Aniversario

Lo recordamos

Hoy, como hace 26 años, no olvidamos a José Luis Cabezas


26 años de memoria por José Luis Cabezas

Desde 1997 se han incorporado a la Argentina 13 millones de habitantes. Cada año, nacen alrededor de 500.000 argentinxs. En 1997 éramos aproximadamente 35 millones, y hoy es posible que seamos 46.

Cuando José Luis murió asesinado, su número de socio era el 1313. Hoy, lxs nuevxs socixs de Argra llevan el número 2700 en adelante. A todxs ellxs, a todxs lxs nuevxs socixs de Argra, y a todxs lxs argentinxs que nacieron después, les pedimos lo mismo, año tras año, aprenden de muy diversas maneras lo mismo: “No se olviden de Cabezas”.

¿Por qué se lo pedimos?

Podríamos pensar que pedimos que no lo olviden porque fue un fotógrafo de prensa de primer orden, que lo fue. A medida que pasa el tiempo, y podemos ver su obra en perspectiva, una perspectiva congelada por efecto de su muerte terrible, podemos percibir su valor revulsivo.

José Luis retrató como pocos la década menemista, es cierto. Pero lo hizo con la maestría de permitir asomar, debajo de sus brillos, la oscuridad moral y el mal aliento de su corrupción. Para retratar la perversión que corroía por dentro a la policía bonaerense le bastaron un par de primeros planos y un foco atrevido, y el andamiaje montado para ocultarla se derrumbó para siempre.

Sin embargo, siendo mucho, no es por eso que pedimos por su memoria. Tampoco la pedimos porque fue un enorme compañero de trabajo, un profesional responsable, un amigo incondicional. O un buen padre de familia. Pedimos por su memoria porque su asesinato resignificó el sentido de su vida, pero sobre todo porque su muerte impune aún nos interpela.

Hace muchos años, en el reverso de nuestras pancartas y folletos, esos que todxs enarbolaban en todo lugar, incluidos Menem y Yabrán, podía leerse: “La impunidad de su crimen será la condena de la Argentina”.

“La impunidad de su crimen”

Sentar a los culpables frente a sus jueces demandó una tarea ciclópea. No de las fuerzas de seguridad, no del poder judicial. Fue una tarea contra ellos. Fue una tarea que tuvo que asumir la familia, en su momento más doloroso, Argra, lxs colegas de José Luis y una gran parte de la sociedad.

Aún así, tuvimos que luchar para que el juicio no termine viciado por una instrucción envenenada, y para eso tuvimos que lograr que la misma Argra fuera aceptada como querellante en la causa, y asumir el rol de discriminar la prueba incriminatoria válida.

En ese mismo juicio, denunciamos la complicidad policial en el planeamiento, ejecución y encubrimiento del crimen, que nos llevó a exigir la investigación de más de una docena de efectivos policiales en actividad y miembros de la seguridad de Yabrán.

Nada de esto se investigó. Y sus asesinos confesos disfrutaron en la cárcel de privilegios y garantías retaceados y negados al grueso de los internados. Y hoy gozan de una libertad que ni honran ni merecen.

“La condena de la Argentina”. Esta ha sido nuestra condena. Padecer la impunidad, no solo de este caso, sino de decenas y centenares que se han acumulado en estos 26 años, para no hablar de los que le precedieron.

El terrorismo de estado fue el huevo monstruoso que ha emponzoñado nuestra sociedad y nuestro servicio de justicia. Y esto es lo que padecemos, y por eso no olvidamos, ni podemos permitirnos olvidar.

“No se olviden de Cabezas”, es lo que decimos a quienes vienen, a lxs jóvenes, a lxs inocentes.

Para que no olviden que la justicia en este país no se da por sobreentendida, la policía es probable que no sea fiable, a los medios es posible que no les interese decir la verdad, y lxs políticxs y funcionarixs tal vez no actúen como dicen y deben. “No se olviden de Cabezas” es un grito para despabilar lxs desprevenidxs, para no dar por bueno lo que debemos hacer bueno. Es un llamado a no dejar pasar la inequidad, ni la injusticia, ni el olvido. Es un grito en defensa propia.

