Policiales

EN SANTA FE CAPITAL

Intentó matarse para terminar con el abuso que incluyó un aborto no consentido


Una adolescente ingirió gran cantidad de medicamentos, quería quitarse la vida. La internaron en el Hospital Cullen de Santa Fe donde salió a la luz un verdadero calvario. Su padrastro la abusaba sexualmente, incluso en una oportunidad la llevó a un taller mecánico donde la ultrajó junto a un amigo. La víctima quedó embarazada. Cuando el atacante se enteró la llevó a una casa donde la durmieron y le practicaron un aborto. Una hermana de la adolescente lo denunció en septiembre de 2016, el trámite llevó mucho tiempo. Recién en junio de 2017 se logró una Cámara Gesell donde la víctima declaró el horror que vivió. Pero para el juez no había evidencia suficiente contra el padrastro. Ahora la Cámara Penal revocó la decisión y la semana pasada finalmente fue imputado ante otro magistrado. Ésta vez, el juez Nicolás Falkenberg dispuso su detención mientras continúa el proceso.

Se trataba de la típica familia ensamblada. La mujer tenía varios hijos de otro matrimonio e inició una relación con A. F. G. Pero en el silencio el padrastro eligió a una de las  chicas como su víctima. Comenzó a abusarla sexualmente y a amenazarla. Le pedía silencio a cambio de no hacerle lo mismo a sus otras hermanas. La chica no soportó más la situación e intentó quitarse la vida. Hubo al menos tres ataques sexuales que la fiscal María Lucila Nuzzo pudo determinar. En uno de ellos su padrastro la llevó a un taller mecánico dónde la ató y abuso con un amigo de 70 años, explicó la fiscal.

En agosto de 2016 la situación se desbordó, la adolescente no pudo más e ingirió gran cantidad de medicamentos. Terminó internada en el Hospital Cullen y contó que era víctima de abuso por parte de su padrastro. Otra de sus hermanas decidió denunciar. Su madre no estaba muy convencida de la historia, pensaba que la mala relación entre ella y la adolescente era el motivo de sus dichos pero la fiscal pidió una declaración en Cámara Gesell.

El turno para su realización llevó casi un año, recién en junio de 2017 la chica volvió a contar su historia ante una profesional y fue contundente. Con esa evidencia Nuzzo pidió la detención de A. F. G. y su amigo I. L. sólo prosperó la imputación contra el anciano, ahora de 72 años,  quien  logró una prisión domiciliaria por su edad. Respecto al padrastro el juez no encontró mérito en la evidencia y salió airoso.

La fiscal apeló la decisión y la Cámara Penal dispuso el reenvío del caso a otro juez. Esta vez cayó en manos de Nicolás Falkenberg. La fiscalía imputó al padrastro por abuso sexual con acceso carnal agravado por varias cuestiones: porque tenía la guarda de la adolescente que era menor y se aprovechó de la convivencia. También porque en uno de los casos el ataque se produjo por dos personas. Esta vez el juez evaluó la evidencia de otra manera y dictó la prisión preventiva contra A. F. G. por el plazo de ley.