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Barrio Plata

Hallan cadáver en cañaveral

El cuerpo de un joven fue hallado en Camino Nuevo a Soldini con numerosos balazos. Para la pesquisa, había sido atacado en otro lugar y allí le volvieron a disparar. El año pasado había sobrevivido a una agresión que le dejó cinco heridas de bala.


Anteanoche vecinos de Soldini encontraron un cadáver en un cañaveral, en un camino que limita Rosario con esa localidad. El cuerpo presentaba gran cantidad de heridas de bala y no llevaba identificación entre su ropa, por lo que estuvo casi 12 horas sin ser reconocido. Hasta anoche se sabía muy poco de lo que le había ocurrido a la víctima; pero los indicios que encontraron los investigadores en el lugar del hallazgo hacen presumir una particular saña por parte de los asesinos. Diecisiete meses atrás el muchacho, de 21 años, había sobrevivido de milagro a un ataque en el que le metieron cinco tiros. La víctima vivía en barrio Plata, a tres cuadras de donde el miércoles pasado fue ejecutado a tiros Mario “Pachu” Reynoso en una saga que se cobró al menos tres víctimas fatales en lo que va del año.

Lo encontraron a eso de las 20 en Camino Nuevo a Soldini y Cereseto. Por casualidad, unos vecinos que pasaban por el lugar vieron del cuerpo escondido en un cañaveral, unos cinco metros dentro del predio, y avisaron a uniformados de la Unidad Regional II que pasaban por ahí en una camioneta. La calle de tierra se cercó y comenzaron los peritajes en la zona.

El trabajo de la Policía Científica en el lugar donde encontraron el cuerpo duró varias horas. En el cañaveral personal de la Policía de Investigaciones halló 6 vainas servidas calibre 9 milímetros, pero se presume que el cadáver presentaba heridas de dos armas diferentes. “Al tipo le dispararon en dos momentos diferentes: recibió heridas en el camino de tierra, pero ya le habían metido algunos tiros antes”, explicó a El Ciudadano un allegado a la investigación.

De acuerdo con el parte médico, la víctima presentaba múltiples disparos en la cara, el pecho y la espalda; llevaba entre 12 y 24 horas muerta.

Casi al mismo tiempo, a varios kilómetros del lugar del hallazgo, una familia se presentó en la comisaría 18ª para denunciar la desaparición de Ezequiel Rafael Ortiz, de 21 años, un muchacho de quien se desconocía su paradero. Los denunciantes contaron a los uniformados qué ropa llevaba puesta, cuáles eran sus rasgos físicos característicos y los tatuajes que tenía grabados en su cuerpo. Ayer por la mañana, en el Instituto Médico Legal, la familia reconoció el cuerpo como el del familiar extraviado.

“El lugar no tiene un tránsito constante de gente, ni mucho menos hay cámaras de seguridad; por lo se que hace muy simple arrojar a una persona y darse a la fuga sin ser visto”, explicó un uniformado que trabajó en el lugar.

Según lo que pudo averiguar El Ciudadano, Ezequiel Rafael Ortiz tenía antecedentes por robos menores. De acuerdo con lo que expuso el fiscal de Homicidios Dolosos Florentino Malaponte, el muchacho tenía pedido de captura, aunque no trascendió por qué delito.

Sí se sabe que el año pasado sobrevivió a un ataque que le dejó varias heridas. En la madrugada del 27 de abril de 2014 ingresó al hospital Roque Sáenz Peña y de allí fue derivado al Heca. Había recibido plomos en la espalda, el pecho, la cara, el estómago y la nalga en un sector no determinado de la zona sudoeste. Un adolescente que lo llevó al centro de salud dijo que había sido herido en el transcurso de una fiesta en pasaje Constitución al 5800, a pocas cuadras de su vivienda, pero cuando personal de la comisaría 33ª fue al lugar el dueño de casa y los vecinos reconocieron el dato de la reunión social aunque negaron haber escuchado detonaciones.

Investigadores no descartaron vinculación con otro crimen ocurrido a tres cuadras de donde vivía Ortiz. En el atardecer del miércoles pasado desconocidos balearon desde un Peugeot negro a Mario “Pachu” Reynoso, de 20 años, quien murió en el lugar. Pachu había escrito una semana antes en Facebook que estaba amenazado de muerte y aprietes similares estaban escritos en un graffiti en una pared del barrio. Había sido testigo (al menos formalmente) del crimen de Brian Wegner, de 23 años, apuñalado hasta la muerte en Lamadrid y Cafferata en enero pasado, aunque en el barrio lo apuntaban como sospechoso del homicidio. Allegados a Pachu señalaron que sus asesinos eran los mismos que en mayo pasado ejecutaron a tiros a Gerardo Cuevas, de 33, en Las Flores al 3600.

El crimen de Ezequiel Ortiz es investigado por la Fiscalía de Homicidios Dolosos, con la colaboración de uniformados de la subcomisaría 6ª de Soldini y la Policía de Investigaciones.

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