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Un argumento de soberanía

¿Hubo indígenas en las Malvinas antes de que arribaran las potencias europeas en el siglo XVIII?

Arqueólogo del Conicet posó la lupa en un trabajo de estadounidenses que afirman tener pruebas sobre la presencia de yaganes en las islas. El investigador argentino, que estudia las etnias del extremo sur, duda del rigor de las pruebas que acompañan la hipótesis, pero no la descarta


Basada en nota del Conicet 

Si hubo presencia de comunidades yaganes en las islas Malvinas antes de la llegada de los europeos al archipiélago, como propone un trabajo de investigadores estadounidenses, podría ser un argumento para apuntalar la discusión de soberanía sobre esos territorios insulares ocupados por el Reino Unido. Pero un arqueólogo argentino, que lleva dos décadas estudiando ese pueblo originario, pone en duda el rigor de las pruebas que acompañan la hipótesis, aunque no la descarta.

Atilio Francisco Zangrando, investigador del Conicet y vicedirector del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic) con asiento en Ushuaia, se dedidca desde hace 20 años a los estudios ecológicos sobre el comportamiento de los yaganes, conocidos también como yámanas. Son un pueblo originario que aún hoy sigue asentado en la región.

El científico se dedica a recuperar las conductas de estos antiguos pobladores de la región del Canal Beagle a través de su registro material. Analiza su comportamiento, los tipos de artefactos que fabricaban, cómo se movilizaban y de qué modo producían sus asentamientos. Se apoya para eso en fuentes históricas, documentos escritos que dejaron en la región cronistas y misioneros referidos a las formas de vida de estos pueblos originarios.

“En el pasado, los yaganes eran una comunidad canoera de cazadores recolectores que se movilizaban en la región. Estaban semanas o meses en algún sector de la costa, explotando recursos litorales como moluscos o peces locales, y también se desplazaban un poco más ya sea hacia el interior del mar o de los valles para buscar otros recursos, como mamíferos marinos utilizando canoas, o bien rastreando guanacos a pie tierra adentro”, explica Zangrando.

“Para todas estas actividades, desarrollaban tecnologías de caza, como las puntas de arpones para capturas de recursos en el mar, y otras confeccionadas con roca que aparecen en los sitios arqueológicos”, explica Zangrando. Además, construían agujas con huesos de aves para generar cestas que eran contenedores, fundamentales para las actividades de recolección y transporte de moluscos, principalmente mejillones, y todo lo que tomaban del mar, hasta el lugar donde estaban asentados, donde los consumían y donde descartaban los restos.

Hacia fines de 2021, Zangrando se encontró con un artículo, publicado en la revista Science Advances, que llamó su atención. Un equipo de investigación aseguraba tener evidencia de actividad humana prehistórica en las Islas Malvinas. Las y los autores, de universidades estadounidenses e indígenas, planteaban que a partir del hallazgo de ciertas huellas de comunidades indígenas yaganes, cabía la posibilidad de que hubieran arribado y residido con estadías cortas en el archipiélago mucho antes de que llegaran los navegantes europeos, en el siglo XVIII.

El arqueólogo argentino, que estudia las sociedades nativas que desde hace 8 mil años habitaron la costa sur de Tierra del Fuego, analizó el artículo y le surgieron dudas que volcó recientemente en una publicación en The Journal of Island and Coastal Archaeology, en coautoría con el investigador del Conicet Luis Borrero.

“Las aseveraciones del artículo nos plantean una serie de dudas en cuanto a los argumentos, porque toman distintas líneas de evidencia que a nuestro juicio no resultan suficientes para estar seguros del hallazgo”, advierte el investigador.

Las y los científicos estadounidenses e ingleses del paper de Science describieron la presencia de pueblos indígenas previo a los primeros desembarcos en las Malvinas de potencias europeas basándose en elementos detectados en las islas que suponen vinculados al comportamiento de los yaganes: observaron abundantes depósitos de carbón y la presencia de artefactos como la punta de un proyectil y huesos de lobos marinos, además de huesos de una especie de cánido similar a un zorro cuya dieta, según pudieron saber a través de estudios químicos, habría sido similar a la de los yaganes, lo que los lleva a proponer que se trataba de animales domesticados por esa etnia.

