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Grecia, sin plan B

La cumbre europea exigió a la clase política helena, gobierno y oposición, respaldo al plan de ajuste de Papandreu para que la crisis no se extienda.

Los líderes de la Unión Europea (UE) urgieron ayer al gobierno y a la oposición de Grecia a apoyar el nuevo plan de ajuste y privatizaciones como única salida para seguir recibiendo apoyo financiero exterior y evitar así el temido default, en el inicio de la cumbre del bloque en Bruselas.

En la reunión, de dos días, el tema excluyente es la crisis financiera griega, y en ella el primer ministro Giorgos Papandreu pidió al bloque un “compromiso firme” con su país.

La UE acordó conceder a Grecia el quinto tramo del rescate pactado el año pasado, de 12.000 millones de euros, sólo si el Parlamento aprueba la semana próxima el nuevo conjunto de medidas de austeridad y privatizaciones propuesto por el gobierno socialista, una medida a la que se opone la oposición conservadora.

Según la UE, así se evitará una profundización de la crisis económica, que amenaza con extenderse al conjunto de la Eurozona y desestabilizar el sistema financiero mundial.

“No hay un plan B. Grecia tiene que hacer lo que tiene que hacer y entonces nosotros haremos lo que tenemos que hacer”, dijo a su llegada al encuentro el presidente del Eurogrupo y premier luxenburgués, Jean-Claude Juncker.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo al llegar al encuentro que “si funcionó con Portugal e Irlanda, debería funcionar con Grecia”, en referencia a que la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) lograron salvar del hundimiento a Dublín y Lisboa y podrán hacer lo propio con Atenas.

“En lo que respecta a Grecia, (quiero) apelar a la oposición a que haga honor a su responsabilidad histórica”, agregó Merkel.

El primer ministro sueco, el también conservador Fredrik Reinfeldt, consideró por su parte “muy importante que todo político griego asuma su responsabilidad”.

Papandreu, por su parte, pidió hoy a la UE que demuestre un “compromiso fuerte” para conseguir que el Parlamento heleno apruebe el plan de ajuste que contempla un programa de ahorro (con posibles despidos de funcionarios) por 28.000 millones de euros y privatizaciones por 50.000 millones, entre otros puntos.

“Grecia está firmemente comprometida a continuar un programa muy difícil pero importante de cambios radicales para hacer viable nuestra economía”, agregó Papandreu tras reunirse con Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy.

Pero el líder de la oposición griega, el conservador Antonis Samaras, del partido Nueva Democracia, se niega a aprobar el nuevo paquete de austeridad, pese a las presiones de sus compañeros ideológicos europeos, englobados en el Partido Popular Europeo (PPE).

“Necesitamos medidas correctivas para asegurar que la economía griega se recupere y devuelva su deuda”, dijo Samaras.

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