El Hincha Mundial

El Mundial de las pibas

Igual gambeta, igual salario


“Las mujeres no pueden tener menos derechos que nosotros por el simple hecho de ser mujeres”. La frase nos suena conocida. Es uno de los reclamos que el movimiento de mujeres viene gritando desde sus inicios. Pero en este caso, tiene dueño: Simon Kjaer, capitán de la selección de Dinamarca.

La lucha siempre es la misma, y también es Mundial. Tiene que ver con terminar con la brecha salarial que existe entre hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo, aunque se trate de fútbol, un lugar que hasta hace poco parecía reservado para los hombres.

Desde el año pasado, la selección de Dinamarca comenzó a cerrar un poco esa diferencia. Las mujeres y los hombres que representan al país jugando a la pelota tienen el mismo sueldo.

Claro que para conquistar ese derecho, las chicas estuvieron reclamando durante años. Lucha incluyó huelgas, y pedidos públicos y privados a la federación de fútbol. En medio de dichas medidas de fuerza, las chicas se coronaron subcampeonas de la Eurocopa y se ganaron el pase al Mundial de Francia 2019 tras golear 6 a 0 a Hungría.

Tan fuerte gritaron, que sus pares masculinos las escucharon y se pronunciaron a su favor acompañando la lucha. Y el capitán, junto con sus compañeros de equipo que hoy se juegan la clasificación a octavos de final de Rusia, fue un gran apoyo.

Kjaer, junto a sus compañeros, se sumaron al reclamo de las seleccionadas emitiendo un comunicado a la Federación de Fútbol Danesa (DBU). Pero fueron por más, ya que además de apoyar a las chicas, decidieron brindarle una solución a la federación para terminar con el conflicto y con la desigualdad: renunciar a una parte de sus sueldos, argumentando que los dos son equipos nacionales y representan al país de la misma manera.

En Argentina, la diferencia entre la selección argentina masculina y femenina es abismal. Y a pesar de que las chicas tomaron medidas de fuerza y se manifestaron públicamente para visibilizar el reclamo, la AFA hizo oídos sordos. El reclamo es el mismo que las chicas danesas, pero a pesar de los esfuerzos y de los logros que alcanzaron luciendo los colores albicelestes, no cuentan con el apoyo político ni con el respaldo económico.

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