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Historia de dolor y abuso

La mujer acusada de instigar el crimen de su esposo no pudo declarar ante el juez por su salud. Sin embargo sus allegados desnudaron una trama oscura en la que ella es víctima y aseguran que es inocente.

Luego del homicidio de Basilio Vargas –ejecutado hace diez días en Fisherton mientras esperaba a su familia en el interior de su auto– y de la posterior detención de los dos presuntos autores del disparo, los investigadores apuntaron la mirada hacia la esposa del hombre, 30 años menor que él y quien intentó suicidarse al día siguiente del hecho. No obstante, nuevos datos aportados por allegados a la familia pusieron en duda lo que en un principio parecía una hipótesis segura: que Elizabeth Torrano y madre de cinco hijos había encargado a un amante el homicidio de su esposo.

La mujer vivía en la localidad bonaerense de Temperley y fue trasladada anteanoche a Rosario en calidad de detenida luego de pasar varios días en un hospital de Buenos Aires recuperándose de una severa intoxicación, al parecer provocada por aspirar vapores de cianuro en un intento de suicidio. Ayer se presentó en el juzgado de Instrucción 3ª, a cargo de Luis María Caterina, para prestar declaración indagatoria pero una descompostura física frustró la medida, indicó una fuente judicial. Hasta que se fije una nueva fecha, Elizabeth –quien asegura ser inocente– permanecerá detenida en un penal de Rosario aunque su abogado defensor adelantó que hoy presentará un pedido de prisión domiciliaria para que su clienta pueda cuidar a sus hijos, los más pequeños de 4 y 9 años. Detrás de la declaración de inocencia, se desnudó una trama de abusos de los que la mujer fue víctima desde el comienzo de su relación con el ahora fallecido.

 “Soy inocente”

 Elizabeth tiene 34 años y cinco hijos, de entre 4 y 17 años. Los dos más pequeños son frutos de la relación que la unió durante los últimos años a Vargas, quien tenía 65 años y se desempeñaba como empleado de una firma de recubrimientos industriales y marinos. Luego del homicidio de su esposo, la mujer pasó a ser la principal sospechosa de idear el crimen, a partir de la declaración de un hijo de Vargas, de 40 años, que se presentó espontáneamente en los tribunales de Rosario y la acusó. A eso se sumó la detención de los dos presuntos autores materiales del crimen, uno de ellos familiar del matrimonio y el otro un supuesto amante de la mujer. Sin embargo, Elizabeth aseguró ser inocente y dijo que fue víctima de todo tipo de abusos por parte de su marido, quien además de golpearla y maltratarla psicológicamente la obligaba a ejercer la prostitución desde hacía años, reveló una fuente allegada a la pareja.

La misma fuente dijo que la crueldad y humillación a la que era sometida la joven madre se sumaban a varios episodios de dolor que le habían tocado sortear desde niña, aunque nada justificaba su participación en el asesinato del padre de sus hijos, del cual “no tuvo nada que ver”.

 El homicidio

 El 11 de enero pasado, a la una de la madrugada, Vargas, su mujer y su pequeño hijo estacionaron su camioneta de doble cabina en la puerta del domicilio de un familiar, ubicado en la zona norte de Fisherton, limítrofe con el arroyo Ludueña. Elizabeth bajó del vehículo junto a su niño e ingresó a la casa de su hermana a buscar a sus demás hijos que estaban al cuidado de la tía, mientras que Vargas la esperaba en el interior del rodado. Según contaron vecinos a los policías, en esos momentos apareció una motocicleta con dos personas a bordo que se acercaron a la camioneta y uno de ellos efectuó un disparo en la cabeza de Vargas que le ocasionó la muerte instantánea.

Fue a raíz de las descripciones físicas que brindaron algunos testigos que los pesquisas comenzaron a buscar a un remisero oriundo de Lanús, quien fue detenido horas después en San Pedro, a 150 kilómetros de Rosario. Más tarde se presentó de forma espontánea en Tribunales un sobrino político del matrimonio, presunto autor material del asesinato. Ambos quedaron detenidos a disposición del juzgado de Instrucción 3ª. Al día siguiente se conoció una nueva tragedia en la familia que daba cuenta de un intento de suicidio por parte de Elizabeth. La mujer ingresó al hospital Gandulfo, de la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, con un cuadro de intoxicación. Recién anteanoche los médicos le dieron el alta y fue trasladada a Rosario, y en la mañana de ayer su salud no le permitió prestar declaración indagatoria. Su abogado dijo que hoy pedirá la prisión domiciliaria de su clienta para que pueda cuidar a sus hijos, que están con una tía, al tiempo que adelantó que pedirá una ampliación de la declaratoria que se frustró ayer.

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