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Cuentas claras

Hay presupuesto 2015, y ahora la palabra la tiene el Concejo

La secretaria de Hacienda, Verónica Irízar, presentó las cifras: acento en lo social con fuerte aumento de TGI y Drei.


Con una rueda de prensa en el Palacio de los Leones, el Departamento Ejecutivo dio a conocer la máxima herramienta de gestión, el Presupuesto 2015, que a primera hora de hoy entrará al Concejo Municipal. La secretaria de Hacienda, Verónica Irízar, junto a los subsecretarios de Hacienda, Guido Boggiano, y de Economía, Santiago Asegurado, encabezó la presentación con una proyección en pantalla grande. Las cifras proyectan para el año próximo un movimiento de casi 6.851 millones de pesos. Y sumando a los organismos descentralizados –Servicio Público de la Vivienda, Instituto de Lucha Antipoliomielítica y el Instituto Municipal de Previsión Social– las erogaciones atraviesan el techo de los 7 mil millones, exactamente 7.185.652.389 pesos. La cifra representa una variación de casi el 50 por ciento –49 en los números estrictamente municipales– respecto del presupuesto para este año: es el efecto –y más de una vez lo marcó Irízar– del golpe devaluatorio de enero, que como a los bolsillos de todos los asalariados argentinos también lastimó severamente las cuentas públicas, con un desfasaje del 33 por ciento en el presupuesto de este año. Para paliarlo, y sólo en parte, insistió la secretaria de Hacienda, asoma un fuerte aumento en la Tasa General de Inmuebles, aunque escalonado por trimestres, y una actualización de los pisos y techos de las categorías utilizadas para la tasa de Derecho de Registro e Inspección que tributan los comercios.

Desde el punto de vista de los bolsillos de los contribuyentes, el proyecto de presupuesto que el Palacio de los Leones giró al Palacio Vasallo considera un aumento porcentual “plano” –es decir para todos por igual– de la TGI. No discrimina en los radios de los contribuyentes sino que se basa en los valores tributados hoy, que justamente son diferentes según el área de la ciudad donde se esté ubicado el inmueble.

Y tampoco insiste con el revalúo propuesto para el presupuesto 2014, que el año pasado le negó la oposición.

Y lo más probable, si se atiende a la historia, es que tampoco pasen las cifras propuestas por el Ejecutivo, así como están. Y como están es que las boletas de la TGI del primer trimestre de 2015 llegarán con un 43 por ciento de aumento, en tanto que las del segundo, tercer y cuarto trimestre con un 15 por ciento, acumulativo. Los porcentajes suponen, entonces, que a fines de 2015 estarán pagando más del doble –exactamente un 115 por ciento más– que lo que pagan hoy. Pese a que ediles de todos los signos políticos reconocen la existencia del proceso inflacionario, lo cierto es que el año pasado no prosperó un revalúo que hubiera elevado un 30 por ciento la TGI, y no sin dificultades salió un reajuste de un 19 por ciento.

En cuanto al primer escalón de aumento de la TGI, fijado en 43% en el primer trimestre del año, según marcó Irízar, en billetes serían unos 34 pesos por encima de lo que tributan hoy quienes pagan entre 70 y 100 pesos –el valor tomado fue 80 pesos– de TGI.

Y serían unos 20 pesos en promedio para quienes pagan entre 30 y 70 pesos –exactamente 46,5 pesos– de tasa por mes. Las dos franjas en conjunto explican el 68 por ciento de los contribuyentes rosarinos y, junto al sector más vulnerable, totalizan 7 de cada 10 contribuyentes. “El 71 por ciento tributa menos de 100 pesos mensuales”, puntualizó Irízar, destacando además, entre otros ejemplos, que en conjunto y en promedio los rosarinos pagan bastante menos que los santafesinos –179 pesos–, y aun menos de la mitad que los cordobeses, cuyo promedio por contribuyente está en 300 pesos.

Para los dos sectores de mayor capacidad de pago y que más tributan hoy –un 19 por ciento de los contribuyentes paga entre 100 y 200 pesos por mes y un 7 por ciento entre 200 y 400 pesos de TGI– el aumento para el primer trimestre será de 58 pesos en promedio para los primeros y de 117 para los últimos.

En tanto, para los trimestres que siguen los aumentos serían valores más digeribles: por ejemplo 10, 17, 29 y 58 pesos para las cuatro franjas de contribuyentes antes citadas, y de sólo 2 pesos para la que menos tributa.

En tanto, para el Drei, se propone modificar la ordenanza general impositiva actualizando en un 50% pisos y techos de las categorías para incorporar el efecto de la inflación en la facturación de las empresas. En ese contexto se eliminando la primera categoría y más baja, que contemplaba un ingreso bruto de 36 mil pesos anuales.

“Ningún comercio rosarino está en esa cifra, que no alcanza ni para pagar un alquiler”, explicó Irízar. En cambio, se agregó una nueva para quienes facturan más de 600 mil pesos anuales.

Plata para qué

Aunque concentren la atención, los aumentos de TGI y Drei conformaron sólo una pequeña parte de la exposición de Irízar, que se centró, en cambio, en la distribución del gasto público, al que definió como una radiografía de la orientación de la gestión política.

En ese marco resaltó que el eje central de la inversión continuarán siendo las áreas sociales –Salud Pública, Promoción Social, Cultura y Servicios Públicos– que en conjunto explican el 57 por ciento de los recursos. Destacó el fuerte acento en intervenciones de obras públicas y mantenimiento de infraestructuras, que explica el 18 por ciento del presupuesto programación de obras de pavimentación y cloacas, entre otras.

En particular, el sistema de salud –una prioridad histórica– es el que más presupuesto se llevará en 2015, exactamente la cuarta parte, un 25 por ciento. Servicios Públicos y Medio Ambiente le sigue apenas abajo con un 22,7 por ciento. En ese desglose, como dato surge el aumento de partidas hacia Promoción Social, que subirá a un 5,9 por ciento del 5,6 actual –en la torta cada punto porcentual implica casi 7 millones de pesos y dos décimas casi un millón y medio– y la aparición, por primera vez, de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, que concentró distintas áreas y se llevará un 5,2 por ciento del presupuesto. Para el aparato que está desplegándose prácticamente a diario en distintos sectores de la ciudad ordenando espacios públicos, habrá además 25 vehículos nuevos: 10 autos y 15 motos.

A escalonar los aumentos

El mensaje al Legislativo llega acompañado de una propuesta de modificación de la Ordenanza General Impositiva para proceder a una actualización escalonada de la TGI vinculada con el financiamiento de los servicios que presta el municipio. Se sustenta básicamente esta iniciativa en el proceso inflacionario a través del cual se diluye mes a mes la capacidad de financiamiento de esa tasa.

La erosión de la TGI como herramienta de financiamiento queda gráficamente expuesta a poco que se considere que en las últimas dos décadas pasó de ser el 46 por ciento de los ingresos tributarios propios a representar el 30 por ciento. De hecho, la TGI no llega a cubrir hoy los costos conocidos como ABL (alumbrado, barrido y limpieza).

La erosión de los recursos del municipio se explica no sólo por el contexto inflacionario sino por el “federalismo fiscal invertido”, señaló Irízar, por el cual la mayor proporción de la masa tributaria es recaudada en el orden nacional, aspecto que es evidente en el caso del impuesto a las Ganancias y por el cual de cada 1.000 pesos que se tributan en la ciudad vuelve 1,20 peso.

A diferencia de ese y muchos otros tributos la TGI es uno de los pocos que no se ajusta por inflación y su merma afecta la coparticipación, ya que los coeficientes de distribución toman en cuenta –entre otros factores– la evolución de los ingresos propios de cada municipio.

Ello también se refleja en la coparticipación por impuesto Inmobiliario provincial que percibe la ciudad, recursos que representaban el 43.65 por ciento promedio de los ingresos entre 1995 y 2003 y cayeron al 16,61 por ciento en 2014.

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