Ciudad

Violencia de género

Imputaron y dieron prisión a hombre que abusó de una mujer en Maipú al 2200

Las fiscales del caso relataron en la audiencia toda la información recolectada hasta ahora. El agresor quedó imputado y le dieron prisión preventiva por dos años. El hecho había ocurrido hace siete meses en Maipú al 2200


Gimena vio por primera vez al hombre que la atacó hace 7 meses y de quien no recuerda su cara. Tomada de la mano de su familia, escuchó cómo él la abusó y golpeó por la calle en la voz de la fiscal. Cuando salió de la sala 7, abrazó a su hermana y lloró. “Vieron lo que podemos las mujeres unidas”, dijeron en el segundo piso del Centro de Justicia Penal.

Gimena es médica, tiene 34 años y desde hace una semana su cara circula por los medios de comunicación. El jueves la Fiscalía viralizó el video de una cámara de seguridad que muestra cómo un hombre la besa y toca sin consentimiento, la golpea, le roba y la deja en el piso semi consciente. Fue el 7 julio en la puerta de un edificio de Maipú al 2200. Gimena no lo recuerda. En su memoria registró haberse puesto una campera a la salida de un bar y despertarse dolorida en un sanatorio. Por eso eligió hacer circular las imágenes para dar con la identidad del agresor.

El lunes lo detuvieron en Santa Fe y Buenos Aires gracias al testimonio de cinco personas que lo reconocieron, y este miércoles al mediodía las fiscales Alejandra Raigal y Noelía Ricardi, de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual, lo acusaron por abuso sexual simple con robo agravado por lesiones graves.

Pidieron que lo dejen preso por el plazo de ley, es decir, 2 años. El juez Gustavo Pérez Urrechu escuchó las pruebas de la Fiscalía, el relato de la víctima, a la defensa del acusado y aceptó la imputación. “Quiero agradecer a la Justicia que le dictó prisión preventiva. Mientras siga el proceso judicial él va a seguir adentro y no va a poder hacerle daño a ninguna otra mujer. Por suerte no me acuerdo del episodio. Les agradezco a todos quienes aportaron datos para identificarlo”, dijo Gimena, al salir de la audiencia.

El 7 de julio Gimena había ido con una amiga a tomar una cerveza a Antares, un bar ubicado en Pellegrini entre Mitre y Sarmiento. Cerca de la medianoche se fueron. La amiga la despidió en la puerta y Gimena caminó por Pellegrini hasta Mitre con otras dos chicas con quien habían compartido la mesa. Gimena iba a encontrarse con su pareja en Baun, un bar de Cochabamba y Entre Ríos. Pero nunca llegó.

En el trayecto fue abordada por Claudio A., de 35 años, quien la llevó casi a cuestas a la puerta de un edificio ubicado en Maipú al 2200. Las imágenes de la cámara de seguridad del lugar mostraron que él la acostó, la besó y le tocó un pecho sin consentimiento. Ella lo rechazó y se incorporó. Ambos salen del cuadro, y luego regresan.

El hombre la estampó contra una pared, la golpeó contra una columna y, una vez que ella quedó en el piso, le pateó la cara. Le robó el DNI, la tarjeta de débito, el reloj, un colgante, las llaves de su casa y el celular. La dejó semi consciente y se fue caminando. Gimena quedó en el piso con restos de vómito y sangre hasta que un vecino la encontró 45 minutos después y llamó al 911.

Ella presumió que había sido drogada y cuestionó que en el hospital no le hayan hecho los análisis de sangre para corroborarlo. La Fiscalía no pudo dar cuenta en qué momento el hombre la abordó, por qué la llevó hasta ese edificio y por qué llegó en estado de semi consciencia. Estiman que fue por un golpe que le propició el agresor para abordarla.

Gimena estuvo internada primero en el hospital Provincial y luego fue trasladada al Español donde la operaron. Personal médico le diagnosticó fractura de tabique nasal, fractura espina nasal del maxilar y vómer con luxación del cartílago derecho, tumefacción de partes blandas en zona occipital izquierda, engrosamiento mucosa de celdillas etmoidales, hematoma de parpados superior bilateral y en labio superior. Gimena dejó de trabajar por la gravedad de las lesiones y por el trauma psicológico que le provocó el hecho.

Mientras permanecía internada, su hermana denunció los hechos que la Fiscalía corroboró a través del registro de las cámaras de la zona, entrevistas a la pareja de Gimena, a la amiga, y a las chicas que la acompañaron durante una cuadra. Ellas dieron cuenta que la médica se encontraba en condiciones de caminar las cuadras que la separaban del otro bar donde debía encontrarse con su pareja. Las Fiscales también tuvieron en cuenta el relato del vecino que llamó al 911 y los partes médicos.

El lunes después del mediodía el hombre fue detenido en Buenos Aires y Santa Fe. Según contaron las fiscales, cinco las personas lo reconocieron en el video. No solo por sus características físicas, sino por la forma de sentarse, caminar y por una cicatriz que el hombre tiene en la cabeza.

También reconocieron la campera negra que llevaba en el video, las zapatillas y la cuellera. Si bien, él dijo trabajar como estibador en el puerto, los testimonios señalaron que el hombre estaba en situación de calle y trabajaba como cuidacoches en la zona de Pellegrini entre Laprida y Juan Manuel de Rosas.

La Fiscalía tuvo en cuenta el grado de vulnerabilidad de la víctima y su indefensión. “El hombre trata a la mujer como una cosa, la denigra y la ataca. La pone como un objeto de deseo y necesidad del otro”, dijeron las fiscales. Y agregaron: “La actitud de él es irse del lugar como si nada hubiera pasado”. También enumeraron una serie de antecedentes y condenas que el hombre tenía por robos y, apelando al miedo de la víctima, pidieron que permanezca detenido por el plazo de ley.

La defensa del agresor cuestionó que exista peligro de fuga por parte del acusado y dijo que su situación de calle no complejiza los hechos. También señaló que desde la fiscalía se usó la repercusión social de los hechos y que hay apariencia de culpabilidad.

Por su parte, el juez Perez Urrechu avaló la evidencia presentada por la fiscalía y aceptó la calificación pedida, otorgándole prisión preventiva por el plazo de ley por un delito que prevé una pena de entre 5 y 19 años.

“Trabajamos con el aporte de información y elementos que brindó parte de la población a partir de la difusión del video. Hubo testigos de identidad reservada a quienes les tomamos entrevistas. Es muy claro el reconocimiento que hicieron en cuanto al nombre y el apellido de esta persona, los lugares donde solía moverse, sus características físicas y la vestimenta que llevaba. Ninguno de ellos fue víctima de esta persona”, señalaron las fiscales.

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