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Biotecnología de punta

Incubados en Silicon Valley, se radicaron en Rosario para hacer colorantes y proteínas sustentables

Ricardo Cassini y Mauricio Braia fundaron Michroma para desarrollar una tecnología a base de hongos. Llamaron la atención y los apalancaron con 450 mil dólares las más potentes aceleradoras globales. Ahora buscan más inversores para terminar de redondear un negocio en el que están casi solos


Equipo de Michroma: Mauricio Braia, Ricky Cassini, Mariano di Rubbo, Emilia Mazza y Emiliano Vilardo. Imagen: Michroma.

“Somos lo que comemos”. Es el el lema de Ricardo Cassini, cofundador de Michroma junto a Mauricio Braia. Son los mentores de esa empresa de biotecnología que es una de las pocas en el mundo que propone una solución natural a partir de hongos para la producción de colorantes destinados a la industria alimenticia y cosmética. La compañía nació el año pasado en Silicon Valley –Valle del Silicio–, la zona de la bahía de San Francisco, en California, donde se asientan varias de las mayores corporaciones de tecnología globales. Les fue bien: recibieron un aporte de medio millón de dólares de capitales de riesgo para ponerse en marcha, pero decidieron radicarse en Rosario, en el Campus de la Universidad Católica Argentina (UCA).

“Hoy en día, la mayoría de los colorantes utilizados en la industria alimenticia son a base de petróleo, son tóxicos y están relacionados a muchos problemas para la salud, desde alergias e hiperactividad en niños hasta cáncer”, explicó Cassini, a quien todos conocen como Ricky, en una entrevista para el portal Endeavor.

El secretario de Asuntos Estratégicos de Santa Fe, Francisco Buchara, la secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación, Marina Baima, y el senador nacional Roberto Mirabella visitaron el jueves último los laboratorios de Michroma, donde aceleran la producción de colorantes y proteínas naturales con procesos biotecnológicos.

La empresa es una de las pocas en el mundo que apuestan a una solución natural a partir de hongos. Su propuesta interesó a varios inversionistas. Entre ellos, la aceleradora de biotecnología más grande del mundo, IndieBio, que junto a Gridx aportaron 450 mil dólares a los socios para “incubarlos” poco después de que Cassini y Braia se unieran en 2019 para fundar Michroma.

¿De qué color es la comida? 

Los colorantes artificiales se utilizan para resaltar el aspecto de las comidas. Están presentes en gaseosas, caramelos, yogures, cereales y mermeladas. Pero, aun los elaborados con materia prima natural, tienen riesgos certificados y sospechados para la salud. Más, por el volumen de su presencia en los alimentos: en los últimos 50 años, su consumo aumentó 500 por ciento, con los niños como mayores destinatarios de esos “maquillajes”.

Los colorantes naturales más comunes no son tampoco del todo sustentables. Además, son caros y de eficacia regular. Incluso los obtenidos de plantas, como la remolacha o la zanahoria, parten de una producción agrícola tradicional, sin certificación de libre de agrotóxicos. A la vez, utilizan solventes en el proceso de extracción de color. Otros provienen de insectos, como el rojo carmín, que crece en plantaciones de cactus. Otro problema ambiental: “Para producir un kilo de colorante tenés que moler 100.000 insectos, y también no es apto para vegetarianos o dietas Kosher y Halal”, comenta Cassini al mismo portal de emprendedores.

“Cuentan con innovación e investigación de punta a nivel mundial, que ha recibido apoyo tanto de fondos argentinos como norteamericanos. Luego de meses en Estados Unidos incubando la empresa, decidieron retornar a la Argentina y seguir desarrollando la empresa aquí en nuestra provincia de Santa Fe”, saludó el senador Mirabella el regreso de los emprendedores y la formación de un equipo de excelencia integrado, como ellos, por jóvenes.

Michroma utiliza tecnología de punta en biotecnología para desarrollar colorantes a partir de hongos que se cultivan en tanques (fermentadores). Tienen mejor estabilidad en variables ambientes de pH (acidez) y temperatura, una condición que los hace ideales para la industria alimenticia y cosmética.

“Esta es una muestra del potencial que tiene unir la ciencia con el mundo de los negocios para desarrollar proyectos de impacto y acelerar los procesos que derramen en nuestras industrias maduras. Hay que seguir apoyando al escalado de proyectos del sistema científico-tecnológico, y promover los espacios de encuentros de estos dos mundos, de los cuales Michroma es un ejemplo y un orgullo en la provincia”, celebró la secretaria de Ciencia santafesina, Baima.

Buchara destacó que “Michroma es un ejemplo silencioso que no sale en las noticias, como muchos otros que trabajan fuertemente, de lunes a lunes, 14 horas por día, para potenciar y acelerar la transformación productiva de la provincia”.

La firma creada por los dos santafesinos apuesta a lanzar una ronda de inversión para recaudar cerca de tres millones de dólares en el primer trimestre del próximo año.

Hongos para pintar y nutrir

Cassini es licenciado en Administración de Empresas, y conoció al doctor en Ciencias Biológicas y licenciado en Biotecnología Braia cuando éste fue a presentar un desarrollo a la UCA. “Pegaron buena onda” y comenzaron a trabajar juntos. La flamante Michroma quedó seleccionada entre 800 postulantes para ser acelerados por Grid Exponential. Viajaron a Silicon Valley y ahí contactaron a IndieBio, que los invitó a participar de un programa que incluía cinco meses de aceleración en San Francisco, un laboratorio completo, contactos y 250 mil dólares. Los otros 200 mil del arranque los aportó GridX. Así nació la empresa.

“Desarrollamos un proceso muy escalable, sustentable y competitivo en costos a través de usar la última biotecnología, y más específicamente, fermentación, CRISPR –tecnología basada en un proceso presente en el genoma de ciertas bacterias– y hongos”, comentó Cassini a una publicación chilena de acuicultura, otro nicho que exploran, en particular la cría de salmones.

“A través de este proceso, descubrimos que el hongo que produce el color, que considerábamos como un desecho, podía ser un subproducto muy interesante para la industria alimenticia como un reemplazo proteico, y también para la industria de alimentación animal”, explicó sobre otro uso de lo que desarrollan.

Visita y acompañamiento

Los funcionarios provinciales y el senador nacional que visitaron el laboratorio de Michroma en Rosario destacaron que la voluntad de la gestión provincial es potenciar el desarrollo del conocimiento, la innovación tecnológica y el talento. Para eso, aseguraron, se trabaja en instrumentos para el escalado de tecnologías y la vinculación de las startups con el conocimiento del sector académico.

Otro de los puntos de las políticas públicas, dijeron, es aumentar los espacios de intersección entre la ciencia, las empresas y los emprendedores.

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