Un mujer de nacionalidad boliviana que había sido sacada de su casa por la fuerza el viernes último en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, fue hallada asesinada de tres tiros en la cabeza doce horas más tarde en Bella Vista, informaron ayer fuentes judiciales y policiales.
La víctima fue identificada por la Policía como Julieta Rocha, de 39 años, dueña de un almacén. Los investigadores sospechan que el crimen pudo estar motivado por un ajuste de cuentas o una venganza vinculada al narcotráfico.
Los voceros explicaron que todo empezó el viernes alrededor de las 19.30 en la vivienda de Rocha, ubicada en la intersección de las calles Asunción y Resistencia, del barrio Esperanza de Ingeniero Budge, partido bonaerense de Lomas de Zamora.
Un grupo integrado por al menos seis hombres armados descendió de tres autos y dos motos, ingresó a la vivienda y capturó a Rocha.
Una fuente judicial confirmó a Télam que antes de huir con la víctima, uno de los delincuentes le dijo al marido de Rocha: “Andá juntando la plata”.
La denuncia fue radicada en la comisaría 10ª de Lomas de Zamora, pero ante las características del hecho la Policía aplicó el protocolo de un secuestro extorsivo y le dio inmediata intervención a la Fiscalía Federal 2 de Lomas de Zamora, a cargo de Alberto Gentili.
Fuentes judiciales y policiales indicaron que más allá de aquella primera mención que los captores le hicieron al marido de la víctima, en las doce horas que duró la desaparición de Rocha no hubo ningún llamado extorsivo con un pedido concreto de rescate.
Julieta Rocha apareció al día siguiente, alrededor de las 7 de la mañana, asesinada en un descampado ubicado en la calle Moine, entre Lago Lacar y Río Pilcomayo, de Bella Vista, partido bonaerense de San Miguel.
La víctima fue ejecutada de tres balazos en la cabeza en el mismo lugar donde fue hallado el cuerpo, según determinaron los médicos forenses que recogieron el cadáver y posteriormente hicieron la autopsia.
Incluso, un vecino del descampado de Bella Vista donde encontraron el cadáver, alcanzó a escuchar los tres disparos la mañana del sábado y fue quien llamó al 911 para avisar a la Policía.
“Esto no fue un secuestro extorsivo. Tenemos toda la impresión de que se trató de algún tipo de venganza o ajuste de cuentas. Fue una ejecución para dar algún mensaje”, dijo un jefe policial.
La Policía ahora investiga las actividades de la víctima y de su entorno.
“Por el momento no hemos encontrado que la víctima tuviera antecedentes, pero estamos averiguando si alguna vez su casa y el almacén fueron allanados en el marco de alguna causa por drogas”, dijo otro vocero policial.
Los investigadores sí detectaron que tanto Rocha como su marido tienen frecuentes salidas y entradas del país, aunque figuran justificadas como visitas a sus familiares en la ciudad boliviana de Cochabamba.
Los pesquisas intentan ahora determinar dónde y por qué motivo Rocha estuvo cautiva las casi doce horas que pasaron entre su captura y el momento de su ejecución.
“Necesitamos que la familia colabore. Tenemos que averiguar si la víctima o alguien de su entorno tenía algún problema con alguna persona o alguna información útil para quienes la terminaron secuestrando y asesinando”, dijo otro de los investigadores.
Comentarios