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Gran Rosario: persiste la falta de acceso a servicios y el hacinamiento alcanzó al 15,3% de hogares

Desde la Usina de Datos de la UNR publicaron números sobre las complejidades habitacionales que sufren miles de familias de la región. Además de los problemas edilicios y falta de agua, gas o cloaca, previo a la pandemia hubo una importante migración de menores al sistema de salud pública


Un informe de la Usina de Datos de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) expuso que un 15,3% de los hogares del Gran Rosario sufrieron condiciones de hacinamiento durante el primer trimestre de 2020, mientras que un porcentaje similar de viviendas padecieron un saneamiento inadecuado. A su vez, un 34,6% de los hogares no pudieron acceder a alguno de los servicios públicos básicos.

Al comparar ese primer trimestre con el mismo período de 2019, los datos exponen que el nivel de hacinamiento en hogares creció 2,4 puntos porcentuales. Esto se traduce en que un 25,8% de la población convivió con otra o más personas en un solo ambiente.

En paralelo hubo una mejora en relación a la calidad edilicia de las viviendas. El informe expuso que el 7,4% de personas que vivían en casas construidas con materiales de calidad insuficiente cayó al 6,3% durante este año.

Desde la Usina de Datos detallaron a El Ciudadano que si bien los números corresponden al primer trimestre del año, se trata de datos estructurales que se sostienen a lo largo del año. “No se revierten salvo por grandes inversiones públicas o programas como Conectar Igualdad que pueden llegar a modificar los números de un año para otro”, señaló Paula Durán, politóloga e integrante del centro de estudios consultado.

Gráficos: Usina de Datos

 

En tanto, para el primer trimestre de 2019 el 35,7% de los hogares no accedía a al menos uno de los servicios públicos, y dicho porcentaje se sostuvo el mismo trimestre de 2020. A modo de síntesis dos de cada tres hogares de la región accedieron a todos los servicios básicos: agua, gas y desagüe cloacal.

 

El estudio además relevó que el 63% de los hogares de la región son propietarios del terreno y la vivienda en la que habitan y alrededor del 20% de los hogares son inquilinos.

Una tercera categoría de análisis contempla otras situaciones tales como: ocupantes por pago de impuestos o expensas, ocupantes gratuitos con autorización de su propietario, ocupantes de hecho (sin permiso) o quienes hacen uso de una vivienda alquilada o de propiedad del/la empleador/a.

Cobertura sanitaria

Por otra parte se analizó el estado de cobertura en materia sanitaria que tiene la población. En ese sentido se dividió entre personas que solo están cubiertas por el sistema público de salud, por un lado, y personas que poseen cobertura por obras sociales, empresas de medicina prepaga, mutuales y/o servicios de emergencia, por otro lado.

Entre un trimestre y otro se dio en simultáneo una caída de personas del sistema de prepaga u obra social y un crecimiento de quienes se volcaron a la salud pública. En 2019 el 71,2% de las personas cuenta con obra social, prepaga, mutual y/o servicio de emergencia, mientras que el 28,8% solo posee cobertura médica a través del sistema público. Dichos porcentajes son del 67,9% y del 32,1% para el primer trimestre de 2020.

Sobre este último ítem, cabe destacar la importante caída de menores de 17 años del sistema de salud privado. Pasó del 63,8% en el primer trimestre de 2019 al 56,6% en el mismo período de 2020. Mientras que el sistema público pasó de albergar el 36,2% al 43,4%.

 

Educación

El apartado referido a la educación, permite  advertir que durante el primer trimestre una pequeña parte de la población no tuvo instrucción o tiene el nivel primario incompleto (entre el 6,1 y 5,3%). Un grupo importante (entre el 34,1% y 38,0%) tiene la escolaridad primaria completa o la secundaria incompleta. Mientras que otro grupo de similar tamaño tiene el nivel secundario completo (40,3 – 38,5%) y finalmente, alrededor de un 18% finalizó estudios superiores.

En este caso se pueden distinguir algunas diferencias entre mujeres y varones respecto al máximo nivel de estudios formales alcanzados. Las mujeres mostraron mayores niveles de educación formal que los varones, rasgo que se evidencia en la mayor proporción de mujeres con nivel superior completo respecto a los varones. También en la mayor proporción de varones mayores de 18 años que sólo completaron el nivel primario o tienen secundario incompleto.

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