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Reflexiones

Inflación light para convencer a la CGT

Con los datos finales de octubre y comenzado noviembre, la idea es convencer al sindicalismo argentino que entre el aumento salarial promedio de 35 por ciento y la inflación final proyectada para el año (37 por ciento) no hay grandes diferencias.


El gobierno se prepara para la última batalla económica importante de 2016. Y se prepara para darla también en 2017. Superada, al menos por el momento, la amenaza del primer paro general contra el macrismo y su política económica, ahora el oficialismo se propone continuar las negociaciones con la misión de no abrir las paritarias ya cerradas para este año. Y, posteriormente, preparar la discusión para que aumentos salariales para 2017 se ubiquen levemente por encima del 20 por ciento, y que estén en sintonía con la inflación esperada del 17 por ciento que el gobierno propuso para el Presupuesto.

“Estamos ganando uno a cero en el primer tiempo. Queremos cerrar el partido con una victoria en el segundo”. La fuente oficial utiliza la metáfora para graficar cómo se siente el oficialismo después de haber cerrado las negociaciones la semana pasada con el triunvirato de la CGT reunificada, alejando la sensación de paro general. Según el funcionario, la “consolidación” de la victoria es que los principales gremios del país dejen de presionar por la reapertura de paritarias. Para esto, es imprescindible que el sector gremial acepte la teoría del gobierno sobre que la inflación al cabo de 2016 no llegará al 40 por ciento y en cambio se ubicará cerca del 37 por ciento, o incluso menos.

Cambiemos optimismo

El optimismo oficial se basa en que la inflación oficial de septiembre finalmente fue de 1,1 por ciento, con un alza de precios “núcleo” (la estructural) del 1,5 por ciento. Si bien para octubre se espera que el alza sea mayor (no menos de 2,5 por ciento) debido al impacto que tendrá el demorado primer incremento en las tarifas de gas, para los últimos dos meses del año el gobierno espera que la variable esté dominada en el 1,5 por ciento mensual.

Argumentos porcentuales

Con los datos finales de octubre y comenzado noviembre, la idea es convencer al sindicalismo argentino que entre el aumento salarial promedio de 35 por ciento y la inflación final proyectada para el año (37 por ciento) no hay grandes diferencias. Nada que no se solucione con un oportuno bono de fin de año negociado de manera independiente. La discusión se trasladará luego a los primeros meses de 2017, donde el oficialismo quiere que se aceleren en el tiempo las negociaciones paritarias, especialmente las de los sectores públicos (incluyendo los provinciales), y que los incrementos salariales se ubiquen levemente por encima del 20 por ciento (o incluso menos). Y que los gremios tomen como válida la proyección de una inflación anual de 17 por ciento tal como figura en el Presupuesto.

Si se lograra esta aceptación (algo difícil por estos tiempos), desde el oficialismo se asegura que el 2017 comenzará con una pequeña gran victoria económico-política. Y que se despejará una de las incógnitas más importantes para los privados para el próximo ejercicio económico.

“Nada mal para comenzar un año electoral”, se entusiasma la fuente.

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