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Huelga de jueces contra Mursi

El Tribunal Constitucional de Egipto se declaró en receso “por tiempo indefinido” en señal de protesta contra el decreto del presidente que dice que sus decisiones no pueden ser apeladas. Mañana vuelve a marchar la oposición.


El Tribunal Constitucional de Egipto, que está examinando la validez de la comisión que elaboró el proyecto de nueva constitución, se declaró ayer en huelga indefinida para protestar contra las “presiones” de los partidarios del presidente, Mohamed Mursi, que rodearon sus instalaciones.

Poco antes de declararse en huelga, el Tribunal, de diecinueve miembros, aplazó una audiencia para examinar, a pesar de un decreto presidencial que anula los recursos a esta corte, la legalidad de la comisión y de la cámara alta del parlamento, dos instituciones dominadas por los islamistas.

Cientos de éstos, partidarios del presidente Mursi, se manifestaron ante el tribunal para impedir a los jueces acceder al interior del edificio, pero un responsable del ministerio del Interior desmintió que los jueces no pudieran entrar, aunque admitió que algunos tuvieron que hacerlo con la ayuda de las fuerzas de seguridad.

“La voluntad del pueblo es más fuerte que la voluntad de unos jueces”, dijo uno de los partidarios de Mursi, Ismail Ahmed, de 39 años, en alusión al poder judicial en el que todavía hay muchos jueces de la era Mubarak, derrocado en febrero de 2011 por un levantamiento popular.

Para denunciar esas “presiones psicológicas y materiales”, el Tribunal anunció en un comunicado la suspensión de sus audiencias, fustigó el “asesinato psicológico” de los jueces y calificó la jornada de “día negro en la historia de la justicia egipcia”.

El poder judicial está enfrentado a Mursi desde el decreto del 22 de noviembre con el que el presidente islamista prohibió cualquier recurso legal contra sus propias decisiones o contra el proyecto de Constitución, un texto que denuncian la oposición laica y de izquierdas y las iglesias cristianas.

La nueva Constitución, que debe ser sometida a un referéndum el 15 de este mes, es el centro de una de las crisis más graves en Egipto desde la llegada al poder de Mursi en junio y pone en evidencia divisiones cada vez más profundas entre el movimiento islamista y los grupos laicos.

El sábado, cientos de miles de islamistas manifestaron su apoyo a Mursi, un día después de una concentración masiva de la oposición en contra del refuerzo de los poderes del presidente y del proyecto de Constitución, acusado de amenazar la libertad religiosa, la libertad de expresión y los derechos de las mujeres.

Varios partidos y grupos de oposición anunciaron para mañana una nueva manifestación, calificada de “último aviso”, ante el palacio presidencial para protestar contra el decreto sobre los poderes del presidente y contra el referéndum.

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