El allanamiento se llevó a cabo el pasado 12 de enero, cuando efectivos de Gendarmería ingresaron al domicilio del implicado, situado en la calle Perú al 1200, de la localidad bonaerense de Acassuso, en el partido de San Isidro.
En esa vivienda incautaron cinco armas de fuego, una de ellas una ametralladora 9 milímetros, cargadores y hasta silenciadores, mientras que también se comprobó que Juliá no tiene permiso para portar esas armas.
De esa manera, el juez en lo Penal y Económico Alejandro Catania consideró que el acusado por narcotráfico podría estar frente a un nuevo delito, aunque en ese caso la denunciará debería radicarse en los tribunales de San Isidro, a cargo de esa jurisdicción.
Gustavo Juliá se encuentra detenido en España junto a su hermano Eduardo y al piloto Matías Miret, luego de que se comprobara que en el avión privado en el que viajaban desde Argentina a España transportaron 944 kilos de cocaína.
La aeronave llegó el 2 de enero al aeropuerto catalán de El Prat, donde se decomisó la droga y fueron detenidos los argentinos.
El viernes, el juez Catania tomó declaración al jefe civil del aeródromo de Morón, Ricardo Palazón, quien deslindó responsabilidades y señaló a miembros de la Fuerza Aérea como quienes estaban a cargo de los movimientos dentro de la estación aérea, al tiempo que un documento dado a conocer en las últimas horas compromete más a esa fuerza.
En ese sentido, la Fuerza Aérea estaba encargada de la seguridad en el Aeródromo de Morón, donde permaneció cerca de 40 días el jet Challenger 604 de los hermanos Juliá, según se desprende de un documento enviado por esa fuerza al Palazón.