Restos óseos hallados en un campo cercano a la localidad cordobesa de Inriville pertenecen a Mariela Bortot, una mujer que se hallaba desaparecida desde hace casi tres años, indicó la Fiscalía General de Córdoba.
Por medio de la ficha odontológica y una prótesis en el hombro hallada en el lugar se pudo establecer que los restos corresponden a la mujer de 40 años desaparecida el 25 de enero de 2014 en esa localidad distante 170 kilómetros de Rosario.
El hallazgo de los huesos se produjo el 18 de noviembre pasado gracias al testimonio de Juan Ramón Rodríguez, un jornalero de 38 años que está preso por abuso sexual con acceso carnal en la cárcel de Villa María.
Semanas atrás, Rodríguez declaró que la misma tarde que la mujer desapareció, la vio junto al policía retirado Jorge Orellano caminando por el campo en el que estaba trabajando.
Señaló además que horas después, al pasar por la zona, observó tierra removida y una mano que sobresalía de la tierra.
Orellano estuvo detenido varios meses como sospechoso, pero en julio de 2014 fue liberado por falta de pruebas en torno al asesinato, aunque quedó procesado por privación ilegítima de la libertad.
Bortot trabajaba en dos comercios y era madre de dos hijas. Desapareció el 25 de enero de 2014 cuando salió a caminar por las afueras de Inriville –localidad de unos 4 mil habitantes– sin sus documentos ni dinero, y con uno de sus dos celulares.
Tras su desaparición, sólo se encontró una ojota que pertenecía a la mujer a orillas del río Carcañará, que fue rastrillado sin éxito.
Bortot medía 1,70 metros, de tez blanca, pelo rubio ondulado hasta los hombros y ojos de color verde.
Según muchos lugareños, las sospechas sobre Orellano se fundaban, entre otros elementos, en que Mariela no correspondía a sus pretensiones amorosas.
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