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Mes del Orgullo LGBTIQNBA+

Hasta que todo sea como lo soñamos, la lucha será permanente y el orgullo nuestro motor

Las múltiples formas de discriminación y exclusión hacia el colectivo LGBTIQNBA+ se cristalizan en problemáticas que agobian, desgastan, generan malestares y consecuencias subjetivas, sociales, culturales y económicas


Por Facundo M. Zamarreño / Colegio de Trabajo Social (Especial para El Ciudadano)

-Pedro se mudó del barrio porque cada vez que se bajaba del colectivo al regresar del trabajo, un grupo de pibes le tiraba piedras al grito de “puto, te vamos a matar”

-Camila vive con su pareja, Julia, pero fingen ser amigas para que no haya “rumores” en la cuadra. Las preguntas y burlas que recibe Matias, su hijo, en la escuela son suficientes para estar dando explicaciones acerca de su vida cada día.

-Milton decidió pintarse las uñas y los labios, pero lo hace cuando se aleja de su casa porque allí se burlan de él y le dicen que “es una vergüenza”. Tampoco puede hacerlo en su trabajo como ayudante de albañilería.

-Cada vez que Eduardo hace un trámite, le preguntan si tiene esposa. Cuando responde que está casado con un hombre, lo miran con asombro y le piden perdón.

-A Jésica varias veces en la sala de espera la han llamado por el nombre asignado al nacer porque “se olvidan” de hacer el cambio en la historia clínica.

-Cada vez que Tomás va a ginecología, siente las miradas curiosas de las personas a su alrededor.

-Marcos y Javier evitan darse la mano en la calle para que no les griten, insulten o peguen, como ya les ha pasado.

-Ale, al menos una vez por día tiene que explicar qué significa ser una persona no binaria…Y le responden que no se entiende.

La lista de ejemplos podría ser interminable porque forman parte de lo cotidiano. en El marco del ejercicio profesional de Trabajo Social, muchas de estas experiencias se traducen en intervenciones porque ese chico que se tuvo que mudar por miedo a ser golpeado no tiene donde ir a vivir, porque las infancias que sufren violencia verbal y física no quieren asistir a la escuela, porque la persona trans que recibió un trato irrespetuiso o cruel, posiblemente no a regrese a hacer sus controles de salud o a continuar un tratamiento. Porque las oportunidades se achican a medida que la discriminación avanza.

Las múltiples formas de discriminación y exclusión hacia el colectivo LGBTIQNBA+ se cristalizan en problemáticas que agobian, desgastan, generan malestares y consecuencias subjetivas, sociales, culturales y económicas.

Junio es el mes del Orgullo. Celebramos un aniversario más de la revuelta del bar de Stonewell Inn (EEUU), donde a fines de los ’60, en un contexto global de movimientos que ponian en tensión al capitalismo y sus crueles reglas, las disidencias sexo-genéricas también alzaron su voz y dijeron basta a la represión policial y a la penalización de la diversidad. Hitos como este irrumpen en la sociedad y marcan un antes y un después en términos de historia y resistencia colectiva.

Hoy, a más de medio siglo de aquel momento, aún hay países donde persisten las condenas a quienes vivimos una sexualidad o expresión de género diferente a la que se espera socialmente. En Argentina, en cambio, contamos con un amplio abanico normativo  como la Ley de Matrimonio Igualitario, la Ley de Educación Sexual Integral, la Ley de Identidad de Género, las leyes de cupos laborales y  la Ley de Salud Mental, entre otras. Estos avances legislativos brindan un marco de igualdad y apuntan a despatologizar y descriminalizar  la diversidad.

No obstante, no son suficientes para generar transformaciones sociales que impacten en la vida cotidiana de todas las personas. Los discursos de odio, la discriminación y la exclusion operan a la orden del día.

En el último informe del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT de la Federación Argentina LGBT (2022) se registran más de un centenar de hechos de agresión o violencia publicados en los medios o con denuncias ante defensorías u organizaciones. De ellos, la gran mayoría tiene como destinatarias a mujeres trans y varones gays. Se destaca que estos actos fueron motivados por odio, rechazo o desprecio a la persona en base a su orientación sexual y/o identidad de género.

Ante este escenario permeado por la violencia y la crueldad, las alianzas, la grupalidad y lo colectivo se presentan como estrategias  imperantes frente a la deficiente implementación de políticas sociales que tengan impacto en todos los territorios, tanto del centro como de la periferia urbana y con alcance real en localidades pequeñas.

En este mes del orgullo cabe interrogarnos, desde las instituciones del Estado y desde las Organizaciones Sociales:

¿Qué acciones y estrategias situadas en ese espacio se están llevando a cabo para dar fin a la violencia y discriminación por motivos de orientación sexual, identidad o expresión de género?

¿Bajo qué lecturas y respondiendo a qué normas y mandatos se realizan las prácticas sociales y profesionales?

¿Qué tipo de trato estamos brindando a las personas y cuáles de nuestras presuposiciones tienen un impacto negativo en ellas?

¿Cuáles son los espacios de capacitación para abordajes integrales en relación a géneros y sexualidades?

¿Qué estrategias de visibilización LGBTIQNBA+ se llevaron adelante en el último tiempo?

¿Cómo lograr visibilidad en el territorio?

Preguntas que no son retóricas. Las respuestas definen los modos en los que implementamos acciones que contribuyan a alcanzar una sociedad más justa, equitativa, sin violencia ni discriminación., donde cada persona pueda expresarse libremente y ser quien desea ser.

Hasta que todo sea como lo soñamos, la lucha será permanente y el orgullo nuestro motor.

[1] Sigla del que representa diferentes expresiones e identidades de género disidentes: Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis, Trans, Queer, Intersexualaes, No Binares, Asexuales, y el signo + hace referencia a lo inacabable de la sigla y a la pluralidad de formas de habitar el mundo.

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