“El problema es que todas estas evidencias no están asociadas a un contexto arqueológico firme, sino que se muestran aisladas. Hallaron concentraciones de carbón en un sector, la punta de lanza en otro, los huesos en otro, cuando la esencia de la arqueología justamente es mostrar la asociación entre todas estas evidencias para interpretar la conducta humana en el pasado. En nuestra opinión, hasta que no se encuentre una evidencia firme con esta asociación, como los tipos de sitios arqueológicos que encontramos en el Canal Beagle, va a ser muy difícil aseverar la presencia humana en momentos anteriores a la llegada de los europeos a las islas”, pone en entredicho Zangrando.

Los científicos argentinos realizaron un análisis de las evidencias referidas en el paper. Con respecto al presunto origen antrópico de las muestras de carbón, Zangrando y Borrero refutaron que esos hallazgos se realizaron en depósitos naturales, sin relación con materiales arqueológicos, por lo cual no puede demostrarse una asociación directa con actividad cultural.

Respecto a las concentraciones de huesos de lobos marinos en ciertos sectores de Malvinas y de una punta de proyectil, Zangrando señala que “estas densas acumulaciones implican que se alimentó mucha gente y si fue así, en el lugar tiene que quedar otro tipo de actividad en el sustrato, un registro sobre los instrumentos que utilizaban para procesarlos, sacarle el cuero, depostarlo y demás. Los artefactos y sus desechos deberían aparecer abandonados junto a los huesos. Toda esa evidencia, que es muy normal encontrar en contextos como el Canal Beagle y que generaron los antiguos fueguinos en el lugar, no aparece en el registro de este trabajo. Hay que tener en cuenta que en las Malvinas estuvieron presentes los loberos por muchos años para desarrollar sus actividades clandestinas, arrasar con las loberías, sacar la grasa y dejar las carcasas de lobos marinos tiradas sobre las playas, y esto generaba grandes acumulaciones”.

No todo está descartado. “El planteo de este trabajo abre una discusión muy interesante y posibilidades en términos de reclamo de nuestra soberanía sobre Malvinas, en particular considerando que estamos hablando de pueblos originarios que habitaban nuestro país hubieran ocupado el sector antes de la llegada de los europeos”, aclara el arqueólogo.

Lo que sí afirman los científicos argentinos es que faltan más estudios para tomar esos hallazgos como una evidencia. “No creo que la discusión esté finalizada, pero necesitamos evidencias más sólidas para poder asentar o utilizar esta interpretación para plantear algún reclamo sobre la soberanía”, abre la posibilidad Zangrando.

Un hipótesis interesante, pero a la distancia

 

“Al interactuar con distintos colegas, a partir de este trabajo de investigación, se me abrió un horizonte sobre un tema que no había pensado previamente, que es el hecho de poder analizar y discutir evidencia humana en Malvinas”, se entusiasma Zangrando. Es complicado: “Normalmente, los arqueólogos necesitamos ir hasta el lugar para poder trabajar un espacio, excavar, tomar la evidencia, y esto no nos es factible en las islas, pero sí es posible generar o participar de estas discusiones”, aclara. Y menciona sus motivaciones por indagar más: “Viviendo acá, uno lo encuentra como una necesidad de contribuir a la causa sobre la soberanía de Malvinas”.

Zangrando pretende estrechar lazos de colaboración con colegas de otros países para continuar con el intercambio de opiniones en torno a la presencia o no de indígenas en las Malvinas. “La ciencia nos ofrece la posibilidad de atravesar ciertas fronteras muy cerradas o establecidas y generar discusiones que pueden ser muy favorables a futuro”, dice. “En las investigaciones que se desarrollamos en el Cadic siempre trabajamos pensando en la soberanía sobre las islas. Es algo intrínseco a todas las actividades que desarrollamos en este lugar. Venir, instalarse acá y desarrollar investigaciones en sectores que plantean esta necesidad de una búsqueda soberana en la región”, agrega.

La soberanía, un imperativo

“Jamás imaginé estar discutiendo sobre Malvinas con los yaganes, pero pensar que lo que venimos investigando desde hace años puede tener otra utilidad, que uno no veía, es algo muy atractivo”, explica el antropólogo. “Aún no tenemos evidencia concreta de que haya ocurrido, pero si se comprobara, se abriría una interpretación totalmente nueva sobre la capacidad de navegación de estos grupos que estudiamos en la región, lo que a nivel arqueológico sería un hito y en términos de soberanía, los primeros colonos de las islas y eso debería ser considerado al momento de discutir sobre el origen y la ocupación de ese espacio a futuro”, concluye.

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