“Hey Tano te hablé en el face, fíjate que andan tirando tirando nombres, dicen que al chabón lo llevaron re mal, largando sangre por la boca”; “Si, me dijeron que finó y que ante de morí dijo el Tano fue”(sic);”Vos estas re loco amigo. ¿Sabes lo que es cargar con una muerte?” le preguntó Leo a su hermano el Tano A., por mensaje de Whatsapp el 24 de marzo, luego de que se enterara de que el muchacho había dejado malherido a un hombre de Empalme Graneros. Esta y otras comunicaciones fueron utilizadas la semana pasada por el fiscal Rafael Coria para exigirle al juez Héctor Núñez Carlete que el presunto asesino del Mono Sandoval sea imputado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y quede detenido con prisión preventiva por tiempo indeterminado, pedido que fue confirmado por el magistrado.
A Gustavo Ramón “Mono” Sandoval lo mataron la tarde del jueves 24 de marzo en la puerta de su casa de Ñandubay al 1200 bis; un pasaje de 200 metros, que corta a Juan B. Justo a la altura del 6600, en barrio Empalme Graneros. La víctima fue sorprendida por dos muchachos que pasaron en una moto, le dispararon y huyeron. El Mono quedó tirado en la vereda y fue socorrido por su hermano y su mamá, que lo cargaron en un auto y lo llevaron al Heca; pero Sandoval no sobrevivió al viaje. Le habían dado 4 tiros: uno en la pelvis, otro en la espalda y los dos restantes en las piernas.
La identidad del asesino podría haber quedado en las sombras, pero en el trayecto al hospital de Pellegrini al 3200 el Mono balbuceó al oído de su hermano un nombre, con las últimas fuerzas que le quedaban: “Fue el Tano de Larrea”.
Jonathan Tano A., de 20 años, pasó casi 7 meses prófugo de la Justicia y cayó a principio de semana por casualidad.
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