El Gobierno decidió frenar exportaciones de carnes y fijó precios para 13 cortes en el mercado interno en una iniciativa destinada a bajar los precios.
El viernes por la noche, en la habitual reunión que mantiene el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, con representantes de la industria frigorífica adelantó algunas de las medidas como los precios fijos para 13 cortes.
Al día siguiente, la Aduana, organismo con el que se realiza el operativo, frenó embarques en pasos fronterizos y en el aeropuerto de Ezeiza.
Mientras que ayer hubo una nueva reunión entre Moreno y los frigoríficos sin que cambiara la posición oficial y hoy se reunirán representantes de la industria con despachantes de aduanas para defender los envíos al exterior.
El diputado nacional Christian Gribaudo, integrante de la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados de la Nación, señaló a que “el cierre de exportaciones no aporta ninguna solución al problema de la carne”.
“El Gobierno confunde frenar la inflación con el apriete de Guillermo Moreno: esto trae menos producción y pérdida de mercados”, dijo.
Además, añadió que “lo que más daño hace al país es la imprevisibilidad que esto genera interna y externamente. Cambiando todo el tiempo las reglas el país pierde producción y credibilidad”.
Por ultimo, aseguró que “si la presidenta realmente busca que la oposición le diga como pagar las deudas sin tocar las reservas, le decimos que no es una buena idea cerrar los mercados. El garrote de Moreno llevó a la Argentina a la pobreza, la inflación y el aislamiento”.
En febrero, Moreno repetía que para marzo habría una sobre oferta de carne y pronosticaba un retroceso de los precios al consumidor, lo que no sucedió y valen un 40 por ciento más que en diciembre.
El antecedente inmediato del cierre de exportaciones se remonta a 2006 mientras que los embarques que fueron detenidos este último sábado provienen de los ROE rojos (permisos de exportación) que comenzaron a brindarse con cuenta gotas en diciembre.
Cuatro años atrás la Argentina tenía 56 millones de vacunos que se redujeron a los 50 millones de la actualidad.
Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, admitió que “se trata de un atropello más a la producción primaria que perjudicará no sólo al productor, sino a los consumidores”.
Para el dirigente de la Comisión de Enlace esta medida “distorsiona toda la cadena y eso se traduce en mayores precios”.
“Se equivocan si creen que con esto van a reconquistar al consumidor, porque la gente ya no les cree más nada. Y si hay un responsable de los aumentos de la carne, es el Gobierno”, indicó su par Eduardo Buzzi, titular de Federación Agraria Argentina (FAA).
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