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Medio Ambiente

Inédito: voluntarios limpiaron el Paraná

Más de medio centenar de voluntarios se reunieron ayer para recolectar los residuos desde Villa Gobernador Gálvez a Granadero Baigorria en la costa y hasta donde llegaran en las islas. Juntaron plástico hasta cansarse, vidrio y más.


“Ya hicimos otras acciones, pero nunca algo tan grande y junto a otras organizaciones. En eso sí es la primera vez que hacemos algo así”, responde a El Ciudadano Vanesa Paccotti, voluntaria de El Paraná no se toca. La organización ambientalista, una de las más recientes en formarse en la ciudad y ligada al cuidado de la flora, la fauna y el ecosistema completo del Alto Delta y su humedal e islas, lanzó junto al Taller Ecologista Rosario y la guardería Río Marrón una convocatoria abierta a quien quisiera sumarse para hacer un inédito operativo de limpieza de las costas desde la Reserva de Granadero Baigorria hasta Villa Gobernador Gálvez en una orilla del canal, y de la islas del Espinillo y de las Lechiguanas hasta donde se llegara en la orilla de enfrente.

“1 Día + Río – Basura”, era uno de los lemas de la convocatoria que se lanzó a través de las redes sociales. Juntaron  botellas de gaseosas de plástico y otras de vidrio, bolsas, paquetes de galletitas sin galletitas, celofanes de fiambres, envases de yogur, de queso crema, de dulces, y más, pañales descartables. Con todo, buena parte de lo que llevaron los visitantes del río no volvió y se sumó a lo que se dejó sin querer, por olvido o porque se rompió, como algún que otro juguete. Y todo quedó contaminando el ambiente.

“El material predominante es el plástico. Había otros tipos, como los de los pañales o vidrios y envases de desodorante, que son metálicos, pero en menor cantidad”, contabilizó –y lamentó– Mirko Moskat, del Taller Ecologista. Y refirió  que lo más “insólito” que se recolectó fue un cochecito de bebé .

“Lo más destacable de la jornada es que no fue financiada por  nadie: todo se hizo a partir de voluntarios, y eso demuestra que se puede”, resaltó por su parte Clara Mitchell, una de las organizadoras de la convocatoria. La voluntaria resaltó que al menos medio centenar de personas se sumaron a 30 instituciones, desde guarderías hasta clubes, pasando por ONG y hasta empresas: Impreplast, mencionó como ejemplo, donó las bolsas para juntar los residuos que se repartieron entre los voluntarios.

Con todo, lo recolectado se reunió en el predio del Acuario, desde donde un camión de Green City lo cargó y lo transportó hasta la planta de Bella Vista, donde se iba a clasificar y a reciclar o recuperar lo más posible. “En general, un 30 por ciento se puede reutilizar”, concluyó Mitchell.

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