Una nueva huelga general de 24 horas paralizó ayer Grecia por cuarta vez desde el inicio de la crisis, con miles de ciudadanos que se manifestaron contra el ajuste y la reforma del sistema de jubilaciones. La protesta, que tendrá otro capítulo el 29 de mayo, según los sindicatos, afectó la circulación marítima, ferroviaria, vial interurbana y parcialmente la urbana, aunque no el transporte aéreo internacional.
Los hospitales (salvo para emergencias), escuelas (excepto los exámenes de admisión a la universidad), oficinas públicas, bancos y ministerios permanecieron cerrados en Atenas, Salónica y el resto de las ciudades del país, según un despacho de la agencia Ansa que reprodujo Télam.
Las centrales sindicales de empleados públicos (Adedy) del sector privado (GSEE y la comunista Pame), convocaron a la huelga y manifestaciones en toda Grecia para reclamar la modificación de la “reforma antisocial y neoliberal” de las pensiones.
Según los sindicatos, la reforma, que llegará al parlamento a fin de mes, reducirá hasta en 15 por ciento las jubilaciones y pensiones y elevará entre 2 y 7 años la edad de jubilación para hombres y mujeres.
Las manifestaciones se realizaron en medio de un gran despliegue policial que, por la mañana, llevó al arresto de casi cien personas, supuestamente para prevenir acciones violentas, según lo dicho por las autoridades.
Tres personas que estaban en una sucursal del banco Marfin Egnatia Bank de Atenas murieron por un incendio durante una huelga general anterior.
El banco anunció que la sucursal donde se produjo el incendio, frente a la cual los manifestantes hicieron ayer un minuto de silencio, será cerrada para siempre.
En tanto, militantes del sindicato Pame ocuparon por la mañana el Ministerio de Trabajo, y empleados públicos y privados marcharon hacia el Parlamento bajo el eslogan “juntos podemos”, acompañados por miembros de la izquierda parlamentaria y extraparlamentaria, y de agrupaciones anarquistas.
Desde la plaza cercana Omonia, en cambio, partieron los adherentes al Pame al grito de “Fuera UE-FMI” y “Las medidas anti obreras no pasarán”.
Los sindicatos anunciaron ayer nuevas manifestaciones el 29 de mayo, cuando el Parlamento debatirá la reforma previsional.
La oposición política y sindical parece alentada por las encuestas, según las cuales la mayoría de los griegos, y entre ellos el 80 por ciento de los empleados públicos, están dispuestos a seguir con las protestas contra el ajuste económico.
Sin embargo, el vocero del gobierno, Yorgos Petalotis, reiteró que la postura oficial, según la cual no hay alternativas al plan de ajuste, salvó la “insolvencia” del país.
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