Alvaro Arellano
Desde temprano las caras en el búnker de Costa Salguero no eran auspiciosas, aunque ni el más pesimista de los oficialistas podía imaginar el desenlace final. La noche en que Juntos por el Cambio terminó quince puntos debajo del binomio Fernández, se inició con caras de preocupación, siguió con el reconocimiento de una dura derrota, y terminó con el presidente mandando a dormir a los argentinos.
El jefe de Gabinete Marcos Peña fue el primero en aparecer luego del cierre de la votación. Pasadas las 19 hizo su primera aparición pública en el bunker de Juntos por el Cambio en Costa Salguero. Su intervención mostró el primer acto reflejo del gobierno nacional, desestimar los “boca de urna” que circularon desde las primeras horas de la tarde.
Acompañado por el jefe de Gabinete porteño, Federico Salvai, Peña se manifestó “muy contento con lo que ha pasado en Argentina”, en virtud de la normalidad con la que se llevó a cabo el proceso electoral hasta ese momento. Las caras no eran las mejores, pero ni el más pesimista de los oficialistas podía imaginar el desenlace final.
Pasadas las 22, y todavía sin datos oficiales, Mauricio Macri acaparó la escena del búnker de Juntos por el Cambio. Acompañado por Miguel Pichetto a su derecha y María Eugenia Vidal a su izquierda, la mueca de frustración era inocultable.
“Hemos tenido una mala elección y eso nos obliga a redoblar los esfuerzos para octubre” reconoció el mandatario de cara a su público. Agradeció a todos aquellos que en las dificultades los siguieron apoyando aunque el tono a esa altura daba a las claras que la derrota era apabullante.
Casi preparando a sus seguidores para el impacto que recibirían minutos después con los primeros datos oficiales, Macri adelantó: “Me duele en el alma que tantos argentinos crean que la alternativa es volver al pasado” en clara referencia al kirchnerismo. Tras reconocer la derrota electoral lanzó: “Perdimos y perdimos por mucho”.
Más allá de admitir que a esa altura la diferencia en contra era holgada, consideró que en la elección de octubre “se va a decidir el futuro de los próximos 30 años del país”. Ante un Pichetto visiblemente preocupado, el líder de Juntos por el Cambio se esforzó por deslizar sus últimas palabras.
“Estoy acá para ayudarlos, porque amo este país, creo en lo que podemos hacer y creo que es muy importante que todos sigamos dialogando y explicar lo que queremos” manifestó ante una asistencia desorientada.
Sobre el epílogo del discurso aprovechó para apoyarse en la victoria holgada porteña de Horacio Rodríguez Larreta para ofrendar una buena noticia a quienes se habían acercado hasta allí esperando otro resultado. “Quiero felicitarlo a Horacio porque es un ejemplo muy lindo para todos los argentinos, es alguien a quien nadie le regaló nada”, expresó.
Luego repasó parte del discurso con el que el oficialismo insisitió estos últimos días y se refirió a la necesidad de “volver a ser parte del mundo”. Además consideró que “si no tenemos un mensaje claro, va a ser difícil construir el país que queremos”.
Para darle cierre a una noche que el actual presidente preferirá olvidar, manifestó: “Estamos acá, estamos dejando todo por nuestro querido país, duele que hoy no hayamos tenido todo el apoyo que esperábamos, a dormir y a empezar a trabajar desde mañana a la mañana”.
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