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Hambre, desesperación, saqueos y muerte en Haití

La policía abrió fuego contra una muchedumbre que intentó sacar alimentos de un mercado capitalino.

El sismo que golpeó Haití la semana pasada y provocó decenas de miles de muertes es “la crisis humanitaria más grave en décadas”, declaró en la víspera el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki Moon, quien llegó ayer al mediodía a Puerto Príncipe. En tanto, hora a hora se agrava la situación del país más pobre del continente con hambre, saqueos y muerte. Ayer la policía haitiana abrió fuego contra un grupo de personas, matando al menos a uno de ellos, cuando cientos de personas saqueaban un mercado de la devastada Puerto Príncipe.

A seis días del devastador terremoto en Haití, el desastre humanitario se muestra en toda su magnitud. Ayer recrudecieron los saqueos, mientras las organizaciones humanitarias se veían muy limitadas en sus tareas ya que temían generar más violencia al repartir indiscriminadamente alimentos.

El problema tiene su base en la falta de fuerzas de seguridad y en un gobierno muy de endeble que comparte el mando con la ONU. En la víspera, mientras se coordinaba el reparto de la ayuda que llegaba al país, centenares de comercios, oficinas públicas y viviendas de la capital eran desvalijados ante la impotencia de la policía, que tiene órdenes de no disparar. Con todo, la policía mató ayer a al menos a una persona cuando intentaban saquear un mercado.

En ese marco, luego de un emotivo encuentro con Michele Montas, una haitiana que hasta el año pasado fue su portavoz, el surcoreano Ban Ki Moon tenía previsto reunirse con el presidente haitiano, René Preval, con quien planeaba hacer un balance de las necesidades más inmediatas y sobrevolar en helicóptero la ciudad capital y en particular las ruinas de la sede de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (Minustah), destruida por completo.

Antes de partir de Nueva York, Moon expresó a periodistas que el terremoto que azotó el pasado martes a Haití era “la crisis humanitaria más grave en décadas”.

“Voy a Haití con el corazón apesadumbrado para expresar la solidaridad y el total apoyo de la ONU al pueblo haitiano”, declaró, antes de mencionar tres prioridades: salvar a la mayor cantidad posible de gente, aportar urgentemente ayuda humanitaria –agua, alimentos y los medicamentos necesarios– y coordinar la ayuda externa.

El secretario general también había indicado que se preparaba “para lo peor”, en referencia al personal de la ONU todavía desaparecido tras el sismo de magnitud 7 en la escala de Richter. La ONU confirmó la muerte de 40 de sus funcionarios mientras que otros 330 siguen desaparecidos.  En tanto los rescatistas seguían ayer con la esperanza de hallar sobrevivientes entre los escombros.

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