Ciudad

Guerra fría que calienta a todos

Grido busca abrir 30 locales sociales en barrios populares y los heladeros rosarinos están en alerta

Representantes de los fabricantes de helado rosarino se expresaron en alerta luego de que la firma Grido anunciara un nuevo plan de expansión en Rosario, respaldada por un fallo contra la ordenanza municipal que limita el número de sucursales


Los precios de Vía Bana son muy accesibles. Se pueden conseguir palitos a 8 pesos

Representantes de los fabricantes de helado rosarino se expresaron en alerta luego de que la firma Grido, a través de su marca comercial “low cost” Vía Bana, anunciara un nuevo plan de expansión en Rosario, respaldada por un fallo contra la ordenanza municipal que limita el número de sucursales.

Ciro Cacciabue, presidente de la Cámara del Helado Artesanal, sostuvo en declaraciones a la emisora local Radio 2 que dicha normativa “no es restrictiva sino al contrario”, ya que protege “tanto la industria local como la mano de obra”.

“Estas franquicias (como la low cost de capitales cordobeses) sólo suma mano de obra no calificada para atención al público, mientras que en una pyme tenés maestros heladeros, administrativos y reparto. Es decir, moviliza todo el circuito comercial local”, señaló en La primera de la tarde.

“Además, nosotros –por quienes venden un producto más elaborado y de materias primas de primera calidad– nos abastecemos de la cuenca regional lechera”, dijo, y destacó que en Rosario se atiende “el aspecto de la calidad y del precio”.

“Hoy se ve un crecimiento de heladerías pymes, con fábricas locales, por lo que esta ordenanza ha sido muy buena en la generación de puestos de trabajo de calidad. Y hay una sana competencia con distintas marcas, distinta calidad y distinto precio”, remarcó el empresario heladero.

Por eso, ante la embestida de Grido, señaló: “Estamos charlando con el Ejecutivo para ver qué postura toma; creemos que va a proteger la industria local y regional y también la mano de obra, porque esto también afecta al sindicato”.

Además, adelantó que se trabaja en un censo para actualizar la cantidad de bocas de venta que hay en la ciudad. “Calculamos que son 240 o 250 heladerías”, estimó. Y recordó que la normativa local no permite a ninguna empresa –con sus diferentes marcas– tener más del 10 por ciento del total, si bien la Corte Suprema de Justicia ratificó su inconstitucionalidad.

“Esta heladería –en referencia a Grido– pretendía, cuando llegó a Rosario, tener 90 sucursales en tres años. En los pueblos –donde no se limita– se ve que desaparecen las heladerías artesanales. Puede haber otras marcas pero también de baja calidad”, analizó Cacciabue.

Y arremetió contra el modelo de negocio que encaran desde la firma cordobesa: “Hace unos años, sus directivos estuvieron presos por evasión impositiva, su crecimiento no fue casual”, recordó.

La trastienda

La renovada queja de los heladeros locales se da luego de que un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificara la inconstitucionalidad de la ordenanza rosarina que limita las heladerías. En ese marco es que Grido se alista para retomar su plan de expansión en la ciudad, que comprende no solo sucursales “tradicionales” sino también su llegada a barrios populares a través de su marca low cost, Vía Bana. Así lo confirmó en las últimas horas al diario La Capital Javier Díaz Caballero, líder de comunicación institucional de la empresa.

“Nosotros seguimos con el mismo concepto que en todos los lugares, que es el de llegar con un helado de calidad al mejor precio. Ese es el concepto inicial de Grido, al que sumamos en el último tiempo nuestra llegada a barrios populares, donde entendemos que hay una demanda de helado creciente, que estaba insatisfecha”, reflexionó Díaz Caballero, quien defendió que la empresa “siempre respetó los tiempos de la Justicia”.

En el marco del plan de negocios de la firma, la actual distribución de locales en Rosario “nos permite seguir creciendo”, resaltó el ejecutivo. Para Grido, hay margen para crecer siempre y cuando cada sucursal cubra un radio de entre 15 y 20 mil personas. Dado que en la ciudad cuentan con 20 bocas (por el límite impuesto por la ordenanza), la lectura es que podría haber hasta 30 aperturas más.

“Nosotros hoy estamos con 1.900 franquicias en todo el país. Nuestro objetivo para este año es superar las 2.000. En ese plan de expansión general, que cubre no solo las provincias argentinas sino los restantes tres países en los que operamos, es que entendemos las posibilidades para Rosario”, resaltó Díaz Caballero.

