Este lunes los más de 200 trabajadores y trabajadoras de la ensambladora de motos Guerrero ubicada en San Lorenzo tenían que entrar a la fábrica a las 8, pero encontraron los portones cerrados. Nadie de la gerencia les había avisado que iba a estar cerrado. “Es una decisión que ha tomado la empresa luego de que haya dos despidos sin causa este viernes”, dijo Ernesto Rojas, del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata). Los empleados protestaron sin cortar el tránsito en la intersección de la ruta 11 y calle Cervera y quemaron cubiertas. Al mediodía uno de los titulares de la empresa, Gonzalo Guerrero, dijo que no abrieron para proteger a su familia y a sus trabajadores porque habían sido amenazados. También apuntó al origen del conflicto con el sindicato: tuvieron que recortar contratos y despedir a dos personas luego de una baja del 50 por ciento en las ventas. “Las empresas que importan sin personal venden más barato que nosotros. Es una situación complicada y desagradable”, dijo a LT8 Guerrero. Según el último relevamiento del Observatorio de Importaciones de Santa Fe, entre 2015 y 2017 creció un 113 por ciento la cantidad de motos de 125 a 250 centímetros cúbicos que entraron al país. Guerrero prometió que abrirá este martes, jornada en la que a las 11 habrá una audiencia en el Ministerio de Trabajo.
El diálogo
“A fin de evitar una situación molesta para los trabajadores, a quienes se los iba a forzar para adherir a una huelga, fue que se decidió no abrir este lunes, pagar el jornal como cualquier día laboral e iniciar un diálogo con los representantes gremiales”, publicó el portal sanlorencino SL24 sobre lo que había comunicado la empresa. “Desde el gremio estamos dispuestos a acompañar a la empresa y usar las herramientas necesarias como banco de horas, suspensiones o turnos rotativos. Pero si no tenemos diálogo no podemos salir de la crisis”, opinó Rojas de Smata.
Enrarecido
Hace 20 días el gremio y la empresa acordaron un aumento de un 20 por ciento en paritarias, pero para Smata no influyó en el conflicto. “Hay gente que trabaja hace 25 o 30 años”, aseguró Rojas a Radio Black, y dijo que la empresa posee una pésima política de comunicación que intranquiliza al gremio y los trabajadores. El secretario general de Smata, Marcelo Barros, agregó: “Venían vendiendo 3 mil motos mensuales y el mes pasado sólo vendieron la mitad, pero eso solo no justifica el conflicto. Me sorprende”.
“Nuestra empresa atraviesa una situación que no es la mejor por las importaciones desmedidas. La empresa hace 40 años comercializa motos y vehículos. Hace varios meses, desvinculamos a 20 contratados eventuales. El viernes despedimos a otras dos personas. Uno es un chofer y otro administrativo. El sindicato teme la ola de despidos y nos amenazó a mí, a mi familia y a los trabajadores. La empresa decidió no abrir para protegerlos. Este martes abriremos y vamos a seguir trabajando”, dijo a LT8 Gonzalo Guerrero.
Cambiaron
“Vendíamos más de 3.000 motos por mes el año pasado, este año la venta cayó más del 50 por ciento. Ahora vendemos 1.200 motos por mes. Tenemos un arancel diferencial del 30 por ciento pero aun así las empresas que importan sin personal venden más barato que nosotros. Es una situación complicada y desagradable. Los sueldos mínimos son de 23 mil pesos”, agregó Guerrero. “Hay empresas que traen partes de China, las ensamblan y tienen menos gastos. Hay otras empresas complicadas igual que nosotros. Sobre todo los que tienen muchos empleados. No fuimos los más beneficiados con las medidas económicas. Debemos en dólares y cobramos en pesos. Es muy difícil mantener una empresa así”, explicó el empresario.
Según el último registro de motos del Observatorio de Importaciones de Santa Fe, entre 2015 y 2017 creció un 113 por ciento la cantidad de vehículos de entre 125 y 250 centímetros cúbicos. Pasaron de ingresar 47.386 a 100.860 unidades. En motos de cilindrada de menos de 125 fue de 42 por ciento en el mismo período. En 2015 entraron 54.726 y en 2017 fueron 77.721.
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