País

En la 9 de Julio

Hicieron detonar torso de maniquí pensando que tenía explosivos y era inofensivo

Intervención artística o broma, pero nunca bomba. El objeto fue denunciado como peligroso. Lo hicieron volar con una "carga hídrica" pero no tenía nada más extraño que su pintura multicolor. Estaba a metros de una fuente en el microcentro porteño


Era un torso de maniquí intervenido como una suerte de obra de arte, abandonado a metros de una fuente de la avenida 9 de Julio, en el microcentro porteño. Alguien se asustó, pensó que tenía explosivos, llamó a emergencias y se movilizaron dotaciones de la Policía de la Ciudad (de Buenos Aires) que, finalmente, lo hicieron detonar en la noche de este lunes para comprobar que el objeto era inofensivo.

La intervención policial se inició ante el hallazgo de un torso de un maniquí pintado a colores en el cruce de Lima y Avenida de Mayo, a metros de una fuente.

Los efectivos de la Comuna 1 de la Policía de la Ciudad advirtieron que el torso –sin cabeza ni brazos y con un orificio donde se veían cables– podía ser una amenaza. Peritos de la División Explosivos de la fuerza de seguridad porteña, quienes anoche, luego de preservar la zona, colocaron lo que denominan carga hídrica e hicieron una detonación controlada.

Luego de la explosión, los peritos determinaron que el torso de maniquí no tenía ninguna carga explosiva.

Miedos sobre objetos

Intervención artística o broma, nunca bomba. Así quedó el maniquí después de la “detonación controlada”.

 

El 12 de diciembre pasado hubo un hecho parecido. Fue en el anexo del Senado de la Nación, cuando detectaron un cilindro con cables que respondía a las características estéticas de una bomba. Hubo un desalojo y la División de Explosivos de la Policía Federal intervino con canes para dilucidar si el artefacto representaba peligro. Una hora llevó comprobar que no era una bomba.

El año pasado, durante la cumbre del G20 en Buenos Aires, la Policía de la Ciudad activó cinco veces el protocolo de análisis y desactivación de bomba por sendas alertas que, de nuevo, dieron resultado negativo. Entre artefactos sospechosos que desataron el temor hubo una pieza de motor de heladera, una heladera de telgopor, un caño empotrado en la vereda atado con cinta, una valija abandonada y tres tubos azules atados a un medidor de tensiómetro que simulaba ser el temporizador de una bomba.

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