“Podría haber sido una masacre porque era domingo y estaban todos los vecinos afuera tomando mates con los chiquitos. Se pararon con las motos en la esquina de Cullen y Fraga y dispararon. No lo mataron de milagro”, explicó en diálogo con El Ciudadano Javier, primogénito de Luis Antonio L., de 41 años, el hombre que recibió un balazo en el lado derecho de su torso anteanoche mientras estaba con los amigos de su hijo menor en el frente de su casa de Cullen al 2200, en la zona oeste.
Javier y un allegado a la víctima contaron que el ataque ocurrió alrededor de las 20 de anteanoche cuando Luis Antonio estaba en la puerta de su vivienda reunido con unos amigos de su hijo menor. “Anoche (por anteanoche), cinco amigos de mi hermano vinieron para contarle a mi viejo cómo estaba un chico del barrio que siempre tiene problemas de salud y había sido internado. Estaban todos en la vereda. En un momento, pasaron cuatro pibes a bordo de dos motos de esas chiquitas de110 centímetroscúbicos despacio por el frente de la casa. Se pararon en la esquina del lado impar de Fraga al 6300, uno de los que iban atrás sacó un arma y disparó en dirección adonde estaban todos reunidos. Entonces mi viejo abrió la puerta, los chicos entraron, él quedó último y cuando quiere cerrar la puerta, le pegaron”, relató Javier. “Realmente tuvo un Dios aparte”, subrayó.
“Había muchos vecinos afuera, porque estaban reunidos tomando mate, y también había chiquitos por todos lados. Cuando escucharon los tiros se tiraron todos al piso. Son unos inconscientes podría haber sido una masacre. Dispararon al menos ocho veces”, agregó el allegado a la víctima.
Tras el ataque que quedó marcado con dos impactos en el frente recién pintado de la casa, en el portón celeste y en la pared lindera, el hombre –que trabaja como vigilador en el Pami II– fue trasladado de urgencia al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez donde se recuperaba de la lesión que le provocó el proyectil en el costado derecho de su cuerpo.
Sin embargo, familiares de la víctima especificaron que entre la mañana y el mediodía de ayer su estado de salud se había agravado. “Hoy temprano se recuperaba bien pero hace un rato me llamaron del Heca para avisarme que se había complicado su situación, estaba perdiendo mucha sangre y lo iban a tener que operar. El plomo que le sacaron era de una9 milímetrosy le perforó el pulmón”, detalló ayer el muchacho.
Con respecto a los agresores, los allegados al herido aseguraron que no hubo ningún indicio previo como pudo ser una discusión o una pelea que ocasione el ataque y que tampoco pudieron reconocer a nadie, porque los integrantes del cuarteto de atacantes estaban encapuchados. “No había problemas con nadie. Las personas que estaban afuera no pudieron ver nada porque tenían las camperas altas y las gorras. Parecían encapuchados. Ningún vecino pudo verles las caras”, sentenciaron los parientes del vigilador.
A su vez, las fuentes policiales indicaron que la investigación se encuentra en plena etapa investigativa y que por el momento no están identificados los agresores. “Se manejan muchas hipótesis. La familia tuvo problemas con unos vecinos del barrio pero no serían los atacantes. Esperamos alguna declaración que pueda aportar algún dato sobre estas personas”, sostuvo un vocero del caso.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno junto con la colaboración del personal de la comisaría 14ª, por razones de jurisdicción.
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