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Héroes improbables

En una noche gris, Argentina venció 2-0 a Grecia con goles del resistido Demichelis y el legendario Palermo.

En una noche gris, Argentina venció 2-0 a Grecia con goles del resistido Demichelis y el legendario Palermo
En una noche gris, Argentina venció 2-0 a Grecia con goles del resistido Demichelis y el legendario Palermo

La Argentina de Diego Maradona no deja de sorprender: era la noche de Lionel Messi, pero su tercer triunfo consecutivo en el Mundial llegó con dos Martín como improbables héroes: Demichelis y Palermo.

Hay noches en las que ni los símbolos ni las emociones valen. No importó que se cumplieran 24 años de los míticos dos goles de Diego Maradona a Inglaterra en México 86, ni que Messi estrenara la cinta de capitán.

De lo que se trataba para la granítica Grecia de Otto Rehhagel era de jugarse la vida en un partido de fútbol, y con sus limitadas y avaras armas lo hizo bien. Resistió hasta el minuto 77, cuando un hombre, que en sus épocas de juvenil de River pasó horas sacando fotocopias, saltó de la oscuridad lógica de un defensa central a un primerísimo plano.

Maradona lo abrazó con fuerza, porque era el mismo Demichelis que cuatro años atrás lloró por quedarse fuera del Mundial, el mismo que había cometido un error cinco días atrás ante Corea del Sur, error que derivó en gol y complicó durante un rato la tarde de Argentina.

Ayer fue distinto: córner, Demichelis cabeceó, la pelota rebotó en Milito y el central insistió y fusiló al arquero Tzorvas. Ahí se acabó Grecia que, como su entrenador Otto Rehhagel había dicho un día antes, dejó bien claro que no es un país en el que “broten futbolistas de los árboles”.

Brotan, eso sí, gigantes en torno al metro noventa como Sokratis Papastathopoulos, central del Genoa y el mejor “amigo” de Messi en toda la noche. Si Maradona hubiese decidido sustituir al delantero de Barcelona, es probable que Papastathopoulos se sentara en el banco argentino también.

Marcado en zona por Nigeria, con un sistema mixto por Corea del Sur, la noche de Polokwane mostró que Grecia encontró cómo neutralizar mejor que nadie al crack rosarino, que buscó sin encontrar, aunque estrellara un tiro en el palo para acrecentar una sensación de frustración que arrastra: lleva tres partidos en el Mundial y todavía no anotó goles.

Quizás Messi intuía en el túnel de salida al estadio que Grecia no lo dejaría jugar. Serio, tenso, moviendo el cuello y tocándose el cabello, a Messi intentaron aliviarle la noche Juan Sebastián Verón y Demichelis con bromas y sonrisas. No había caso: Messi sentía muy profunda la responsabilidad de llevar la cinta amarilla en el brazo.

El jueves festejará su cumpleaños número 23 pensando ya en los octavos de final ante México y en la revancha que ansía, revancha de Alemania 2006 también para los norteamericanos, que, a diferencia de Grecia, sí juegan y dejan jugar.

Pero mientras Messi decanta una noche complicada, a otro hombre, 13 años mayor que él, la sonrisa no se le irá de la cara: Martín Palermo, el último jugador de campo que no se había estrenado, salvo Ariel Garcé, realimentó su leyenda metiendo su primer gol mundialista instantes después de ingresar al campo. Fue una noche gris, pero Maradona y Argentina no dejan de sorprender.

Pasó entonces, a octavos de final. Con puntaje ideal en un grupo en el que la lógica le estrechó la mano a la Argentina. Primero en la zona B y ahora a enfrentarse con México, el segundo del A, el domingo a las 15.30 en el Soccer City de Johannesburgo.

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