Ciudad

ríos de sangre

Industria agroexportadora sumó un muerto y 4 heridos

La tragedia en cerealera de Timbúes se inscribe en fatal saga que involucra a empresas constructoras tercerizadas. Las víctimas del desplome de una pesada viga de hormigón son cinco obreros jóvenes.


Los cinco obreros que este viernes por la mañana se vieron involucrados en la fatal caída de una viga desde 30 metros de altura en la cerealera Renova de Timbúes tienen algo en común. Son mano de obra joven, desocupada y tercerizada por empresas constructoras para trabajos eventuales en los complejos portuarios agroindustriales del río Paraná. Los cinco habían entrado a la planta hace menos de un mes. Tenían sus cascos y arneses puestos cuando la viga de cemento se desplomó. Brian Matías Miguel Montero, de 27 años, murió aplastado. Los otros cuatro quedaron internados en Rosario y Baigorria, dos de ellos en muy grave estado. Tal como publicó El Ciudadano, este año la mitad de los complejos agroindustriales del río Paraná fue sancionada por irregularidades en las condiciones de seguridad y salud laboral; dentro de sus instalaciones, el 50 por ciento de las compañías constructoras contratistas incumplió con alguna norma.

Los trabajadores accidentados ayer fueron contratados por la empresa Coma SA para un trabajo de ampliación de la planta Renova, ubicada en el complejo agroindustrial de Timbúes. El arranque de obras fue celebrado por el presidente Mauricio Macri durante la visita que hizo a la planta en marzo pasado. Ayer entraron a las siete, se pusieron los cascos y arneses y empezaron a colocar las celdas donde se guardan los cereales. Algunos estaban en una viga de hormigón a 30 metros de altura, lo que equivale a un edificio de unos diez pisos. Otros cumplían órdenes abajo cuando a las 10.30 se desplomó la estructura que sostenía a sus compañeros.

Brian Matías Miguel Montero había entrado a Renova con un contrato eventual hace menos de un mes. No era la primera vez que trabajaba en la cerealera. En 2016 pasó unos meses en una obra similar y conoció a varios de los obreros que ayer trabajaban con él. Tenía 27 años, estaba arriba de la viga y murió aplastado.

Agustín B. conoció a Brian el año pasado en Renova y también estaba a 30 metros cuando se precipitó la estructura que lo sostenía. Es de San Lorenzo, tiene 25 años y desde los 18 hace trabajos eventuales de montaje en altura. Los meses que está desocupado hace changas en negro. Agustín resultó herido en la mandíbula, la cara y el torso, con lesiones graves en los pulmones. Permanecía internado en terapia intensiva en un sanatorio de Rosario y su familia aseguró que la ambulancia demoró casi una hora. “El día anterior trabajó 14 horas, de 7 a 21. Cuando ya no había luz los iluminaban con linternas”, dijeron a este diario.

Martín A. y Gastón D. entraron a trabajar el martes. No se conocían, estaban desocupados y era la primera vez que la empresa Coma los llamaba para un trabajo eventual. Martín tiene 34 años, es de Capitán Bermúdez y está casado con Brenda, una morocha de ojos grandes con la que tiene una nena de tres y un varón en camino. Tiene fracturas en las piernas y en las costillas. Los golpes lesionaron varios órganos, entrando aire y líquido, y quedó internado en terapia intensiva. Gastón se fracturó la clavícula y una pierna y está estable. Es de Puerto General San Martín y en la guardia del sanatorio lo esperaba una sanlorenzina con una panza de al menos cinco meses.

Un cuarto herido entró al hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria. Según los familiares de las víctimas, tiene varias fracturas en una pierna y está fuera de peligro.

La investigación

Según confirmaron voceros judiciales, el siniestro en Renova fue provocado por el desprendimiento de una viga de cemento. El fiscal Leandro Lucente, a cargo de la investigación, ordenó medidas de planimetría, fotografías y toma de testimonios para corroborar la mecánica del hecho y los sistemas de seguridad. También informaron que secuestraron arneses, ganchos y el casco que estaba a un metro del cuerpo de Montero. Los elementos fueron enviados a peritar.

Paro y duelo

Apenas se conoció la noticia del fallecimiento de Montero, distintos gremios manifestaron su duelo y sentaron posición. La Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) dispuso ayer la suspensión de actividades en obras de construcción del complejo Renova hasta el martes.

En tanto, desde las 18 de ayer el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario (SOEAR) lanzó un paro total de actividades en todas las plantas en solidaridad con Montero y los obreros heridos. La huelga fue levantada cuatro horas después ante la promesa de una inminente reunión con representantes de las compañías aceiteras a concretarse en sede de la cartera laboral nacional.

La mitad de las agroexportadoras no cumple

En los complejos portuarios agroindustriales del río Paraná se procesa y se exporta el 80 por ciento de la producción nacional de granos. Representan el 35 por ciento de todas las exportaciones del país y emplean a más de 4.000 trabajadores en forma directa. Por fuera, contratan empresas de servicios y construcción que dan trabajo a unos 150 operarios.

Este año la mitad de estos complejos agroindustriales fue sancionada por irregularidades en las condiciones de seguridad y salud laboral. El dato surgió de un operativo a cargo del Ministerio de Trabajo provincial que derivó en suspensiones en 6 de los 13 establecimientos que se extienden desde Timbúes hasta Arroyo Seco y en 12 de las 25 empresas contratistas que trabajan dentro de ellos. Las compañías fueron evaluadas entre febrero y mayo en base al volumen, la complejidad de las operaciones y los accidentes registrados. Después de las sanciones correspondientes, las suspensiones fueron levantadas.

El foco estuvo puesto en las firmas en las que las grandes cerealeras tercerizan los trabajos temporales y de mantenimiento y que son el blanco de mano de obra barata y joven. Previo a la tragedia de ayer, en diciembre y en febrero dos operarios murieron en cerealeras de Timbúes y General Lagos en accidentes laborales de este tipo.

El 14 de diciembre del año pasado Gustavo López, un joven de 19 años, murió aplastado por un alud de soja mientras limpiaba una celda de acopio de la empresa agroexportadora china Cofco, en Timbúes. En el accidente otros dos trabajadores de 35 y 21 años lograron salvarse, aunque sufrieron politraumatismos.

El 6 de febrero Lucas Coronel, de 21 años, falleció en un sanatorio de Rosario después de días de agonía por un accidente laboral. Días antes, el joven trabajador limpiaba el sector de manipuleo y secado de la cerealera Louis Dreyfus de General Lagos cuando cayó de cuatro metros de altura. Era empleado de la empresa contratista “Cooperativa Manos a la Obra Limitada” que realizaba tareas de limpieza en esa planta.