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JOSÉ LUIS CABEZAS, PRESENTE!!!!
Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra)

¡Cabezas presente!

Se cumplen 26 años del asesinato de José Luis Cabezas, el reportero gráfico de la Revista Noticias que mostró por primera vez el rostro de Alfredo Yabrán, empresario y socio privilegiado del menemismo.

Desde el Sindicato de Prensa Rosario y la Argra invitamos a participar del Camarazo, que se realizará este miércoles, a las 10:30, en la Plaza Pringles, donde se encuentra una placa en su memoria.

El 25 de enero de 1997 se envió un mensaje disciplinador a toda la sociedad, que aún continúa vigente, para cualquiera que osara incomodar a los dueños del poder, cuya deliberada invisibilidad les permitía operar cómoda e impunemente.

Aquellas condiciones no podían ser jaqueadas de ningún modo. Asesinato atroz en su doble impacto: Simbólico e instrumental. Cabezas fue brutalmente golpeado, recibió dos tiros en la cabeza y su cuerpo fue calcinado en una cava de General Madariaga, cerca de Pinamar. En la forma también existe un mensaje.

Ese poder no ha parado de crecer. Hoy es un entramado robusto, hiperconcentrado, donde lo económico, lo financiero, lo judicial y lo mediático se conjugan mucho más orgánicamente. Su objetivo sigue siendo el mismo, pero sus estrategias están adaptadas a los tiempos que corren.

El desarrollo tecnológico y de los dispositivos de la información universalizan algunos aspectos, pero sobre todo en tiempos de la enorme concentración comunicacional, con más o menos vuelo discursivo, se construye el relato único y las campañas de desinformación que disuelven al instante cualquier mirada que responsabilice al poder real por los derechos vulnerados a tantxs argentinxs.

La capacidad para sesgar información, manipular datos y espectacularizarlos a través de la voz de quienes se prestan a la mentira y a la deformación de los hechos, no tiene que ver con los conceptos de libertad de expresión y derecho a la comunicación que consagran los pactos internacionales.

Tampoco con la responsabilidad social del trabajo periodístico que en buena parte perdió hasta la capacidad de utilizar sus herramientas básicas, como la de repreguntar sin complacencias.

José Luis Cabezas era (y es) unx de nosotrxs: un trabajador de prensa empeñado, tozudamente, en lograr la imagen que quería mostrar y por lo que ya había recibido advertencias para que no siguiera buscando.

Recordarlo a 26 años de su muerte, con tantas generaciones nuevas de periodistas que poco o nada saben de él, creemos que es una tarea obligada que nos atañe y que desde la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina y el Sindicato de Prensa rosario asumimos desde aquel trágico día de 1997.

Recordar a Cabezas es defender el valor indispensable del trabajo periodístico en una sociedad tan mediatizada como desinformada, es bregar por el compromiso y la responsabilidad profesional, es luchar por un sistema de medios plural, equilibrado y diverso que sólo podrá garantizar el Estado a través de políticas públicas que construyan democracia informativa.

Es también defender el derecho impostergable de toda la ciudadanía a la información. Recordar a Cabezas es exigir justicia real, es gritar ¡Basta de impunidad!, una condición de la que gozan, entre tantos otros, los miembros del poder hegemónico que utilizaron, en el pasado reciente, las estructuras del Estado para especular, negociar, robar, espiar, e invocar sin medias tintas el deseo de una Gestapo sindical para perseguir, encarcelar y vulnerar los derechos más elementales de lxs trabajadorxs y de los distintos sectores de nuestro pueblo.

Recordar a Cabezas es entender que su asesinato es la materialización más brutal de los hoy llamamos “discurso de odio”. Por eso

¡NO NOS OLVIDAMOS DE CABEZAS! ¡CABEZAS PRESENTE! ¡HOY Y SIEMPRE!
Sindicato de Prensa Rosario (SPR)

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