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Homicidio en Roldán: el detenido quedó tras las rejas

Según la Fiscalía se metió en una discusión que su padre tenía con un joven de 20 años y le disparó por la espalda. El sospechoso quedó en prisión preventiva.


Foto. El Roldanense

Néstor D. tiene 29 años y quedó detenido por el crimen de Federico Poblete. Un pibe de 20 asesinado por la espalda en Roldán. El asesinato tuvo lugar en la noche de este martes, tras una discusión con los miembros de la familia del agresor. Las primeras versiones hablan de una disputa por un perro. Este miércoles el fiscal Florentino Malaponte lo imputó de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación de arma y, con una casi inexistente intervención de su defensor, el juez Mariano Aliau dispuso la prisión preventiva por el plazo de ley.

El crimen de Federico generó la ira de los vecinos: al menos 10 testigos contaron lo que vieron en la escena. Federico comía en casa de su primo frente a la vivienda del imputado. Según los testimonios, Cabezón –como le decían a la víctima– fue hasta un quiosco ubicado a unos metros a comprar una gaseosa. Caminaba por calle J.J. Valle a la altura del 700, en el barrio roldanense Villa Flores, cuando se cruzó con el padre de Néstor D. Antes de que llegara a destino, y frente a la vivienda de la familia D., algunos testimonios describieron gritos e insultos hacia la víctima, quien estaba tildada en el vecindario como “un buen pibe”. Ahí recrudeció la discusión.

El hombre con el que discutía tenía un fierro amarillo en la mano e intentó pegarle a Federico, dijeron testigos. Entonces el pibe tomó una piedra para defenderse y salieron de la casa dos de los hijos del hombre. Uno de ellos Néstor D., quien en la audiencia imputativa dijo ganarse la vida haciendo mantenimiento en el barrio Tierra de Sueños 2.

Varios fueron los vecinos que vieron a Néstor D. armado; algunos lo identificaron por el nombre y otros por sus características físicas. Todos coinciden en que cruzó por detrás de su padre y le apuntó a Federico por la espalda. Le disparó en varias oportunidades, a unos dos metros de distancia. Algunos hablaron de tres detonaciones y otros de cuatro. Lo cierto es que Federico siguió algunos metros más y cayó con una herida de arma de fuego en la espalda que le produjo un shock hipovolémico que desencadenó una hemorragia masiva de tórax.

Uno de los vecinos se estaba por acostar y escuchó un golpe; salió. Estaba Federico tirado en el patio de su casa. Había recibido un tiro y le salía sangre por la boca. Los vecinos tildaron a la víctima de un buen pibe y al detenido como “un jodido”.

“En eso salió uno de los hijos del hombre, Néstor; pasó por detrás de su padre y escuché cuatro disparos”, contó una testigo. Mientras Federico siguió corriendo como pudo y cayó un poco más adelante, el agresor y su padre se frenaron en el medio de la calle. Llegó el resto de su familia hasta donde estaban los otros dos y comenzaron a pelear con los vecinos, afirmó.

La muerte de Federico desató una batahola en la cuadra: la gente se fue sobre la familia del agresor. La Policía llegó y sacó a Néstor D. del lugar, mientras la horda intentaba prender fuego la casa y quemó dos móviles policiales, explicó una fuente.

Con este relato el fiscal Florentino Malaponte imputó a Néstor D. por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación de arma de guerra sin autorización legal; hasta el momento el arma homicida no apareció, aunque el proyectil que mató a Federico quedó en el cuerpo y será evidencia importante para la Fiscalía.

El funcionario judicial solicitó la prisión preventiva del hombre tras la descripción de la evidencia; explicó que los testimonios fueron tomados en sede policial, los que deberán corroborarse en la Fiscalía, aunque todos coinciden en la mecánica del hecho y en varios de ellos se sindicó al autor.

Por su parte, el imputado prefirió no hablar, mientras que el defensor Jorge García Cupé prácticamente no tuvo intervención en la audiencia, ni se opuso a la medida cautelar solicitada por la Fiscalía. Sólo se limitó a decir: “No tengo objeciones en esta etapa”.

En el final de la audiencia, el juez Mariano Aliau dispuso la medida cautelar por el plazo de ley, o sea 60 días. La audiencia terminó con la mirada atónita del imputado a su defensor.