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Gobierno define plan 20/20 para sindicatos

Caló deberá aceptar las nuevas condiciones paritarias de este año.

Como si fuera el plan de promoción para comprar un automóvil cero kilómetro, el gobierno piensa ya en una oferta final para los sindicatos oficialistas: 20/20. Esto es, si los gremios aceptan comenzar a cerrar acuerdos salariales de hasta ese porcentaje, el mismo se respetará para una suba, escalonada, del mínimo no imponible de Ganancias. La oferta no será muy negociable, y será presentada como el único acuerdo al que se podría llegar este año. En otras palabras, la CGT oficial de Antonio Caló y la CTA de Hugo Yasky tendrán que disciplinarse y aceptar el ofrecimiento. Pero, además, con una sonrisa.

Para llegar a este acuerdo el gobierno ya tiene cerrado el número fiscal más complejo del año, por sus alcances políticos más que económicos: 6.500 millones de pesos. Éste es el dinero que se perdería de recaudar si se subiera el mínimo no imponible de Ganancias en un 20 por ciento, llevando los nuevos pisos a un nivel aproximado de 8.000 y 11.500 pesos para solteros y casados respectivamente.

Clave

El dato es clave, ya que sería el número fiscal que el gobierno podría enfrentar con la evolución de la recaudación impositiva y el nivel de gastos que se viene registrando desde el último trimestre del año pasado y que es difícil poder reducir.

Más bien hay que pensar en que el ritmo de la variable aumente, ya que hay dos cifras de erogaciones que aún no pudieron cerrarse y de las que dependerá la evolución del ejercicio fiscal 2013: los gastos en la importación de combustible para sostener el esquema energético local y el gasto en subsidios que demandará el cuadro tarifario de servicios públicos de transporte y vial. Pero además hay otro cuadro complicado al analizar la recaudación: aún la evolución de los ingresos por las retenciones a las exportaciones de la soja no pueden definirse, ya que los precios internacionales de la oleaginosa no están en los niveles esperados (cerca de los 520 dólares la tonelada y lejos de los 560 dólares que se estimaban cuando se discutió en el Congreso el presupuesto nacional para este año). Sólo cuando todas estas incógnitas fiscales estén despejadas, el Ministerio de Economía podrá definir seriamente la evolución fiscal del año; son datos indispensables para después saber con certeza de qué manera enfrentar un nuevo esquema tributario en Ganancias.

Sin embargo, el tiempo político apremia y se sabe en la Casa de Gobierno que la discusión seria de la suba del mínimo no imponible de Ganancias no puede esperar.

La continuidad de la alianza entre el Ejecutivo y la CGT de Antonio Caló depende de una buena noticia en este terreno, y rápidamente, ya que una demora, al menos en el anuncio sobre cuándo comenzaría la suba del mínimo no imponible, podría complicar seriamente el inicio de las negociaciones paritarias llevándolas a niveles insostenibles para la economía real.

Perspectiva

Para peor, si no hubiera novedades en la mejora del impuesto, la otra CGT, la de Hugo Moyano, podría comenzar a capitalizar la falta de anuncios y a poner en evidencia primero a sus ex aliados, y a intentar convencerlos de pasar al lado oscuro, el opositor, después. Algo de esto le dejaron entrever ayer los representantes de la CGT oficial a Carlos Tomada en la reunión que el lunes mantuvieron en el Ministerio de Trabajo, y donde le dejaron en claro al gobierno que nada tiene sentido si el tributo a las Ganancias no tiene una mejora severa en la presión que ejerce sobre los empleados en relación de dependencia.

El futuro de este impuesto se juega hoy en realidad más en las oficinas y computadoras del viceministro de Economía, Axel Kicillof, que en el Ministerio de Trabajo, donde en realidad lo que se está buscando es que las paritarias que primero se discutan sean las que puedan brindarle al Gobierno buenas nuevas de incrementos pactados cercanos al 20 por ciento.

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