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Hollande da el “ni”

El presidente de Francia abrió la posibilidad de que cada alcalde decida acatar o no el matrimonio igualitario que el Parlamento convertirá en ley.


El presidente francés, François Hollande, abrió ayer la posibilidad de que cada alcalde decida si acatará el casamiento homosexual, desatando nueva polémica con el ala izquierda de su gobierno, que considera su “ambigüedad” como una “capitulación” frente a los sectores más conservadores de la sociedad.

“Si la ley de casamiento para todos es aprobada en el Parlamento, la ley se aplicará para todos en el respeto de la libertad de conciencia”, aseguró Hollande en un congreso que reunió a todos los alcaldes franceses.

De esta manera, el mandatario dejó abierta la eventualidad de que algunos municipios se nieguen a casar personas del mismo sexo, autorización que sería aprobada por el Parlamento en los próximos meses. Al relativizar su promesa de instaurar en Francia el “casamiento para todos”, como decía su eslogan de campaña, Hollande acumuló un nuevo problema para su gestión, comprometida por la crisis económica de la zona euro, una economía deficitaria al borde de la recesión y un crecimiento constante del desempleo. “Es un retroceso, una sumisión, una finta que significa la victoria ideológica de la derecha”, dijo el diario Libération citando declaraciones del diputado ecologista Noel Mamere, el primero en celebrar simbólicamente un casamiento gay en la Alcaldía que dirigía en 2008. “Esto demuestra una capitulación al ceder a los alcaldes más reaccionarios”, agregó. El pasado domingo, se produjo una masiva manifestación contra la ley.

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