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Optimismo

Heller: “El segundo semestre será mejor que el primero”

El diputado nacional analizó el rumbo de la economía, las restricciones al dólar y el sistema de coparticipación. El presidente del Banco Credicoop destacó las medidas anticíclicas que tomó el país para enfrentar la crisis internacional


El diputado nacional Carlos Heller, de visita en Rosario, reflexionó sobre el rumbo de la economía, se mostró optimista en relación a la recuperación de la actividad en el segundo semestre, indicó que las restricciones a la compra de dólares no inciden en la desaceleración del crecimiento y defendió el régimen de coparticipación como un sistema que tiende a corregir las desigualdades entre las provincias argentinas.

“Discutir la coparticipación siempre se puede, pero cuando uno la discute está diciendo que hay que sacarle a uno para darle a otros”, indicó el diputado nacional Carlos Heller, en momentos en que desde varias provincias argentinas, y en particular Santa Fe, reclaman un reparto diferente de los recursos que la Nación retribuye a los estados provinciales.

“El criterio de la coparticipación conceptualmente no es como dice Mauricio Macri «nosotros somos los que más ponemos y los que menos recibimos» y está bien que sea así. La coparticipación es un sistema de redistribución, de lo contrario lo que se hace es consolidar las inequidades y la desigualdad existente entre las provincias. Tiende la coparticipación a corregir esas desigualdades”, dijo el presidente del Banco Credicoop en diálogo con El Ciudadano.

—Algunos economistas hablan de un escenario económico de estanflación o de merma en el crecimiento para el segundo semestre. ¿Cuál es su visión en este sentido?

—Muchos economistas se parecen a los pronosticadores del tiempo que cuando decían que iba a salir el sol, llovía y cuando decían que llovía, salía el sol. Hay muchos de ellos que si les mirás los antecedentes tendrían que ser más prudentes. Más que hacer pronósticos hay que analizar contextos y arribar a algún tipo de conclusión.

De pronto para esos economistas la Argentina no forma parte del mundo. Antes decían que no se crecía por las políticas internas, sino por el viento de cola; ahora no es la crisis del mundo, son las malas decisiones que se toman acá. ¿Cuál es la realidad nuestra? Tenemos una fuerte vinculación con Brasil; el 25 por ciento de lo que exportamos va a ese país Si Brasil como se supone va a tener un segundo semestre de crecimiento y no por accidentes sino porque se han tomado medidas anticíclicas, eso va a tener un impacto positivo en la situación argentina.

—¿Y cuál es la actitud de nuestro país frente a este escenario?

—La Argentina a su vez está haciendo lo mismo, no está cruzada de brazos. Fente a la crisis internacional se anuncian medidas como plan de viviendas Procrear, créditos para la inversión productiva, créditos para los jubilados, los Repro para ayudar a las empresas con dificultades. Frente a la crisis hay un conjunto de políticas activas en marcha que deberían tener impacto positivo. Si se cumplen esas cuestiones, mi opinión es que el segundo semestre va a ser mejor que el primero. Si Brasil en vez de crecer decrece, si la crisis de Europa se profundiza, si China compra menos por sus propios problemas, probablemente haya dificultades que se mantengan. Yo tengo un razonable optimismo.

—¿Cuál es la incidencia real del cepo cambiario en la desaceleración de la economía?

—Me resisto a hablar de cepo cambiario porque es una terminología instalada, me resisto a hablar de dólar blue y paralelo, para mí hay regulaciones cambiarias y hay un dólar oficial y otro ilegal. Operar en el mercado ilegal es un delito, para el que vende como para el que compra. Uno dice blue y parece algo romántico o divertido, hasta con la terminología intentan acorralarnos. Las exportaciones no cayeron por problemas cambiarios, cayeron porque nos compran menos por la crisis internacional. Decir que eso se debe a las restricciones cambiarias es como mínimo tomar como ignorantes a los que escuchan esos datos. Otra mentira es que están cerradas las importaciones, están restringidas básicamente cosas que se pueden hacer en Argentina. Es un proceso virtuoso porque resuelve problemas de balanza comercial y de empleo. Esa es la visión que hay que tener, las otras terminan en ajuste.

 

La “ideología” como factor de ruptura en la CGT y en el propio kirchnerismo

El diputado nacional Carlos Heller se refirió a la fractura del movimiento obrero, con el sector moyanista por un lado y “Los Gordos” e independientes por el otro, y a la tensa relación entre el gobernador bonaerense Daniel Scioli, y la presidenta Cristina Kirchner. Para el titular del Banco Credicoop, en ambos casos lo que hizo decantar las diferencias fue un componente “ideológico”.

—¿Cuál es su mirada en torno a la división del movimiento obrero en la CGT?

—Nunca es bueno, siempre lo ideal es que el movimiento obrero esté unificado. Sin embargo, si uno mira la experiencia internacional observa que en muchísimos países hay varias centrales sindicales porque lo ideológico termina estableciendo marcos de referencia inevitables,  que es lo que aquí sucede.

La visión de sectores sindicales en relación a las políticas que impulsa el gobierno generan esa situación. Entonces resulta los que están a favor y los que no y llegan a un punto en que les resulta difícil convivir.

—¿A qué atribuye los roces que han tenido Cristina Kirchner y Scioli? ¿Cree que ya están pensando en la presidencial de 2015?

—Si la lectura la hiciéramos desde los dichos de Scioli no habría problemas porque dice que está todo fenómeno. Si uno escucha lo que ha dicho la presidenta, ella ha deslizado críticas a la gestión. Si eso es o no una cuestión que tiene que ver con 2015, la verdad es que me supera. Yo creo que 2015 está muy lejos. Francamente a mi me parece que Scioli adelantó tiempos de una manera imprudente al empezar a hablar de 2015. Podría haber dejado, por lo menos, que pasen las legislativas de 2013. De cualquier manera cuando lleguemos a ese punto otra vez va a ser la ideología la que va a primar y van a estar los que quieran una continuidad que exprese los contenidos ideológicos que ha tenido este proyecto desde 2003 y están los que van a querer que cambie con un candidato que exprese una modificación de ese rumbo.

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