Ana Laura Píccolo
Lo último que se pierde es la esperanza. Con ese ánimo, tres trabajadores de prensa rosarinos que a fines de septiembre viajaron a la ciudad bonaerense de San Pedro a cubrir un festival de música country continúan la búsqueda por redes sociales de los equipos que les robaron en un alojamiento de alquiler cuando salieron a cenar. Los ladrones violentaron la puerta de la casa donde paraban un periodista y dos fotógrafos y se llevaron computadoras y cámaras valuadas en dólares. En el escruche también les robaron las ganas de concluir un proyecto documental que realizan de manera independiente desde 2016 y que tenían planificado finalizar este año.
La difusión de los equipos robados por redes sociales, medios periodísticos y “de boca en boca” sirvió durante las primeras horas para recuperar parte del botín y sigue siendo hoy la única esperanza de encontrar lo que falta. Es que los equipos no tienen seguro y con los salarios en pesos de los trabajadores de prensa se les torna imposible volver a comprar sus herramientas valuadas en dólares.
El robo ocurrió entre la noche del viernes 27 de septiembre y la madrugada del sábado 28 en una vivienda de Caseros al 1700 de San Pedro que los rosarinos alquilaron por internet a través de la plataforma Airbnb para cubrir la 16ª edición del Country Music Festival. El primer día lo aprovecharon al máximo, volvieron al lugar para ducharse y dejar los equipos y salieron a cenar con “mucho entusiasmo”, cuenta Guillermo Turín Bootello, fotógrafo de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Rosario. “Cerramos el día muy eufóricos, muy contentos de cómo había funcionado el laburo. Y todavía nos quedaban dos días más. Estábamos optimistas porque es un proyecto documental muy personal que ya tenía cuatro años de desarrollo y lo estábamos por terminar. Un laburo precioso, creo que el trabajo más lindo que hice en mi vida”, comenta Turín quien lamenta que le bajaron “de un gomerazo” un sueño que terminó en pesadilla.
Con la misma tristeza habló del proyecto Franco Trovato Fuoco, fotógrafo del diario El Ciudadano y la Región quien recordó que su primer viaje a San Pedro con Turín fue porque los movilizó el “llamativo” festival de country. “Empezamos a hacer un laburo documental en 2016, volvimos cada año y lo fuimos madurando, encontrando la forma hasta que decantamos por hacer retratos”, cuenta Franco quién resalta que se trató de una experiencia de trabajo colectiva tanto interna como externa.
“Notamos que la gente empezaba a usar esos retratos como fotos de perfil para definir su identidad pública digital. Y nos pareció que el laburo podía ir por ese lado: una coautoría con las personas retratadas y nuestras fotos”, explicó en referencia a una búsqueda que define más cerca de “una estética pop, contemporánea”, que al lenguaje periodístico. Pero el laburo quedó inconcluso y “la violencia de la situación nos dejó vulnerables, nos sacudió a todos y nos quitó hasta las ganas de pasar cerca de San Pedro”, lamentó.
Las primeras noticias locales del robo y la gran difusión en redes que realizaron los rosarinos les permitió obtener una información anónima que advertía sobre la venta de una cámara de fotos en una vivienda de Río Tala, localidad ubicada unos 15 kilómetros al sur de San Pedro. Allí la Policía de la Sub DDI San Pedro-Baradero secuestró el domingo 29 parte del botín y demoró a un hombre de 51 años y a una mujer de 35, quienes fueron imputados por encubrimiento.
También de manera anónima trascendió que hubo un segundo allanamiento en un domicilio de esa localidad cuyos moradores están sindicados por varios vecinos de cometer robos en la zona. Los trascendidos indicaron que la Policía allanó la casa contigua, donde vive una pareja de ancianos, a quienes les destruyeron la puerta de ingreso y les ocasionaron daños económicos que tampoco pueden reponer. Según esa información –que no fue confirmada o negada por la Fiscalía de San Pedro–, el equívoco allanamiento tuvo lugar frente a las narices de uno de los sospechosos, quien se retiró del lugar sin inconvenientes.
Pocos días después, el jueves 3 de octubre, una mujer se comunicó con una radio de San Pedro para avisar que había encontrado un bolso tirado en la calle que tenía cámaras de fotos. El lugar del hallazgo fue a unos 100 metros de la vivienda robada y por el estado de los objetos recuperados (eran dos flashes y una radio control) sus dueños creen que lo descartaron ahí varios días después del robo, en forma de mensaje.
Con todo, la difusión demostró que todavía se puede recuperar lo que falta, y tanto los dos fotógrafos como el periodista de radio Universidad Federico Aicardi están dispuestos a pagar recompensa con tal de volver a tener sus herramientas de trabajo.
Aún falta recuperar una notebook Lenovo Yoga 720 procesador i7, una cámara Canon EOS 6d número de serie 102053002365, una lente Canon 24-70 2.8 USM II número de serie 5044007685, una lente Canon 50 mm 1.4 número de serie 46182097, un flash Speedlite 430 ex y una mochila Case Logic azul.
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