto quirúrgico, que se realizó mediante laparoscopía, cuando se evidenciaron varios hematomas en el área de los intestinos. Estas lesiones fueron las que hicieron sospechar la posibilidad de un maltrato. Además, estamos ante un relato que no justificaba la causa concreta de estas lesiones”, continuó diciendo el médico.
Sobre lo explicado por la familia del chiquito, De Vita contó que “en un primer momento la madre no dijo que había sufrido un golpe”.
“Ella lo trae por diarrea, derivado de un centro de salud. Después al encontrar estas lesiones y al volver a interrogar a la mamá el relato no fue muy claro. En un momento dijo que se cayó de la cuna y ante esto que no era muy convincente se hace la denuncia policial. Cuando nosotros tenemos una sospecha de maltrato infantil interviene un equipo interdisciplinario del hospital pero a la vez cuando la sospecha es muy fuerte se hace la denuncia policial que es lo que se hizo el día sábado”, agregó.
Por último –y al ser consultado sobre el entorno social del cual proviene el chico– el vicedirector del hospital de Niños Víctor J. Vilela contestó que las condiciones eran “muy malas tanto de vivienda como de estructura social”.
“Son varios hijos que viven en situación de pobreza. Este chiquito tiene un peso que marcaba un grado de desnutrición importante generado en una estructura social que está muy deteriorada. El chico pesa siete kilos que para un año y medio es muy bajo ya que lo habitual para esa edad son los 11 o 12 kilos”, concluyó.
El hecho es investigado por personal de la comisaría 5ª, con jurisdicción en el hospital de Niños. En tanto, voceros judiciales indicaron que el Juzgado de Menores en turno ordenó la prohibición de acercamiento a la joven madre del menor hasta tanto se esclarezca cómo ocurrieron las lesiones.
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