Amén de la apertura de nuevas sucursales, desde la empresa se alistan para desembarcar en Rosario con un novedoso formato, a través de Vía Bana, una alternativa que desde la empresa llaman heladerías sociales. Según dijo el referente de comunicación de Grido, se trata de una marca que comenzaron a operar en 2019 y que ya tiene hoy 850 sucursales en villas y asentamientos populares de todo el país.

A pesar de que Vía Bana “es la unidad de negocios que más creció” en los últimos años, a Rosario no llegó por las mismas limitaciones que planteaba la ordenanza sancionada en 2010. Liberada esa dificultad, en la cadena cordobesa se preparan para ampliar su presencia en la ciudad.

Vale recordar que a finales de marzo, la Corte rechazó la queja interpuesta por la Intendencia de Rosario, que planteaba reparos a una sentencia dictada por la Cámara de lo Contencioso Administrativo Número 2, que declaró inconstitucional la norma sancionada por el Concejo local.

El derrotero judicial se había iniciado en 2017 por iniciativa de la cadena local Tento (del mismo titular que Smart, enfrentado a la cámara sectorial).

En distintas instancias, la Justicia marcó que la Municipalidad “carece de competencia para regular el comercio”, poniendo en un endeble estado la normativa sancionada hace más de una década. En aquel entonces los ediles aprobaron -por unanimidad- un límite a la apertura de locales por parte de una misma firma, fijando un tope del 10% sobre la cantidad total. Fue un proyecto motorizado por la Cámara Industrial y Comercial del Helado Artesanal de Rosario, que veía con gran preocupación el avance de la cordobesa Grido.

Cómo funciona

La cadena de heladerías sociales Via Bana se convirtió en un éxito económico apuntando a plazas donde las grandes marcas no se atreven a entrar, como los barrios carenciados y las villas de emergencia.

En la empresa explican que el objetivo es lograr una cobertura completa a nivel nacional, para lo cual la firma desembarcará en las tres provincias que hoy no está presente (además de la ciudad de Rosario): Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego, y destacan que se trata de un “modelo de negocios inclusivo”, con el que busca “ayudar a resolver una problemática social, pero sin descuidar la rentabilidad”.

“Hoy estamos con 850 sucursales de Vía Bana y la idea es llegar a las 1000 antes de fin de año, de manera de cubrir todo el país; y, para más adelante, no descartamos incursionar en otros mercados, como Paraguay, donde ya nos están pidiendo que llevemos la propuesta”, señaló al diario porteño La Nación Celeste Santiago, una de las socias -junto con sus tres hermanos y su papá- en Helacor, la empresa dueña de Grido y Vía Bana.

Celeste Santiago posa con una de las primeras mujeres que abrió una heladería Vía Bana, en La Matanza.

 

Via Bana nació como una segunda marca de Grido. Inicialmente era el nombre con el que se comercializaban los helados de la empresa en comedores escolares y clubes. Hace cuatro años decidieron reconvertir la propuesta para ingresar a barrios populares, con una marca más económica (el kilo de helado se vende a $450 frente a los $900 que cuesta en Grido).

“De entrada, la propuesta fue pensada como un negocio inclusivo que tenía ser rentable y la idea es que los dueños de esta especie de franquicia tengan el ingreso al menos de un salario mínimo”, explican en Helacor.

La inversión para poner una heladería de Via Bana es mínima -en promedio ronda los $100.000-, ya que los negocios funcionan dentro de una vivienda que es reacondicionada para atender al público a través de una venta o puerta. “La inversión pasa básicamente por el freezer y la pintura y cartelería del hogar, aunque también le damos al dueño del local el asesoramiento para que aprenda a manejar el negocio”, explicó Santiago.

En la actualidad, el 80% de las sucursales de Vía Bana tienen al frente del negocio a una mujer que conoce la idiosincrasia del lugar donde opera. “El tema de la seguridad no es un problema porque nos movemos con gente del barrio y la captación de los potenciales socios de Vía Bana la hacemos a través de las redes y organizaciones sociales del lugar”, explica.

La expansión de Vía Bana será paralela a los planes de crecimiento del gigante Grido, que en apenas 20 años se convirtió en la cadena de heladerías más grande de América Latina y una de las cinco mayores del mundo.

“Hoy estamos con 1700 franquicias en todo el país, más 250 repartidas entre Uruguay, Chile y Paraguay, pero estamos convencidos que podemos seguir creciendo especialmente en Buenos Aires”, señaló Santiago.

Comentarios