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Haití: sigue desaparecido el sacerdote argentino

Se trata del cura Antonio Mancuello, quien se comunicó con su familia poco antes del violento movimiento sísmico y desde entonces no hay noticias suyas.

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Un sacerdote argentino que misionaba en Haití desde hacía dos años permanecía desaparecido desde el terremoto que azotó a ese país caribeño la semana pasada, según advirtieron sus familiares.

“La última vez que supimos de él fue hace 15 días, cuando se iba a mudar al centro. El llamaba con frecuencia a mi mamá y hace una semana que no sabemos nada de él. Tenemos el celular, pero no contesta. La última vez que habló con ella fue una semana antes del terremoto”, dijo Martín, hermano del sacerdote.

El sacerdote, de 57 años, que estaba en una misión religiosa en Haití desde hace dos años, sigue por el momento desaparecido, dijo su hermano en declaraciones al canal de noticias C5N.

Mancuello dijo que no tiene noticias del sacerdote franciscano y que éste no contesta las llamadas a su celular. Antonio “es bajo, usa barba y sólo puede ver con un ojo”, detalló su hermano.

El hombre explicó que “los frailes” de una orden franciscana que estaban con su hermano en Puerto Príncipe, la capital de Haití, “no saben nada” del sacerdote.

“Somos nueve hermanos y mi madre. Hasta los 30 años, Antonio hizo trabajos comunes y después empezó a misionar”, reveló el hombre, visiblemente preocupado.

Antes de partir hacia Haití, el padre Antonio realizó tareas religiosas en Chile, Paraguay, algunos países de Europa y en El Vaticano.

“Tenemos los teléfonos de una casa que estaba a 22 kilómetros del lugar donde él vivía”, dijo el hombre, y añadió que ese inmueble se derrumbó a causa del sismo.

En tanto, el gobierno argentino informó que los restos del gendarme Gustavo Gómez, de 33 años, que formaba parte de las fuerzas de paz de la ONU estacionadas en Haití y que murió a causa del terremoto, llegarán hoy a las 11 a Aeroparque en un Hércules de la Fuerza Aérea.

En el sector militar del Aeroparque, los restos de Gómez serán recibidos por una guardia de honor, un contingente de la ONU, su esposa y familiares directos, además de varios funcionarios.

Después de la ceremonia, los restos serán trasladados en un avión de Gendarmería a Posadas, donde vivía con su esposa y dos hijos.

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