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Hay agua tras la dura sequía

Expertos del Inta y del Servicio Meteorológico Nacional afirmaron que el factor de la seca, el efecto climático La Niña–que es propio de la primavera–, dejará paso a un período de lluvias en los próximos meses. Yauhar convocó a la Comisión de Emergencia Agropecuaria

La gravedad de la sequía que afecta al área agrícola nacional es innegable, pero los expertos advierten que el efecto climático “La niña” está en su fase decisiva y comenzará a dar paso al período de lluvias. Tanto el director del Instituto Nacional de Clima y Agua, dependiente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), Pablo Mércuri, como la jefa del Departamento de Agrometeorología del Servicio Meteorológico Nacional, Liliana Núñez, coincidieron en esta apreciación.

“Una vez que pasen las lluvias, se va analizar el modelo; la situación es compleja pero las precipitaciones van a venir”, dijo Mércuri.

El especialista, un ingeniero agrónomo situado en el Inta Castelar, advirtió que a partir de ahora se reducirán los días consecutivos sin lluvias.

“Se acortarían los días entre eventos de precipitaciones, lo que ayudará a paliar esta situación extrema en enero y en febrero”, aclaró.

Es más, precisó que “no hay evidencias científicas de que febrero vaya a ser un mes seco, sería normal y hay cultivos más tardíos que se van a beneficiar, pero los tempranos están en riesgo”.

Mércuri explicó que “la perspectiva es que la situación actual se ha tornado difícil; se sumó a la falta de precipitaciones el calor que secó los perfiles del suelo, lo que creó la situación deficitaria”.

Núñez, por su parte, desde el Servicio Meteorológico Nacional ratificó que “La Niña”, causante de la seca, “tiene efecto principalmente en la primavera por lo cual sus consecuencias deberían ir desapareciendo”.

“Estamos entrando en el período de lluvias, va a comenzar a llover, va a terminar el período seco, lo cual no quita que las precipitaciones sean menores a lo normal y la situación con lluvias no sea tan grave”.

Por ahora, para el trimestre diciembre-enero-febrero “las precipitaciones son inferiores a las normales en el período 1961-1990, es decir en tres décadas”.

En tanto el lapso enero-febrero-marzo para el área agrícola nacional puede representar “precipitaciones normales e inferiores a las normales, con temperaturas normales o superiores”, explicó la especialista.

En lo que fue categórica la experta es que la sequía actual correspondiente a la campaña agrícola 2011-2012 “no se compara ni remotamente” a la devastación de 2008-2009.

“No tiene ni comparación con lo que ocurrió en esa época”, enfatizó.

Rescató que en 2010 “tuvimos un período parecido” y que luego remontó el agro.

Mércuri señaló que “el calor complicó todo porque lluvias de5 a10 milímetrosno alcanzan a limitar la evapotranspiración”.

El especialista puso algunos ejemplos de zonas agrícolas particularmente afectadas por la sequía en la provincia de Buenos Aires. En todo diciembre llovieron10,2 milímetrosen la zona bonaerense de Azul, cuando el valor medio es de95 milímetros. Mientras que en General Villegas cayeron2,8 milímetrosy el promedio es 120. Junín tuvo1,1 milímetrocontra la escala normal de105,7 milímetrosy Pehuajó9 milímetroscontra 101,9. Estos valores medios corresponden a los últimos 40 años, es decir que fue el registro más bajo ocurrido entre 1970 y el 2010. En Córdoba, en Laboulaye se repitió la tendencia, deberían haber llovido118 milímetrosy el pluviómetro no sobrepasó los9 milímetros.

“Por lo tanto en todas las localidades llovió un80 a90 por ciento menos como en la santafesina Venado Tuerto con9,2 milímetroscuando en diciembre llueve120”, acotó Mércuri.

Al igual que su colega Núñez, para el funcionario del Inta no es comparable la actual situación con 2008-2009.

“No es así porque llovió en octubre y noviembre y es diferente porque son distintas regiones, creemos que fue más grave en2008”, precisó.

Para Mércuri, “lo que distingue esta campaña es el diciembre seco”.

“No se puede interpretar el clima como un sistema lineal porque tiene muchas variables y no hay un año igual al otro”, sintetizó.

Un impacto que tuvo la sequía fue el reclamo de bajar las retenciones que formularon ruralistas y además políticos como es el caso de Ricardo Alfonsín (UCR), quien difundió un comunicado con ese pedido.

En Pergamino, corazón de la zona núcleo donde el maíz alcanza promedios de 10 mil kilos la hectárea y la soja llega a los 3.500, los productores ya calculan pérdidas en la gruesa del 40 por ciento.

Ocurre que muchos sembraron ciclos cortos de soja que no logran progresar mientras que el maíz no se desarrolló en varias partes.

El ministro de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, Gustavo Arrieta, consideró que es prematuro evaluar pérdidas, pero productores de Federación Agraria ya hablan de quebrantos por tres mil millones de dólares.

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