Por: Negui Delbianco
Nadie vio cuando la persona que mató a Héctor Luis Strappini, de 77 años, puso llave a la puerta de entrada y se fue, dejando atrás el cuerpo sin vida del anciano. El cadáver fue encontrado en el dormitorio de la casa, días después del homicidio. Estaba arrodillado, con la cabeza apoyada sobre la cama y atado de manos con el cable de un cargador de celular. Ninguna de las entradas al departamento B de Gutemberg 636 había sido forzada. Y por las características del crimen, una de las hipótesis que manejaba la Policía es que la víctima conocía a su verdugo, a quien le abrió las puertas y dejó entrar. Es más, para los investigadores, Strappini mantenía una relación amorosa con su asesino.
Según fuentes policiales, el cuerpo sin vida de Héctor Strappini fue descubierto ayer cerca de las 17 por su hija y la propietaria del departamento de Gutemberg 636 que la víctima alquilaba hacía poco más de una semana.
De acuerdo con los investigadores, el cuerpo de la víctima fatal estaba en avanzado estado de descomposición, arrodillado sobre la cama y con la cabeza apoyada sobre las sábanas. Además, tenía las manos atadas sobre la espalda con el cable de un cargador de celular marca Motorola.
Un vocero policial que trabaja en el caso aseguró que el crimen ocurrió al menos hace tres días. En principio, los pesquisas descartaban que el móvil del homicidio hubiera sido el robo, porque las pocas pertenencias que Strappini tenía estaban en el lugar. Es por esto que los investigadores estimaban que podía tratarse de un crimen de índole sentimental.
“Lo único que faltan son las llaves del departamento, y no hay signos de que la víctima –que era alta y corpulenta– se haya peleado con su agresor, porque no hay nada roto, las paredes no están manchadas y no hay desorden”, confió una fuente de la investigación. “Sí hay mucha ropa desparramada por todos lados, pero eso es porque hacía poco que se había mudado y tenía pocos muebles”, agregó.
De acuerdo con las fuentes, los dos muchachos que viven en el departamento contiguo al de Strappini, contaron a la Policía que el último día que lo escucharon fue el jueves.
En anciano, que estaba vestido cuando lo hallaron arrodillado sobre la cama, vivía solo y hacía trabajos de gestoría de automotores. Entre sus pertenencias se encontraron tarjetas y papeles referentes a trámites de automotores, detallaron los voceros.
Por su parte, vecinos de la zona dijeron a El Ciudadano que sabían que algo andaba mal porque hacía unos días que la hija del anciano lo iba a visitar y no lo encontraba nunca. “Hacía como tres días que venía y lo llamaba por teléfono, pero nunca le contestó, ni le abrió”, dijo una vecina.
Por su parte, una mujer que vive al lado de la casa de la víctima indicó que le llamó la atención que ninguno de sus tres perros se sobresaltaran en estos días: “Si alguien hubiera entrado a robar, los perros habrían ladrado”, señaló.
Al cierre de esta edición, personal de la Brigada de Homicidios y la Sección Criminalística, dependientes de la Agrupación Unidades Especiales; y de la comisaría 12ª, continuaban recolectando pruebas para esclarecer el crimen.
En tanto, el cuerpo de Strappini fue trasladado al Instituto Médico Legal, para la realización de la correspondiente autopsia a fin de establecer la causa de la muerte.
El caso es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno.