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Deuda eterna

Grecia y la UE logran un principio de acuerdo para el tercer rescate

Tsipras elevó el pedido al Parlamento para que lo apruebe mañana. Se oponen la izquierda de Syriza y sindicatos radicales.


Grecia alcanzó ayer un acuerdo técnico “de principio” con sus acreedores para recibir un tercer plan de asistencia financiera por 85.000 millones de euros (94.000 millones de dólares), aunque todavía deben solventarse algunos “detalles”. Tras el anuncio, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, escribió a la presidente del parlamento, Zoé Konstantopoulou, para pedirle que convocara una sesión plenaria mañana para ratificarlo, informó una fuente gubernamental. El ala izquierda del oficialista partido Syrza lo mira con desconfianza y los sindicatos más radicales lo rechazarán con una movilización de protesta.

Tras una maratónica serie de largas negociaciones, se llegó a un acuerdo para conceder a Grecia un tercer rescate financiero. Sin embargo, la duda imperaba hacia el final de la jornada sobre el calendario de adopción definitiva.

La Comisión europea también señaló que efectivamente había un acuerdo, pero “a nivel técnico en este momento”, y que aún faltaba “una evaluación política”, sin aclarar bien cómo debe hacerse ésta.

Una fuente europea dejó abierta ayer la posibilidad de que el acuerdo no sea refrendado formalmente de aquí al 20 de agosto, fecha en la cual Grecia debe reembolsar un tramo de 3.400 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE), recordando que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ya había declarado la semana pasada que podría recurrirse a “un préstamo puente por algunos días” para concluir el mismo sin que Grecia falte a sus obligaciones.

“La gravedad de la situación exige una reunión inmediata de la asamblea plenaria del Parlamento para poner en marcha el procedimiento necesario para la ratificación del acuerdo y el pago del primer tramo previsto”, escribió Tsipras al Parlamento heleno, según la carta transmitida a la prensa.

La presidenta de la legislatura, Konstantopoulou, es parte de la treintena de diputados de la izquierda radical de Syriza –de un total de 149– que se oponen al tercer plan de ayuda al país.

El acuerdo concluido ayer fue de antemano rechazado por el sindicato comunista Pame, que convocó a una manifestación para hoy.

La Bolsa de Atenas, que se recupera lentamente de las fuertes pérdidas de la semana pasada, reaccionó de forma positiva pero discreta.

Desde hace más de dos semanas, el gobierno griego negociaba las condiciones de este plan de rescate con sus acreedores (Unión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad).

Según la agencia griega ANA, Tsipras había llamado el lunes por la noche a la canciller alemana Angela Merkel, al presidente francés, François Hollande, a Juncker, y al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schultz, para reafirmar la “voluntad general” de alcanzar un compromiso.

Las 35 reformas a cambio

Según el diario Kathimerini, para cerrar el acuerdo Grecia tuvo que aceptar la adopción inmediata de 35 reformas. Estas van desde un aumento de las tasas aplicadas a las compañías de transporte marítimo hasta la reducción del precio de los medicamentos genéricos, pasando por un reforzamiento de la lucha contra la delincuencia financiera o la desregulación del sector energético.

Anoche, se anunció un pacto sobre los objetivos fiscales de Grecia de aquí a 2018, uno de los puntos principales de la negociación.

En virtud de lo acordado, Grecia tendrá en 2015 un objetivo de déficit primario (excluyendo los intereses de la deuda) del 0,25 por ciento del PBI, según la agencia ANA.

A partir de ahí, el objetivo es tener un excedente primario de 0,5 por ciento del PIB en 2016, 1,75 en 2017 y 3,5 en 2018.

Los negociadores moderaron sus exigencias en este punto, tomando en cuenta la ralentización económica del país desde la llegada al poder en enero del gobierno de izquierda radical Syriza: en junio le exigían unos objetivos de excedente fiscal primario de 1 por ciento este año, 2 en 2016, 3 en 2017 y 3,5 en 2018.

El gobierno dijo en un comunicado que los acreedores habían aceptado “ligeros ajustes” en los objetivos fiscales que ayudarán a impulsar el crecimiento y ahorrarán unos 20.000 millones de euros en comparación con las medidas prometidas por la anterior administración conservadora.

Añadió que los bancos griegos recibirían inmediatamente 10.000 millones de euros del paquete y serían totalmente recapitalizados para finales de año.

Para hacer digerir a la opinión pública ciertas medidas sociales difíciles, Tsipras quiso dar ejemplo, y anunció anteayer, fuera del acuerdo, una mayor imposición a los diputados y una reducción del sueldo de los ministros.

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