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Himnos latinoamericanos por el tamiz de Los Nocheros

Por Javier Hernádez. El grupo presentará “Clásicos”, un disco donde reversiona a grandes compositores junto con una orquesta sinfónica.


“Estas canciones son el pecado original de los que nacemos folcloristas”, abrevió Mario Teruel.

“Estas canciones son el pecado original de los que nacemos folcloristas”, abrevió Mario Teruel en referencia a los temas que forman parte de Clásicos, décimo octavo disco de Los Nocheros que la banda presentará esta noche, a partir de las 21.30, en el teatro El Círculo (Laprida y Mendoza).

El músico, que junto con Rubén Ehizaguirre y Kike y Álvaro Teruel vuelve a Rosario tras dos años de ausencia, habló con El Ciudadano, y en ese marco repasó su última producción donde, como dijo, el grupo trabajó con la idea de hacer versiones “como si fuera música para películas”.

En el disco, el popular grupo vuelve a patear el tablero impulsando un nuevo abordaje de su sonoridad, incorporando los colores que les proporciona una orquesta sinfónica con sobresalientes trabajos en su línea de violines y cellos. Así se oyen reversionados himnos latinoamericanos como “María va”, “El Arriero”, “Alfonsina y el mar” y “Merceditas”, y resalta una poderosa versión de “La colina de la vida”, de León Gieco, que responde a esas motivaciones que los músicos persiguen con la incorporación de una orquesta.

—En el disco anterior hacen canciones acústicas y en vivo; ahora innovan en su sonoridad con la incorporación de orquesta sinfónica. ¿Qué los llevó por este nuevo camino?

—En los últimos años nos ofrecieron varios proyectos con esta búsqueda orquestal. Así surgió la idea de hacer un espectáculo que se iba a concretar en Salta, y para el cual habíamos seleccionado una decena de canciones entre más de doscientas. Finalmente, ese show no se hizo, y como estábamos entusiasmados con los arreglos comenzamos a armar temas y maquetearlos con la idea de hacer algo.

—¿Cuáles fueron las metas estéticas al encarar los temas?

—A Sebastián (Fucci) le pedimos trabajar con la idea de pensar estos clásicos como si fueran música para películas. El primer arreglo que recibí fue el de “La colina de la vida”, de León Gieco, y cuando lo escuché me di cuenta que estábamos frente a esas pretensiones: cada pasaje de la orquesta tenía clima cinematográfico.

—“La colina de la vida” es una de las mejores versiones del disco que, gracias a la estructura que le aporta la sinfónica, se oye intensa y dispara nuevas imágenes…

—Totalmente. Y nosotros nos agrandamos tanto que nos animamos a incluir en el recital la proyección de algunos videos; justamente, tenemos la pretensión de mostrar una especie de paseo, de viaje.

—¿Qué quisieron indagar al seleccionar estos temas?

—Cuando comenzamos a buscar las canciones, cada uno llevaba quince o veinte títulos distintos; hay una bocha. Fue muy difícil hacer una selección. La mayoría de las canciones que llevábamos eran zambas porque en Salta nos gustan mucho. En un momento, no sabíamos para dónde rajar porque había material para diez discos de veinte canciones y decidimos elegir estas diez. Una premisa que tuvimos fue la de elegir el repertorio por medio de los autores que nos parecían representativos hacia nuestra mirada de la música folclórica. Por eso, nos es fundamental incluir a León Gieco. Me parece una genialidad lo que hizo Sebastián (Fucci) porque más que ir a la cuestión armónica trabajó sobre las sensaciones y generó climas muy lindos.

—¿Cómo funcionó eso en el estudio?

—No ensayamos mucho porque marcamos las canciones de una estructura vocal muy fácil: solos, dúos, unísonos, y tríos con octavas; sin buscar coros ni recurrir en acordes compuestos porque consideramos que en la orquesta estaba todo el resto. Tuvimos mucha libertad y hablamos con Álvaro, quien era el que sentía más preocupación por cantar estas canciones. Le pedimos que recurra a la memoria emotiva de cada canción y así fue saliendo cada toma. En la primera sesión grabamos cuatro temas y al otro día los seis restantes.

—¿Qué les aportó trabajar con importantes invitados?

—Estuvimos con Jaime Torres, el Chango Spasiuk, Luis Salinas, y todos fueron unos invitados de lujo que, despojados del tiempo, compartieron con nosotros sus recuerdos de cada canción y su experiencia personal con ellas.

—Llevan 18 discos editados; ¿cuál es el momento de este “Clásicos”? El disco además viene con un subtítulo: “El pecado original”. ¿A qué refiere?

—Desde un primer momento dijimos: “Vamos al pecado original”, porque estas canciones son con las que los folcloristas nacemos sin saberlo. Hay algunos cristianos católicos que dijeron que el pecado original es por culpa de algo, echándole la culpa a Eva quien le había dado a Adán la manzana para que la comiera. Entonces ahí nos dimos cuenta: es culpa del Cuchi Leguizamón, de Atahualpa (Yupanqui). Estas canciones son el “pecado original” de los que nacemos folcloristas, y seguramente serán las manzanas para las nuevas generaciones de cantores.

—¿Cómo se preparan para el regreso a Rosario?

—Estamos muy ansiosos de ir a Rosario porque esa ciudad siempre fue muy generosa con nosotros y nos da muchas ganas de llegar para cantar este disco que viene teniendo una repercusión bárbara en todas las provincias.

“Clásicos” por dentro

Con producción, dirección musical, arreglos y orquestación a cargo de Sebastián Fucci, Clásicos contó con la participación de los prestigiosos músicos Luis Salinas, Jaime Torres y Chango Spasiuk. Con Jorge da Silva como ingeniero de grabación y mezcla, además de la masterización junto con Osvel Costa, el disco se inicia con “Fuego de Animaná” e incluye “María va”, “La colina de la vida”, “Carnavalito del duende”, “Adiós amada”, “La López Pereyra”, “La Compañera”, “El Arriero”, “Alfonsina y el mar” y “Merceditas”. Además, en los créditos figura una orquesta formada por violines, violas, violoncelos, contrabajos, flautas, oboes, cornos, trombón, trompeta y piano. Finalmente, en los créditos sobresale el nombre del periodista Marcelo Simón como encargado de los textos presentes en el booket del disco.

Sin la orquesta

Al igual que viene sucediendo en todo el país, Los Nocheros llegarán a Rosario en su versión de cuarteto sin el acompañamiento de la orquesta con la que grabaron Clásicos. Consultado por la dinámica del show sin el esencial elemento sonoro Mario Teruel detalló cómo programaron el concierto: “Hacemos cinco temas con pista de orquesta en sincronía con unos videos de gran producción; y otros cinco donde primero suena la pista y luego se suma la banda con reversiones de lo orquestal”.

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