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Hungría: temor por otro derrame rojo

El riesgo de que ceda un muro de contención de líquido toxico continúa.

La grieta en el depósito de lodo tóxico rojo de una fábrica de aluminio, que cedió el 4 de octubre pasado provocando la mayor catástrofe ecológica de la historia de Hungría, no se agrandó ayer y los riesgos de un segundo derrame en los próximos días han disminuido, pero no a futuro. “Los muros van a caer. No sabemos si en una semana o en un mes”, dijo el ministro húngaro de Medio Ambiente, Zoltán Illés.

Una de las paredes de 25 metros de altura presenta enormes grietas que llegaron a ensancharse hasta siete centímetros en la noche del viernes al sábado pasado, aunque ayer no avanzaron más. Sin embargo, la caída del muro que ya se rompió parcialmente el lunes pasado, generaría un segundo vertido menor que el anterior, estimó Illés, según el diario madrileño El País.

La explicación es que ya no queda agua abrasiva sino fango rojo. Ese residuo también tiene un PH muy alcalino, de 13, pero es como una gelatina, mucho más consistente, por lo que su avance sería mucho más lento y no llegaría tan lejos.

“La grieta del lado norte del depósito se ha estabilizado, las reparaciones están en marcha y no hemos encontrado nuevas fisuras”, precisó por su parte el jefe de los servicios anticatástrofe Tibor Dobson, según la AFP.

Entretanto, un nuevo dique sigue construyéndose en Kolontar, el pueblo más afectado por la inundación de lodo tóxico del 4 de octubre, de la fábrica de aluminio explotada por el grupo húngaro MAL en Ajka, a 160 kilómetros al oeste de Budapest.

Los cimientos fueron realizados el sábado pasado, y ayer decenas de obreros trabajaban en la ampliación y la elevación de este dique, explicó Dobson,  quien añadió que el buen tiempo favorece la correcta marcha de la obra.

El verdadero temor de las autoridades húngaras es que si se desmorona la balsa número 10 afecte a la contigua, la número 9, mucho menor pero que sí conserva el líquido tóxico que causó el desastre hace una semana, y que dejó siete fallecidos, un desaparecido y más de 130 heridos.

Tras cinco días sin lluvia, se ha superado el nivel admisible de polvo tóxico. Cuando llueve no se lo lleva el aire por lo que los servicios de emergencias prohibieron circular en la zona sin mascarillas.

El polvo rojo es irritante. Aunque las autoridades han cambiado su política de comunicación en la zona del vertido siguen pidiendo calma en el resto del país.

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